A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

miércoles, 11 de mayo de 2016

Al Maestro con cariño... Sólo es un hasta luego...








Todos y cada uno de nosotros tenemos en nuestra memoria y en nuestra retina, la imagen grabada de aquél o aquellos maestros y/o profesores que marcaron un hito en nuestras vidas. Para las alumnas del colegio Nuestra Señora de la Consolación en Caracas y en la Universidad Católica Andrés Bello, tenemos un profesor en común, que nos dejó grandes momentos y frases inolvidables.

El Dr. Rafael Breddy, médico y docente, fue un hombre eminente, conocido y reconocido en diferentes ámbitos del desarrollo humano en nuestro país, Venezuela, y en otros lugares. Su condición humana, profesional y de padre de familia es ampliamente conocida y admirada. Pero hoy, en nombre de mis compañeras, quiero compartir esos recuerdos nuestros, con ese ser humano tan particular.

Era allá por los años 70, cuando estando en 3er.año de bachillerato vimos por primera vez a este hombre, en aquellos años era un hombre alto, muy alto, más de 1,80, de piel morena, palmas blancas y manos delgadas, super pulcro, elegante e impecable, pero creo que lo que nos desarmó por completo fue su voz, un hombre que hablaba varios idiomas entre ellos el francés e inglés, siendo el francés su lengua nativa, pues nació en una isla del caribe, que para aquel momento era colonia francesa... Por tanto, hablaba español con acento francés....

Nos daría aquel año escolar 1970-71, las materias de Biología y de Puericultura,  y fue en esta última materia donde llegamos a verlo sonrojarse más de una vez, al ser pillado por sorpresa por nuestra madre directora, Josefa María Alberti, en aquellos puntos de la materia en las que por primera vez íbamos a hablar de temas como el sexo, las relaciones de pareja, el alumbramiento y el aborto... El no se ponía rojo, pero sí morado y emitía una tosecita nerviosa que nos ganó el corazón...

Cuando nos explicaba algo y veía nuestras caras un poco como dispersas, decía una frase que siempre lo acompañó:

_ Me captan?...Me captan bien?...

Imagínense esa frase en español con acento francés, jajajaja, era todo un personaje!!!!

Una tarde, nos estaba explicando la posición OII ( occipito, iliaco, izquierdo) posición en la que se pone el bebé a la hora de nacer, y él con sus manos grandes hizo una especie de  abertura, y justo cuando estaba mostrando cómo pasaba la cabeza del niño por ese esquema ilustrativo del momento del nacimiento, sentiría quizás la sensación de ser observado desde la puerta, porque enseguida se enderezó, tosió y le explicó a la madre Josefa qué estaba haciendo, nosotras por supuesto, nos reímos un montón, jajajaj, ¡pobre de nuestro querido y entrañable profe!...

Cuando nos hablaba de las relaciones en pareja, fue sumamente delicado, pero siempre nos hablaba desde el ejemplo de alguien que conquistó, se casó y fue padre de 4 hijos maravillosos: Claribel, Mary Pili, Carmen Luisa y Rafael, sus grandes tesoros. Siempre estuvo muy orgulloso de ellos y de la labor que había hecho con su amor de toda la vida, su Puri...

Cuando nos hablaba de las parejas nos decía que no debíamos apurarnos con el ¨Primer ticket del tren¨, pero tampoco esperar al último, y en esa época estaba de moda la canción Penélope que cantaba Joan Manuel Serrat, claro ejemplo del que ha esperado el último tren, y pasa sin pararse en tu estación...

En cuanto a la fidelidad, también se atrevía a hablarnos de ese tema y nos decía que ese ¨trozo¨de más que tenemos en nuestro cromosoma X femenino, en comparación con el Y masculino, representaba para aquella época, 45 años atrás, cuatro genes más, y que cuando él pensaba en que esos cuatro genes no sólo nos daban la capacidad de soportar dolores como el parto, infarto, piedras en el riñón, etc., también le darían a su mujer la capacidad de montarle los cuernos cuatro veces, tosía, se reía nervioso, y nos decía que por eso nunca sería infiel... ¡ Era único!!!!.

Se que cada una de nosotras tiene sus propias anécdotas, pero a mi, que tuve la suerte de tenerlo no sólo en bachillerato, sino también en la Universidad, me acompañará siempre un hermoso recuerdo:

En cuarto año de carrera, estudiando en la Universidad, y tras tres años de casados, por fín estábamos embarazados, y como mi barriga fue tan maravillosa, pues asistí a clases  hasta casi el día de dar a luz. El último día que fui, 26 de enero, teníamos clases de taxidermia con la profesora de Genética, Mildred, y me había tocado quitarle las plumas a la gallina que habíamos llevado a fin de pasar por todo el proceso y luego de blanquear sus huesos, montar su esqueleto. Pues bien, a mi se me hincharon las manos y la cara, tenía una reacción alérgica y no la conocía, se ve que la profe se dió cuenta, y llamó al Dr. Breddy, quien enseguida se acercó al laboratorio y con la diplomacia que lo caracterizaba me preguntó de cuánto tiempo estaba, y le dije que ya estab en el noveno, el muy serio me dijo:

_ Mireya, hace 20 años que no atiendo un parto, así que por favor llama para que te vengan a buscar y después que des a luz, te reincorporas a clases...

Me dieron permiso para llamar a mi esposo desde el laboratorio, y una hora después, ya me había buscado.

Yo di a luz el 31 de enero a las 23:50 horas, y ¿saben la sorpresa que tuve ese primer día de estrenarme en ser madre?. Pues mi dulce y humano profesor Breddy, se había trasladado a la clínica donde dí a luz, y estaba parado, emocionado, a las 6 de la mañana frente al retén de bebés de la clínica, yo me dirigía allí cuando lo sorprendí, y me llenó el corazón de alegría infinita, yo había perdido a mi padre un 8 de Julio de 1971, justo el día en que tenía examen de Puericultura con él, y al cual me llevaron las monjas desde el Tanatorio, así que ese momento ¨mágico¨ambos compartimos el ciclo de la vida: Muerte y Vida Nueva...

Por eso, para mí, y se que para muchas de mis compañeras, ex alumnas, padres y representantes, para mi colegio, para la Universidad, para todos los que tuvieron la suerte de conocer a este hombre grande y generoso, su partida no será una mera esquela en un periódico o comunicado. Con él se va uno de los grandes maestros no sólo intelectualmente hablando, que lo fue, sino como ser humano.

Por ello, siempre será Nuestro Maestro con Cariño...

Dios los tenga en su Gloria, en la nuestra memoria siempre va a estar.

Con amor y respeto.

Mireya Pérez



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