Cada día al encender la radio, el televisor, ver las noticias en la red, etc., vemos cómo se vulneran los Derechos Humanos de la mujer, en distintos lugares del planeta que es nuestra casa, La Tierra.
Han pasado millones de años desde que el hombre apareció en la historia arqueológica, y siempre no importa el grado de evolución de la civilización, la mujer ha sido desde un simple objeto, un trofeo, una esclava, incluso Omero culpa a Helena por la guerra de Trolla.
Hoy en pleno siglo XXI, cuando tenemos robots surcando el espacio interestelar para conocer mejor el espacio que nos rodea, y miles de satélites circundado la Tierra , las 24 horas del día y los 365 días del año, con tantos adelantos tecnológicos, científicos, y después de haber luchado mucho por la igualdad de géneros, por tener igualdad de oportunidades a la hora de acceder al estudio, al empleo, a tener un salario equiparable al del hombre que ejerce las mismas funciones . A pesar de eso, tenemos mujeres en el mundo como Meriam Yehya Ibrahim es una mujer con 8 meses de embarazo que podría ser ejecutada por las autoridades de Sudan. Su crimen fue haberse casado con un hombre cristiano y convertirse a la religión de su marido.
Adicionalmente, es raro el día en que no conocemos nuevos casos de violencia de género, porque la mujer víctima de la pareja, muere a manos de su agresor; pero las estadísticas no hablan y no especifican, que existen otros tipo de daños a la mujer como son los psicológicos, que producen graves secuelas en la mujer maltratada, cada día, Sin escapatoria, sin poderse revelar, sin ni siquiera poder comentarlo a alguien por el miedo a que la tilden de loca,-¡ Fulano, no hija, tu lo debes haber entendido mal!, ese chico es una maravilla, no te falta de nada, y a tus hijos, ¡que bien educados los tiene!, son unos niños modelos...-
Pero la gente no sabe, que la denigra al decirle que está gorda como un tanque, que se ha descuidado, - ¡quítate ese vestido, que así no vas a salir a la calle!- simplemente porque es verano y la chica quería llevar un vestido sin mangas y con un ligero escote en V. Pero no,al marido le parece que ella lo que quiere es dejarlo mal ante sus amigos en el Club. Y los trajes de baño, una vez que los compra debe llevarlos a una costurera para que le añada algún motivo que le permita enseñar lo menos posible, sus generosas razones, después de tres hijos.
Tampoco la deja ir al cine con las amigas, - ¨porque eso lo hacen las mujeres para buscar machos¨-. Ir a casa de sus padres con los niños, sólo si él los lleva y él los recoge,nunca la dejará agarrar un autobús, montarse en el metro, y menos un taxi.
Si tiene amigas del colegio, a las que él considera como perniciosas para su vida matrimonial, poco a poco las irá alejando, hasta que la mujer hermosa, alegre, con vida que conoció hace quince años, se convierte en una mujer triste, que no mira a los ojos, que siempre está alicaída, sólo se salvará cuando su padre en una de las pocas visitas que haga a la casa, se de cuenta de detalles muy pequeños, pero significativos. Ella no se sienta a la mesa, hasta que todos están sentados, le tiemblan las manos al ponerle la servilleta de hilo a sus hijos en la camisa para que no se manchen, no mirará a su marido a la cara a la hora de servirle de la fuente y las manos las verá temblar, como si le costara un mundo realizar ese simple hecho, su padre ignora que si hay algún menor incidente en la mesa, su yerno montará en cólera, y sólo con los gritos, hará que los niños huyan despavoridos a su habitación, y ella, con el delantal aún puesto, solo atine a bajar la cabeza y retorcer una y otra vez la punta del delantal, con la cabeza baja, esperando la explosión de improperios, que generalmente terminan, con una frase lapidaria:- algunas mujeres sirven sólo para eso, pero tú ni siquiera eso_
Al ver esto, su padre que es un hombre sabio, espera a que termine la cena, y al final se ofrece para ayudar a su hija a fregar los platos, al yerno no le gusta, pero claro delante del suegro no va a hacer ninguna escena, y asiente con la cabeza, mientras displicente se dirige al salón a ver el partido de fútbol de su equipo preferido. Nuestra anónima amiga, suspira, como si en ello se le fuera la vida, y al padre, se le asoman un par de lágrimas, - qué ciego hemos estado, creíamos que ese chico tan enamorado, la haría feliz-( piensa para sí). Así que decide hablar con su hija, y con el ruido de los casos y los platos y el chorro del agua, la hija puede por fin desahogarse con su padre. Si fuera un hombre agresivo, saldría a la sala y de dos patadas ponía a su yerno de patitas en la calle, pero no, le pidió tiempo a su hija para idear un plan, y en una de sus visitas a casa de sus padres, le contaría que iban a hacer.
Nuestra amiga, gracias a Dios y a la inteligencia de su padre, pudieron recabar pruebas, fotografías, y un sin número de documentos y testimonios, que sin ir a un juicio, pusieron a su cónyuge entre la espada y la pared. Aceptó el divorcio, aceptó las condiciones económicas que le impusieron los abogados, y aceptó incluso el que para ver a sus hijos, lo hiciera siempre en compañía de uno de los abuelos o tíos, por miedo a que huyera con los niños a otro país, como desgraciadamente ha pasado en varios casos públicos que conocemos.
Pasaron muchos años, sin que yo volviera a ver a mi amiga, y cuando la vi, la encontré radiante, se había vuelto a casar, después de mucho tiempo sola, y con el apoyo familiar y la ayuda de un psicólogo, poco a poco volvió a resurgir la hermosa e inteligente mujer que era. No tuvo más hijos, pero ya estaban todos en la Universidad y ahora ella y su marido, aprovechaban de vez en cuando para darse escapadas breves, pero para ellos reafirmantes del amor que se tienen. Gracias a Dios,la vida le presentó una nueva oportunidad y fue valiente y se arriesgó, pero valió la pena. De su ex, pues la vida, le devolvió todo lo que él había sembrado. Sólo lo vi una vez hace 10 años, y del Ingeniero en Ventas, como se hacía llamar, solo quedaba la mirada, pero lo demás no.
A las mujeres que se sientan identificadas en todo en parte de este relato,si están en España, sepan que pueden llamar al 016 ,llamada gratuita y que no aparece en el listín de llamadas telefónicas, al 112, y en otros países, seguramente también tendrán un número de emergencias a donde recurrir, el daño psicológico, puede matar en vida, y si hay hijos tomen la decisión,por ellos y por ustedes. No es fácil, porque el miedo paraliza, pero si miran a sus hijos, sabrán que vale la pena intentarlo. No permitan tampoco, que las castiguen,¿quién les da derecho a castigarlas? ¿qué han hecho para ser sometidas a ese tipo de esclavitud? Nadie tiene derecho sobre nadie.
Mi abuela materna, que tenía bastante genio decía: Mas que yo no hay nadie, pero yo tampoco soy más que nadie...
Que Dios las Bendiga y ánimo, siempre se puede volver a empezar.
Mireya Pérez
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