A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

viernes, 13 de mayo de 2016

La importancia de creer en nosotros mismos...







El título de este artículo de hoy es muy bonito pero, ustedes han creído siempre en ustedes mismos?... O como yo, tuvieron que aprender sobre la marcha. Pues bien, ese es el tema de hoy.

Nuestros padres nos criaron con una meta, estoy totalmente convencida hasta el punto de que, salvo algunos que puedan tener una opinión distinta al respecto,  ellos lucharon para que tuviéramos mejores oportunidades, una enseñanza superior a la de ellos y sobre todo con mucho más afectos de lo que ellos tuvieron alguna vez.

Algunos dirán pues no es así, y si ustedes son menores a cuarenta años, creo que tienen razón, pues su generación es fruto de una, como la de mis hijos, donde sus padres eran o somos profesionales universitarios o técnicos universitarios. La mayoría de ustedes habrán tenido unos padres más flexibles, pero a la vez exigentes, y les habrán dado un ejemplo de tenacidad, de estudio y preparación constante, creo que es uno de los grandes ejemplos que les hemos dado, sin lugar a dudas. Pero para los que somos mayores a cincuenta o a sesenta años, quizás algunos de nuestros padres fueran gente preparada, pero para los hijos de emigrantes, como mi caso, era gente trabajadora, con un oficio, que surcaron los mares buscando un futuro mejor para ellos y para sus hijos, y el tiempo les dio la razón...

Todos nosotros, por tanto, tenemos en común las ganas de superarnos, incluso a nosotros mismos, en innumerables ocasiones nos habremos puesto metas a conseguir, y más temprano que tarde, las habremos alcanzado, fruto de algo que llevamos por dentro: tenacidad y confianza en nosotros mismos, nada más y nada menos.

Los que han ido escalando posiciones dentro del entramado de las empresas para las cuales trabajan, conocen muy bien el esfuerzo y la constancia que han tenido que demostrar a sus superiores, incluso destinando un tiempo de más a su horario laboral, lo que es importante, pues el empleado que sólo se dedica a cumplir un horario y a hacer lo que le dictan, raramente surge dentro de la empresa, mientras aquel que es creativo, pro activo y diligente, que no le importa quedarse un rato más si hace falta, que aporta ideas, busca soluciones a los problemas y se implica en el proceso como uno más, tendrá mucho más éxito en su cometido, que aquel que sólo cumple con su obligación.

Yo lo hice siempre, traté de dar el 101% en mi labor, primero como docente, luego como jefe de control de calidad en una planta de alimentos, y posteriormente como ejecutivo en compañías de seguros, durante 25 años. Siempre puse por delante mi honestidad, mi empuje y mis ganas de aportar un plus a lo que hacía, pero sobre todo, siempre me hice responsable del trabajo de la gente que estaba a mi cargo, en español claro y duro: Daba la cara por mis subordinados, si ellos se equivocaban, la culpable era yo, porque no lo había detectado a tiempo. No fue ni es fácil hacer eso, pero hay que creer en el equipo que se ha formado, en la gente que trabaja con uno, y sobre todo, reconocer los méritos de quien los merece, nunca apropiarse como propios de las ideas de la gente que trabaja con nosotros. Eso lastimosamente lo vi muchas veces, en gente que trabajaba en la empresa, que utilizaba las buenas ideas de los demás y luego las presentaba como méritos de ellos.

¿Qué hacer frente a personas así?... Nada, el tiempo pone a cada quien en su lugar, es fácil copiar una idea, pero desarrollarla o llevarla a cabo, sin conocer a fondo cuáles son las variables que hay que tomar en cuenta, o los posibles problemas que se pueden presentar, sólo lo sabe el dueño original de la idea, el otro es un mentiroso, y a los mentirosos se les agarra más fácilmente que a un cojo, como dice el refrán popular.

Cuando creemos en nosotros mismos, emanamos una convicción de nuestras ideas, nuestra posición corporal dará las claves de nuestra seguridad, nuestra manera de mirar a los ojos a nuestro interlocutor, la voz, su modulación, todo, absolutamente todo, nos indica que estamos ante alguien que tiene las ideas claras y que cree en lo que piensa, dice y proyecta. Es un gran valor agregado, algo inestimable, para las organizaciones hoy en día. Pero, también genera mucha envidia en los individuos mediocres, lastimosamente hay muchos, pero no se preocupen, ustedes sigan con sus proyectos, con sus ideas, poniendo en práctica no sólo sus conocimientos, sino la experiencia y ese 101% de entrega en lo que hacen, al envidioso, por más que haga, le llegará su sábado, saldrá sin pena ni gloria.... 

A veces las cosas, por más que nos empeñemos, no salen como esperamos, y esa es también una oportunidad de crecer, siempre que  estén abiertos a aprender; aún en las horas menguantes, se puede surgir y salir fortalecidos, ni más ni menos, a veces aunque no lo crean, de una situación aparentemente desastrosa, surgen las oportunidades, y aquellos sueños que habían desechado como imposibles, se presentan ante su mirada atónita y les dice:

_ ¡ Vamos! es nuestro momento...¡ Adelante!.

No tengan miedo, en el peor de los casos, tendrán que volver a empezar, pero tendrán a su favor la experiencia de cómo no se debe hacer tal cosa u otra, eso también es un aprendizaje y es muy valedero. Lo importante es no desanimarse, incluso cuando creen que no vale la pena, respiren profundo, salgan a dar una vuelta, a despejar la cabeza, luego regresen y miren su proyecto desde diferentes ángulos, quizás haciendo mentalmente un paso atrás, dejando su cuerpo en el plano, y su mente desde atrás viendo todo con otra perspectiva, es un gran ejercicio de control, y una manera de ver las cosas, como con otra mirada , de hecho lo es realmente. Pero si aun así no pudieran ver dónde está el error, pues regresen a su hogar, jueguen con sus hijos, hablen con su pareja, y mañana con la mente despejada vuelvan otra vez a cumplir con su sueño.

No se desanimen, luchar por alcanzar nuestros sueños no es fácil, pero cuando empezamos a ver el resultado de nuestro esfuerzo personal, sentimos que valió la pena, es un gran logro y un ejemplo para nuestros seres queridos, eso, sin darse cuenta es parte del legado que les van a dejar el día de mañana, que ¨nunca se dejaron vencer por la adversidad¨, creo que no es una mala herencia, ¿ a ustedes qué les parece?...


Dios los bendiga este y todos los días de sus vidas.

Mireya Pérez


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