A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

viernes, 14 de julio de 2017

No busques recibir... Busca más bien, en qué puedes ayudar?...









El mundo en el que vivimos se ha vuelto tan material, tan inconsciente, a veces, de lo frugal y de lo fútil, que puede ser todo en la vida, que apenas se da cuenta de que va girando en círculos sin final, tras una quimera, sin percatarse, que lo verdadero y real, hace tiempo que se bajó de ese carrusel y gira en otro sentido, o en el peor de los casos, lo hemos perdido para siempre...

Hoy, como muchas veces en mi vida, me ha llegado información sobre una ONG que desconozco, pero que llamó mi atención, y he trabado contacto con ellos, la pregunta de ellos fue: ¿ te podemos ayudar en algo? y mi respuesta fue:¿ En qué los puedo ayudar?...

Desconozco en realidad qué derrotero llevará esta primera toma de contacto a través del chat, pero de lo que sí estoy segura, es que, si mi inteligencia, mi capacidad para comunicarme y mis ganas de hacer algo positivo, sirven de algo, podremos colaborar juntos y llevar a puerto seguro proyectos, en los cuales yo me sienta involucrada y útil, y seguramente ellos obtendrán de mi, la buena intención de una persona responsable, honesta y cercana.

He escuchado a lo largo de mi existencia a cientos de personas que se quejan de todo: del viento, del aire, de la lluvia, de los niños, de las clases, del marido, de la esposa... y pare de contar. Sin darse por enterados, de que existen miles de millones de seres humanos que darían lo que no tienen por estar en su lugar, para ellos nunca hay suficiente, todo lo que tienen, lo que les rodea jamás llena sus propias expectativas, y derrochan sin saberlo, unos dones maravillosos, con los que la naturaleza les ha dotado. ¿Les suena verdad?.

¿ Por qué el ser humano es así?... Algunos dirán que es culpa de la educación permisiva que les dieron, otros simplemente dirán que ese tipo de gente es egoísta y sólo piensan en ellos... No sabría decirles por qué son o no, así, pero sí sé, porque la vida enseña mucho, que a todos nos llega el momento de ¨crecer y aprender¨las verdades de la vida. 

No existen vidas planas, sin sobresaltos, no, no sólo porque es estadísticamente imposible, sino porque además, cada persona debe aprender algunas lecciones, y estas se dan cuando el alumno está preparado para aprender. A veces se empieza desde temprano, hay personas que llevan más de 50 años en ese proceso, otros apenas, lo han empezado a hacer ahora después de un Ictus, de una enfermedad o de una pérdida irreparable..., hay cientos de miles de procesos, diferentes para cada ser humano, pero todos encierran, según el alumno, la enseñanza que necesita para su evolución emocional, espiritual y personal.

Aquellos que disfrutan de recibir, jamás se habrán puesto a pensar en aquel del que lo han recibido todo, incluso, si éste un buen día deja de dar, se habrá quejado lastimosamente, porque de repente, le quitaron algo que consideraban sólo y únicamente suyo. Habrá llegado a tildar de egoísta a esa persona de la que lo ha recibido todo... Sin darse cuenta que el zapato le encaja más a él, que al dador generoso, que se ha quedado casi como manantial sin fuentes o sin aguas de galería, que le alimenten...

¿Está todo perdido para esa persona?, creo que no, que siempre, independientemente de la edad y las circunstancias, el ser humano que es tan flexible, puede aprender algo nuevo: a ser generoso, a dar, y cuando empiece a hacerlo, sentirá lo gratificante que es observar el brillo de gratitud y la emoción de aquél que es receptor de esa forma de amor. Porque sí es imprescindible sentir amor por la gente, cariño y comprensión, empatía. Cuando conectas con el otro y comprendes su mundo, te ves reflejado en ellos y automáticamente quieres colaborar, sin ningún otro objetivo por detrás, sólo el de apoyar y ayudar. 

Tenemos cientos de miles de formas de hacerlo, sólo hace falta observar y poner toda nuestra intención y valor emocional en ello.

Hagamos pues amigos lectores un alto en nuestro día a día y busquemos la forma de hacer más llevadero el día de alguien cercano, así sea con una sonrisa, con el pequeño detalle de ayudarle con la compra, preguntarle por el perro, sonreírle... A veces, cuando logramos hacer sonreír a alguien, no nos damos cuenta, de que a lo mejor, esa persona hacía mucho tiempo que había dejado de sonreír, y hoy, gracias a uno de ustedes, su día se convirtió en menos gris...

Alma de payaso, suelo decir que tengo, pero en realidad son las ganas que pongo siempre en hacer reír a la gente, aunque sea con una payasada, con algún chiste, mal contado o con una pequeña sonrisa de complicidad, no cuesta nada, sale del alma y al alma llega...

Dios nos bendiga amigos, que tengan un fin de semana prometedor y maravilloso.

Mireya Pérez



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