A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

sábado, 21 de mayo de 2016

Cada día... Un nuevo comienzo...











Estamos tan acostumbrados a levantarnos cada mañana, mirar a través del celaje de las cortinas o de las persianas de la habitación, la luz del sol o el clarear de la mañana, que damos por supuesto, que cada día va a ser así. Sin embargo, para cientos de miles de personas en el planeta, esto no es cierto, muchos no amanecen, se han quedado dormidos en el dulce sueño del olvido, o en el paso que todos, tarde o temprano habremos de cubrir.

Por ello, hoy les invito a hacer un ejercicio de vida, dando gracias al Creador por este nuevo día, y dándonos a nosotros mismos también, el derecho y el permiso para hacer cosas que años ha, nos habrían parecido inauditas o producidas por una mente calenturienta...

Se que en estos momentos, sus mentes deben estar analizando ese interminable listado de cosas, situaciones o propuestas, que han ido almacenando en su lista de pendientes, para cuando el tiempo fuera mejor, para cuando tuvieran más dinero e incluso para cuando los hijos ya hubieran crecido. Todo eso es válido, y respetable, yo misma he tenido y tengo aún, una lista de cosas y viajes por hacer, pero esos planes dependen de otros imponderables, que a veces no podemos controlar. Sin embargo, yo quiero referirme a las cosas que sí podemos hacer, y que están a un sólo sí quiero de todos y cada uno de nosotros.

Podemos empezar por algo que siempre dejamos para cuando tengamos tiempo o un sábado libre:

Sí adivinaron, vamos a hacer limpieza de armarios, cajones e incluso, por qué no, del trastero o buhardilla, a donde van a parar todos los objetos, de los cuales, al final de muchos años, llenos de polvo y telarañas, ni siquiera sabremos por qué los guardamos.

Les aconsejo que hagan tres tipo de montículos o paquetes: 

a) Lo que puedo necesitar
b) lo que no necesito, pero puedo vender o donar.
c) lo que deben ir a la basura, pues están totalmente inservibles.

Si lo hacen así, verán que descubren algunos tesoros, de los cuales ni se acordaban, otros, en verdad son basura que debían haber ido a parar al contenedor, y unos cuantos que, una vez lavados o limpiados, pueden ser útiles a otras personas y evaluar venderlos o donarlos. Yo suelo hacer lo último, porque sé que existen instituciones que los pueden usar para obtener fondos y así ayudar, de una forma indirecta a ONG, que necesitan recursos, y aunque no sea una ayuda económica como tal, les ayudará de forma indirecta.

Una vez que han hecho esto, toca barrer, recoger, botar y asear toda el área, y si es posible, guardar lo que vayan a dejar, pero en cajas con rotulaciones que indiquen qué tiene cada caja. Así, el día de mañana cuando vayan al trastero o buhardilla sabrán exactamente que hay en cada caja, y será mucho más fácil buscar y reutilizar.

Les diré que una vez le agarren ¨cariño¨al recoger, arreglar y ordenar, se les va a ocurrir hacer lo mismo, con otras áreas de la casa, a la cual han ido dejando para más tarde o para cuando tengan tiempo para arreglarlos.

Ya tenemos algo que va caminando, ahora vamos con algo importante, nosotros... Otro signo de interrogación quizás... jajajaja. Pues sí, cuánto tiempo hace que no se toman una hora para ustedes mismos, para hacer algo que quieren hacer con locura, pero que siempre dejan para cuando haya tiempo. 

Si les dijera que el tiempo es ¨ahora¨, no después ni mañana, y mucho menos otro día... El mañana no existe, no ha llegado, ustedes lo saben, así como el ayer, que ya pasó... Sin embargo, tenemos por delante todo o casi todo un Hoy... Y ese si es realidad, entonces vamos a revisar entre todos esos planes pospuestos, algo que podemos hacer realidad, sin que signifique una erogación de dinero o un sacrificio, porque lo que se hace por sacrificio entra en otro renglón de nuestra vida, y hoy no lo vamos a tocar.

Piensen por ejemplo, que siempre han querido hacer algo desde jóvenes y que el tiempo tan apremiante y las responsabilidades, no les permitió hacerlo... 

Pues miren a ver qué opciones hay en su vecindario, en su barrio o cerca de su hogar u oficina, donde puedan hacer eso, que les hubiera gustado hacer hace algún tiempo, y una vez consultado con su yo interior, con su pareja si es algo que puede alterar algo la dinámica del hogar, o con el horario en general, vayan y háganlo, inscríbanse y asistan con regularidad, se sentirán incluso más implicados con su familia, en su equipo de trabajo, con sus relaciones personales y estoy segura que incluso, las relaciones de pareja serán mucho más afectivas y completas. 

¿ Por qué sucede esto? Por algo muy simple, cuando estamos llenos, cuando somos felices, somos más empáticos, damos mucho más a los demás y nos encontramos en armonía perfecta y maravillosa con nosotros mismos y con nuestro entorno. En los momentos de felicidad generamos endorfinas que nos hacen tener niveles altos de energía, alegría y satisfacción, eso se nota y se transmite. Usando una palabra de moda: Es un chute de alegría...

Cada día nos presenta la oportunidad inefable de realizarnos, de hacer aquello con lo cual nos sentimos identificados. No significa que vayan a hacer cambios drásticos en su vida, para los cuales, a lo mejor, no están preparados, pero cuando empiezan a hacer estos pequeños cambios, los que siguen van apareciendo de manera armoniosa y maravillosa, por tanto, se van a sentir plenos, alegres y sin proponerselo se lo contagiarán a los demás, es una parte importante del ejemplo que damos a los que nos rodean, a nuestro entorno íntimo o a la gente que trabaja con nosotros. Con el correr del tiempo, algo que empezó simplemente por hacer algo diferente, será realmente importante, surgirán ideas para hacer en grupo: una acampada, un paseo por el campo, por un río, una tarde de cine... Tantas cosas...

Queridos amigos y amigas, aprovechen las oportunidades que les brinda cada nuevo amanecer, no sólo vivan cada día como viene, con resignación, porque se ha vuelto monótona, no, es un gran regalo y como tal, debe ser disfrutado... Compartan con los que aman, pidanles ideas a su entorno, ya verán que cada uno de los que forman parte de su familia tienen sueños e ideas que pueden hacer mucho más hermoso el devenir de esta vida... Sus vidas.

Dios nos bendiga a todos y cada uno de nosotros y nos brinde un nuevo amanecer en armonía, amor y felicidad.

Mireya Pérez.



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