Una de las cosas más bonitas de la vida, para mi, es poder recordar momentos vividos en unión de amigas, compañeras del colegio, la Universidad, el trabajo, la vida... Mi mundo ha estado rodeado en una casi 80% por mujeres, y los amigos, aunque los hay, siempre se han mantenido en un segundo o tercer plano, mas bien en situación logística de apoyo, como mis caballeros de la armadura dorada. No por ello, han sido menos importantes, solo que ya me conocen y yo soy así... jajajaja.
Hoy quisiera compartir algunas anécdotas simpáticas que recuerdo con principal alegría, porque demuestra lo bonito que es vivir, y lo dulce que es ser una persona ingenua, a pesar de haber vivido X años. Quizás para algunos sea una especie de mojigata, no hay problema, si lo soy, me encanta!!!.
Siempre he pensado y pienso, que Dios en su infinita sabiduría, protege a los inocentes, a los que no piensan mal a priori, a los que van por la vida con la frente en alto y la mirada directa a los ojos de su interlocutor. Soy una mujer frontal y vertical, de hecho mi posición corporal siempre es recta, con la columna lo más derecha que puedo, y los hombros hacia atrás (estudié ballet por 15 años, y eso me ha marcado toda la vida). No tengo miedo, desde niña he tenido que enfrentar situaciones muy difíciles y he tenido que sacar fuerzas de donde no las tenía, para enfrentarme a las situaciones y seguir adelante. Y aquí estoy, con mis cicatrices de guerrera de mil batallas, pero con amor a la vida, a la gente, y sobre todo con mi Fe que siempre me acompaña a donde vaya.
Pero hoy vamos a reírnos juntos, a recordar peripecias de esas que solo le pasan al ¨pato Lucas y a mi¨, jajajaj. Y también a ¨Leoncio, el león miedoso¨. Aunque soy valiente, a veces prefiero ¨correr a la derecha o a la izquierda¨ jajajaja, para esperar el mejor momento o no, el destino es caprichoso a veces y nos pone en cada tesitura que no sabemos por qué o por qué no, en fin, lo importante es recordar y allás vamos!!!!.
Una de las anécdotas que recuerdo con más cariño es de una noche en Villa Pignatelli, allá por el año 73. Estábamos haciendo un retiro espiritual con las madres del colegio, el padre Arruza QEPD, y mis compañeras del colegio, que ese año nos graduaríamos de bachiller. El día que llegamos habíamos visto cada una, la habitación que nos habían asignado, la mía era una celda, me imagino que tipo novicia, con una cama pequeña y estrecha, un reclinatorio con un crucifijo para rezar y una mesita de noche, era estrecho quizás de 2 x 3 metros, no creo que fuera más grande y estaba en la planta baja del edificio central del retiro. Un grupo de compañeras les había tocado la planta superior y tenían balcón. Así que en el primer receso, nos pusimos de acuerdo en subir todas las de la PB al piso de arriba, a la habitación de una de las chicas, para hablar y cantar, comer galletas de soda y las golosinas que algunas progenitoras nos habían puesto en el equipaje.
Decidimos que empezaríamos a salir con margen de 5 minutos, y nos reuniríamos en el pasillo de PB para subir todas a la habitación de la compañera. Y así fuimos haciéndolo, era una noche cerrada, sin luna, y casi no se veía nada. Las primeras que salimos, íbamos esperando a las otras, ya habríamos unos 6 o 7 chicas cuando de repente, vimos salir de la oscuridad, una especie de mono amarillo fosforescente y una máscara de algo brillante salir de entre las sombras...pegamos un grito de terror ciego!!!! y salimos corriendo escaleras arriba, hasta que yo me tropecé con una silla que había justo antes de la puerta del padre Arruza... Estábamos riendo a carcajada limpia y aterradas al mismo tiempo!!!. El padre salió y nos pidió que nos fuéramos cada una a su habitación, y como corderos regañados, bajamos las escaleras, agarrándonas unas de otras de la mano, o de la bata de dormir, como hacían dos amigas de mi pijama. Cuando encendieron las luces y vimos quién era ese pijama amarillo chillón, nos atacó la risa de nuevo, respiramos profundo esperando el regaño de la madre directora, que no salió de su habitación, pues estaba en pijama... pero al día siguiente, en el desayuno,si nos dio nuestra reprimenda... jajaja.
Solo las chicas de la planta alta, se pudieron reunir esos dos días, en la noche. Las que estábamos en PB no, pues la madre directora iba de habitación en habitación chequeando que todas estuviéramos donde debíamos, jajaja. Yo me había llevado, como siempre, un libro, y preferí quedarme en mi celda bien acompañada por él, hasta el día siguiente...
De ese mismo retiro espiritual, tenemos otra anécdota:
A la mañana siguiente, cuando íbamos hacia las duchas, nos dimos cuenta de que eran unos cubículos con puerta y ducha, donde nos podíamos vestir, con cuidado para no mojar la ropa. Todo bien, pero... de repente una de las chicas, que ya se había adelantado a bañarse, pegó un grito de terror!!!, había un sapo en la ducha!!!!. Bueno, para hacer el cuento corto, nadie quería bañarse sola, así que la madre nos pidió que entráramos a cada cubículo de a dos, de manera que mientras una se bañaba, la otra cuidara por si había algún intruso... No me hacía gracia... Esos dos días, mientras mi compañera se duchaba, yo me ponía de espaldas a ella, pues no me gusta ver a otra persona en esas lindes, y cuando me avisaba que ya estaba tapada con su toalla, yo me volvía y le pedía que se fuera, que a mi no me daba miedo, y ella con una sonrisa de ¡Gracias!!! se iba corriendo al vestidor... Y así yo me duchaba más tranquila, jajaja...
