Alguna vez se han puesto a pensar en el sinfín de caminos, que la vida nos abre, y del cual sólo podemos escoger uno, pues yo lo hago de vez en cuando, más como reflexión personal, que como negación ante un hecho o circunstancia que trajo esa elección. Los que me conocen saben que soy una mujer frontal, de cara a la vida, vertical, porque soy honesta y sensible al dolor ajeno y al propio, mi vida ha estado dedicada a los demás, y en particular los últimos 18 años, a ayudar a una persona que es mi compañero de la vida, en el duro camino que le está tocando vivir.
No es fácil acompañar al otro, porque por muy buenas intenciones que tengas, y por muchos cuidados, mimos, atenciones, que des, no tienes la nariz de hechizada para moverla y cambiar las cosas, ni la varita mágica de un mago, para hacer desaparecer las cosas que se van presentando, y que son parte del paquete todo incluido que nos ha tocado vivir, sin embargo, como saben mis amigas, tengo la conciencia en paz, no ha habido Cielo ni Montaña que no haya removido para ayudarle. Tiene y ha tenido calidad de vida, no como él hubiera querido, pero tiene incluso hasta los mimos de nuestra perrita Princesa, que todas las mañana va a su cama a saludarlo y abrazarlo.
Aunque los perros de compañía también exigen cuidados, alimentación, paseos, etc., te dan muchas horas de compañía fiel y desinteresada e incluso te gruñen cuando ya es la hora de dormir, y todavía no ve movimientos en ese sentido, es casi como si hablara, porque emite un sonido diferente y pareciera que dijera:-¨mami vayámonos que ya es tarde, anda deja todo, que mañana tendrás tiempo, apaga las luces y vayámonos a dormir-, porque por supuesto ella duerme conmigo. Es mi pequeña tirana, y la amo, es un ángel en cuerpo de perrita mestiza caniche, como le dicen aquí o callejera criolla como le dirían en otras partes, yo suelo decir, que lo que tiene de fea, lo tiene de inteligente, porque es muy inteligente y aprende muy rápido.
Si yo estoy haciendo cosas y ella no puede estar a mi lado, se va al cuarto donde está mi esposo y le hace compañía, pero como sienta que ya me ubiqué para ponerme a tejer, o leer, o rezar el rosario, ahí la tienes ya instalada y por si hubiera dudas, coloca su cabecita sobre mis piernas para que sepa que ella está ahí. Claro que siempre está a mi lado, incluso en el ordenador, ahora mismo está sentada a mis pies, pero con las orejas en atención por si hay movimientos especiales, sobre todo a la cocina.
Pero si quieren ver un show, sólo tienen que verla cuando me estoy vistiendo para salir, si es muy temprano solo observa cómo me visto, pero si la salida es a otra hora cualquiera empieza a correr en mi cama, y me reta, como sime dijera, -no te vayas a atrever a salir sin mí...-. Y busca enseguida su arnés para que salgamos a pasear, se desespera, y quiere que termine con el ritual, pero no me atrevo a llevarla suelta, no vaya a ser que pase un coche y ocurra una desgracia. Pero si no salió conmigo, cuando llego me somete a un escrutinio, que ni Sherlock Homes, primero me huele los pies, luego la ropa, y por último si me he sentado, me escala y me huele las mejillas y como se de cuenta que alguien me ha saludado, ella restriega su cara contra mis mejillas y cuello, para borrar toda huella del intruso o intrusa, a mi me da por reír, porque me cela a cal y canto, y yo le digo - ¨tempranas noches, lo que a mi me faltaba, no me cela quien podría y me cela esta pequeña tirana-, y entonces mueve cu cabeza de un lado a otro como diciendo, no entiendo, yo solo te quiero a tí,,,,,,
A lo largo de estos años, han pasado muchas cosas, que te enseñan a ser humilde, porque la enfermedad va minando poco a poco a la persona, y hace falta tener una madera especial, como la de él, para seguir luchando, yo lo admiro en secreto, se que no se va a rendir, y cuando la dama del Alba lo venga a buscar, será porque habrá llegado la hora, ni un minuto antes, ni uno después. Mis madres del colegio, nos decían desde niñas, que así como teníamos señalado el día en que habíamos llegado, también tenemos el día en que nos toca partir. Creo que después de todo , lo importante es tener la conciencia en Paz. Es mi gran consuelo, y creo que habré servido de ejemplo para otros, porque nunca me enfado, jamás le falto el respeto, y aunque a veces esté cansada, igual me paro y lo atiendo, nadie tiene la culpa de una enfermedad son pruebas de la vida, y él es un gran combatiente y un valiente, se que luchará a su manera hasta el final, y yo a su lado lo acompañaré, hasta que Dios quiera.
Que Dios los Bendiga y mitigue su dolor a la hora señalada.
Mireya Pérez.
Si yo estoy haciendo cosas y ella no puede estar a mi lado, se va al cuarto donde está mi esposo y le hace compañía, pero como sienta que ya me ubiqué para ponerme a tejer, o leer, o rezar el rosario, ahí la tienes ya instalada y por si hubiera dudas, coloca su cabecita sobre mis piernas para que sepa que ella está ahí. Claro que siempre está a mi lado, incluso en el ordenador, ahora mismo está sentada a mis pies, pero con las orejas en atención por si hay movimientos especiales, sobre todo a la cocina.
Pero si quieren ver un show, sólo tienen que verla cuando me estoy vistiendo para salir, si es muy temprano solo observa cómo me visto, pero si la salida es a otra hora cualquiera empieza a correr en mi cama, y me reta, como sime dijera, -no te vayas a atrever a salir sin mí...-. Y busca enseguida su arnés para que salgamos a pasear, se desespera, y quiere que termine con el ritual, pero no me atrevo a llevarla suelta, no vaya a ser que pase un coche y ocurra una desgracia. Pero si no salió conmigo, cuando llego me somete a un escrutinio, que ni Sherlock Homes, primero me huele los pies, luego la ropa, y por último si me he sentado, me escala y me huele las mejillas y como se de cuenta que alguien me ha saludado, ella restriega su cara contra mis mejillas y cuello, para borrar toda huella del intruso o intrusa, a mi me da por reír, porque me cela a cal y canto, y yo le digo - ¨tempranas noches, lo que a mi me faltaba, no me cela quien podría y me cela esta pequeña tirana-, y entonces mueve cu cabeza de un lado a otro como diciendo, no entiendo, yo solo te quiero a tí,,,,,,
A lo largo de estos años, han pasado muchas cosas, que te enseñan a ser humilde, porque la enfermedad va minando poco a poco a la persona, y hace falta tener una madera especial, como la de él, para seguir luchando, yo lo admiro en secreto, se que no se va a rendir, y cuando la dama del Alba lo venga a buscar, será porque habrá llegado la hora, ni un minuto antes, ni uno después. Mis madres del colegio, nos decían desde niñas, que así como teníamos señalado el día en que habíamos llegado, también tenemos el día en que nos toca partir. Creo que después de todo , lo importante es tener la conciencia en Paz. Es mi gran consuelo, y creo que habré servido de ejemplo para otros, porque nunca me enfado, jamás le falto el respeto, y aunque a veces esté cansada, igual me paro y lo atiendo, nadie tiene la culpa de una enfermedad son pruebas de la vida, y él es un gran combatiente y un valiente, se que luchará a su manera hasta el final, y yo a su lado lo acompañaré, hasta que Dios quiera.
Que Dios los Bendiga y mitigue su dolor a la hora señalada.
Mireya Pérez.
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