A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

domingo, 1 de febrero de 2015

Un cuento sobre ¿Qué sentido tiene la Vida?












Ojeando de nuevo el libro de Jorge Bucay ¨El Camino de La Felicidad ¨, Editorial Sudamericana, 2002. Encontré este cuento, que a continuación comparto con ustedes.

Y dice...

Cuenta la leyenda que antes de que la humanidad existiera, se reunieron varios duendes para hacer una travesura.

Uno de ellos dijo:

- Pronto serán creados los humanos. No es justo que tengan tantas virtudes y tantas posibilidades. Deberíamos hacer algo para que les sea más difícil seguir adelante. 

Llenémoslos de vicios y de defectos, eso los destruirá.

El más sabio de los duendes dijo:

- Está previsto que tengan defectos y dobleces, pero eso sólo servirá para hacerlos más completos. Creo que debemos privarlos de algo que, aunque sea, les haga vivir cada día un desafío.

- ¡¡¡Qué divertido!!!- dijeron todos.

Pero un joven y astuto duende, desde un rincón,comentó:

- Deberíamos quitarles algo que sea importante...¿ Pero qué?

Después de mucho pensar, el viejo duende exclamó:

-¡ Ya sé! Vamos a quitarles la llave de la felicidad.

-¡ Maravilloso...fantástico...excelente idea!- gritaron los duendes  mientras bailaban alrededor de un caldero.

El viejo duende siguió:

- El problema va a ser dónde esconderla para que no puedan encontrarla.

El primero de ellos volvió a tomar la palabra:

-Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo.

A lo que inmediatamente otro miembro repuso:

- No, recuerda que tienen fuerza y son tenaces; fácilmente, alguna vez, alguien puede subir y encontrarla, y la encuentra uno, ya todos podrán escalarlo y el desafío terminará.

Un tercer duende propuso:

- Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar.

Un cuarto duende tomó la palabra y contestó:

-No, recuerda que tienen curiosidad; en determinado momento algunos construirán un aparato que les permita bajar y entonces la encontrarán fácilmente.

El tercero dijo:

- Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra.

A lo cual los otros dijeron:

-No, recuerda su inteligencia, un día alguno va a construir una nave en la que puedan viajar a otros planetas y lo van a descubrir.

Un duende viejo, que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás, se puso de pie en el centro y dijo:

- Creo saber dónde ponerla para que realmente no la descubran. Debemos esconderla donde nunca la buscarían.

Todos voltearon y preguntaron al unísono:

- ¿ Dónde ?.

El duende respondió:

-La esconderemos dentro de ellos mismos... muy cerca de su corazón...

Las risas y los aplausos se multiplicaron. Todos los duendes reían:

-¡ Ja...Ja...Ja...! Estarán tan ocupados buscándola fuera, desesperados, sin saber que la traen consigo todo el tiempo.

El joven escéptico acotó:

- Los hombres tienen el deseo de ser felices, tarde o temprano alguien será suficientemente sabio para descubrir dónde está la llave y se lo dirá a todos.

- Quizás suceda así- dijo el más anciano de los duendes-, pero los hombres también poseen una innata desconfianza de las cosas simples. Si ese hombre llegara a existir y revelara que el secreto está escondido en el interior de cada uno... nadie le creerá.

Encontrar el sentido de tu vida es descubrir la llave de la felicidad


Creo que en otros artículos he hablado o por lo menos he tocado el tema de La felicidad y el sentido de la Vida

Y me atrevo a decir que, para cada uno de nosotros, tiene un significado diferente, incluso para los que aparentemente lo tienen todo, posiblemente le preguntaríamos y nos llevaríamos la sorpresa de  que, a pesar de todas sus posesiones, no son enteramente felices.

Yo como he vivido en este planeta, ya algún tiempo, y he tenido etapas en mi vida de verdadera y plena  felicidad, y otras de profundo desasosiego y tristeza, puedo decirles, que la felicidad o lo que representa la felicidad, cambia con el curso de los años, con el logro de las Metas individuales y familiares, y de muchos factores...

Hasta que un día te das cuenta que se puede ser feliz, simplemente con disfrutar de cada día, con sus pequeños grandes milagros, que a veces no apreciamos, porque estamos imbuidos de la imperiosa necesidad de demostrarnos o demostrarles a los otros que lo tenemos todo o que podemos ser mejores que otros.

El poder ver cada día un nuevo amanecer, es un privilegio, que damos por cierto, pero que los enfermos terminales, ansían con mucha gratitud...

El escuchar la risa de un niño, disfrutar de una melodía, de un cantante que nos gusta, o simplemente escuchar la armonía de la naturaleza, en su concierto de olas, brisas, ríos, pájaros cantores, insectos musicales, etc. No todos pueden disfrutar de ese placer sencillo y gratuito, quizás porque perdieron la audición, o simplemente porque nacieron sin ese sentido desarrollado. Y los demás no lo valoramos en su justa medida.

El poder caminar y trasladarnos a donde queremos, simplemente con el uso de una orden inconsciente de nuestro cerebro, hace que nuestros pies comiencen una caminata que nos puede llevar literalmente a donde queremos, y sin embargo, no lo apreciamos, y hay tantos seres humanos que darían lo que no tienen por disfrutar de ese  sencillo placer.

Yo he llegado a entender que mi felicidad está en las cosas simples, en no poseer nada, o por lo menos lo mínimo indispensable. He aprendido que los objetos no dan placer, y si lo dan es simplemente momentáneo, pero después ni siquiera nos fijamos en ellos. Y por sobre todas las cosas, aprendí que nada de lo que me rodea se irá conmigo en ese último viaje, que llegará algún día tarde o temprano, y ese día o noche, mi equipaje apenas pesará unos 20 gramos, que es lo que dicen los científicos que debe pesar el alma, y en ella se irá sólo lo que he aprendido, lo que he compartido, las sonrisas, los recuerdos y lo que he amado, lo demás, ni siquiera mi mortaja se irá conmigo...pues he dado instrucciones a mi hija, de que llegada esa hora, mis restos sean incinerados y esparcidos en alguna playa desierta, donde no pueda contaminar el ambiente.

Tener posesiones materiales no es malo, ser rico no es malo. Pero es una gran responsabilidad, para con la familia y con la gente que nos rodea. Si se hace buen uso de él, y se ayuda en la medida de las posibilidades y se educa a los hijos en los verdaderos valores, no es malo, es una gracia del Cielo. Pero cuando se adquiere a través del sudor de otros que son maltratados y mal pagados, creo que ahí es donde la conciencia no duerme tranquila. Pero eso le corresponde a cada quien.

Yo, trabajo cada día en mi sentido de Vida y en dar lo mejor de mi, y trato de que los Talentos que un día, antes de nacer, Dios me dio, sean utilizados y den frutos, es decir que cumpla la misión para la cual me mandaron en ese día y hora en la que nací.

Ojalá todos, en algún momento determinado de sus vidas, encuentren la felicidad, que está cerca de su corazón. Esa felicidad es de cada quien, y puede compartirla, y es hermoso. Pero no crean ni por un segundo, que los demás deben hacernos felices, no, sólo podemos compartirla, mas no cederla o donarla. Como dice el cuento, está dentro de cada uno de nosotros, y cuando la encontramos, somos completa y absolutamente felices.

Que Dios nos bendiga a todos y cada uno de nosotros y demosle gracias por los dones que nos ha dado, como parte del equipaje de nuestra Vida.

Mireya Pérez


No hay comentarios:

Publicar un comentario