Han pasado más de 40 años, pero recuerdo ese retiro con mucha ternura y alegría, todas eramos muy unidas y lo pasamos genial!!!. pasaron muchas cosas, pero esas dos fueron memorables!!!!.
En otra época de mi vida, me tocó dar clases en mi colegio de toda la vida, y con alegría empecé a dar clases de Biología y Química, en las mismas aulas, en las que yo, apenas 10 años antes había estado de estudiante, y como 10 años casi no son nada...Mis alumnas se convirtieron en algo mucho más que eso, de hecho algunas de ellas, siguen en contacto conmigo, y son mis hijas putativas... Las adoro!!!.
Cuando se acercaban las Navidades, las chicas nos pidieron a los profesores que si no nos importaría jugar con ellas al ¨amigo secreto¨, como era algo que en mis tiempo de estudiante ni se nos habría ocurrido, pues acepté. Y les diré que me hicieron tantas travesuras y nos reímos tanto, que siempre me acuerdo de ese grupo en particular con un cariño inmenso, mis chicas, tan hermosas, traviesas y buena gente!!!.
En lo particular, mi amigo secreto me hizo unas cuantas travesuras bastante majas!!!! jajaja. Por ejemplo, un día al lado de mi maletín me habían colocado un sobre con un chuche, vale no hay nada raro en eso.... pero mi ángel travieso me había puesto pistas, que me llevarían casi por todo el colegio en busca de la siguiente... A veces, la carta última decía que al día siguiente seguiríamos con las pistas... otras, me llevaban al último regalo de ese día, una tarjeta especial, algún detalle, o una nota de agradecimiento por ser su amiga secreta. De más está decir, que el último día de clases antes de Navidades, cuando hacíamos la reunión para descubrir quién era el amigo secreto, más de una vez me desconcertaron, pues al final resultaba que lo habían hecho en grupo... y todas habían participado con ingenio en el juego.
¡ Las quiero mucho chicas, que Dios me las bendiga siempre!!!!.
Pasarían los años, y un buen día me fui a trabajar en un sector financiero, en donde pasaría casi 25 años de mi vida, en tres empresas diferentes. Creo que ahí fue donde aprendí, crecí y me dieron las más grandes lecciones de mi vida, en todos los sentidos, tanto en lo bueno, como en lo que no se debe ni se puede hacer, y creo, sin modestia, que yo también les enseñé a ellos, unas cuantas lecciones de vida...
Pues bien, llevaba yo cuatro años trabajando en la primera empresa, cuando asignaron a un nuevo Vicepresidente del área, y nos fue llamando a cada ejecutivo, para conocernos, yo era en ese momento la única mujer en el equipo. Este caballero, a quien tengo en la lista de mis mejores jefes, no solo creía en que las mujeres podíamos ser buenos ejecutivos, sino que además, en mi caso en particular, durante los próximos años, me daría responsabilidades y cargos que me harían viajar por todo el país, y así tener la mejor visión de gerencia abierta y el conocimiento de lo que yo podría llegar a ser, si me lo proponía, y gracias a su apoyo, lo hice.
En una de las reuniones de trabajo que hacíamos con él, me di cuenta de que era la única mujer de ese reducido grupo de ejecutivos, yo era la Coordinadora de Eventos Especiales, pero los otros eran Gerentes de área y él el Vicepresidente. Solía decir de mi, que yo era su quinto hombre!!! Ya me había pasado que estando en algún evento, él llegara con su picardía y nos tomara al gerente de automóvil y a mi, y nos llevara por la exposición haciéndonos ver los otros Stands, pero también haciendo alguna alusión pícara hacia alguna chica buena moza que estuviera en alguno de ellos. Así que un día, cuando estábamos almorzando, le increpé: -¨Creo jefe que voy a terminar en la acera de enfrente!!!! - Y el muy pícaro riéndose de mi, me contestó:...- Mi querida niña, eres demasiado femenina para que eso ocurra!!! jajajaj-
Fue mi jefe en dos empresas distintas, pero fue un gran maestro, solía decir que le encantaba trabajar con mujeres, porque eramos: honestas, trabajadoras, cuando viajábamos nos dedicábamos a trabajar y luego directo al hotel, cenar y a nuestra habitación, y siempre estábamos donde decíamos que estábamos... Y déjenme decirles que él tenía alma de policía, y llamaba para saber dónde estábamos, si habíamos asistido a las reuniones y a qué hora habíamos salido. Y me atrevería a conjeturar que si se lo hubiera ocurrido habría preguntado hasta qué habíamos comido, jajaj. Pero también tenía un carácter fuerte, y yo prefería estar lejos, cuando ese volcán explotaba...
Muchas gracias jefe, has sido un gran maestro. Dios los bendiga a ti y a tu esposa.
Quedan muchas anécdotas en el tintero, pero hoy he referido tres etapas diferentes de mi vida, y espero que les haya gustado. Para mi recordar forma parte de la vida misma, pues gracias a esas personas, instituciones y situaciones he llegado hasta aquí, y no me puedo quejar.
Que Dios nos bendiga a todos, a mis compañeras del colegio que siempre están en mis recuerdos, a mis ex alumnas, las quiero. Y a esos seres humanos que me acompañaron en distintas épocas de crecimiento personal que es mi vida, muchas gracias, han sido y son grandes maestros para mi.
Feliz fin de semana!!!
Mireya Pérez.
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