A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

miércoles, 11 de febrero de 2015

Aprendiendo de los nietos... esos locos bajitos que nos llenan el Alma.












Una de las experiencias presentes y futuras, que más disfruto y disfrutaré siempre, si Dios me da vida, es la de compartir y jugar con los nietos. Yo los llamo los locos bajitos, no por ser locos, sino porque en ese mundo mágico que ellos representan para mí, llenan de ¨divinas locuras¨ cada uno de los momentos de su vida, que me inundan de regocijo y alegría. Sus miradas, sus sonrisas, sus picardías de niños... Todo lo que ellos me transmiten, me colman de alborozo.

Sin embargo, no recuerdo que mis abuelos, de uno u otro lado, se sintieran así con nosotros. Quizás porque sólo tengo dos nietos y ellos 15 o 16. Pero a mi, que siempre he añorado el tener una familia grande, si hubiera tenido tantos nietos, no me aguantaría nadie, jajajaj, estaría contando todas y cada una de sus peripecias, y las atesoraría, como lo hago hoy en día con mis dos luceros.

Creo que en otras oportunidades he conversado sobre una u otra cosa, descubierta a través de sus ojos, o de su aprendizaje. Pero hoy en especial me quiero referir a lo que ellos observan sin que nos demos cuenta.

En mi época, los adultos no hablaban de ciertos temas delante de nosotros, siendo niños, y utilizaban palabras o frases como:

- Hay ropa blanca tendida en la azotea...- y yo de sabionda...- Mamá en la azotea no hay nada tendido!!!. Y chas, coscorronaso con uno...

Pero hoy, por el hecho de verlos entretenidos en sus juegos, o en el Ipad o jugando sólos en su cuarto, no creemos que nos están escuchando o haciendo caso a lo que sucede a su alrededor y craso error!!!. Tienen las antenas parabólicas encendidas todo el tiempo!!!. y escuchan y procesan en su memoria lo que decimos, aunque no lo creamos.

Para muestra un botón:

Un día mi nieta estaba conversando con su madre en mi casa, cosas de chicas, como ellas le dicen, y empezaron a hablar del color de los ojos... Nada extraño, pues en casa tenemos una variedad vario pinta de colores, heredados de los ancestros, abuelos o padres: Hay ojos color verde, azules, negros, caramelo o miel de canela...

Nada raro, pero en eso mi nieta salta y dice:
- Si pero los más raros son los de la Tati...( yo, jajaja)- Porque le cambian de color!!!. 

Uppssss.... La nena con apenas 4 años y medio, y solo viéndome una vez al mes, porque viven en otra isla, se había dado cuenta de algo, que muy pocas personas, salvo mis alumnas y mis hijos, se habían dado cuenta!!!.

Y luego saltó otra perlita de sabiduría...

- Yo cuando sea grande voy a ser Chef, porque me gusta cocinar, como mi papi...-

En casa, cuando alguien pregunta por qué hay alguien que no cocina o no le gusta, se lo achacan a mi madre, que aunque cocinaba, odiaba la cocina. Y nosotras, aunque cocinamos, tampoco somos amantes de cocinar, a menos que sea para agasajar a alguien. Entonces hacemos alarde de nuestras dotes culinarias, bien reservadas para ocasiones especiales, incluyendo postres espectaculares, que si son nuestra locura familiar!!!!, jajajaj.

En lo personal, aunque si cocino, y creo que no lo hago mal, no me pongo en diatribas con nadie al respecto, y menos si son personas altamente competitivas... No tengo tiempo, ni ganas para hacerlo. A estas alturas de mi vida, si me han aceptado así, no me voy a poner a hacer cambios drásticos!!! jajajaj. Como dice alguien por ahí...-No me casé para que me cocinara..-. ejem...

Así que, después de esta amena conversación, y habiendo escuchado a alguien sobre un recetario familiar que había preparado, pues les anuncié que yo estaba haciéndole uno a mi nieta de Postres y Dulces Venezolanos e Internacionales, y mi querida nieta, tan inteligente como siempre, jajajaj, Levantó una ceja ( como chica de novela y me preguntó):

-¿En serio Tati?...

Me he reído cada vez que la recuerdo con su cara de asombro!!!. Pues sí, y con fotografías y todo... 

Voy a tardar un poco, pues cada vez que hago algo, aunque le saque la foto, hay que comerlo, y yo no debo comer tantos dulces, pues soy Diabética tipo II. Pero seguro que de aquí a que cumpla por lo menos seis años, ya lo habré completado, jajaja. 

Se que varias amigas dirán que ellas no tienen problema en venir a buscarlos a casa para ayudarme... ejemmm... pero.... Bueno, poco a poco iremos haciendo el recetario, y veremos que tal queda. 

En realidad hay recetas que aprendí de niña, de mi tía, de mi madrina, de mi abuela materna, de amigas y compañeras del colegio y la Universidad, y de la vida. Gracias a Dios, hemos tenido una vida larga y maravillosa, y gente única y preciosa que nos ha acompañado parte del camino que llamamos vida.

Así que, como habrán observado o leído, la lección de esta tarde de chicas y chicos fue que: Hay que tener cuidado con lo que decimos o hacemos, porque la tierra es fértil y toda semilla que caiga en ella, germina y da frutos!!!.

La abuela orgullosa, en el buen sentido de la palabra, aprende cada día, y trata de absorver para sus recuerdos, cada uno de los dulces momentos de la vida compartida con estos luceros. Son momentos especiales, únicos, que no volverán, aunque habrá otros también importantes, lo sé, y los espero.

Sólo le pido a Dios tiempo de calidad para compartirlo con ellos, para mi la cantidad del tiempo no es tan importante, como la calidad del tiempo, así sean 10 minutos, pero muy buenos y apreciados por mi. Ellos crecen rápido, y el día de mañana, si ya no estamos, recordarán anécdotas y situaciones que no sabemos o no sabremos que habrán observado, pero si cuidamos de que el tiempo compartido sea de calidad, ellos de seguro, nunca lo olvidarán, o así espero.

Que Dios bendiga a todos los abuelos y abuelas del mundo, que Dios nos de Salud y Alegría para compartir, enseñar, aprender y agradecer a Dios por todos los momentos mágicos y maravillosos que ellos aportan a esta etapa de la vida, donde la madurez dará paso a la vejez, o al Otoño e Invierno de nuestras vidas.

Feliz día.

Mireya Pérez

Una de las canciones preferidas por mi nieta, jajaja. La Brujita Tapita.

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