Desde que era niña, las películas de Disney eran mis favoritas, y cuando me hice adulta y madre, fui coleccionando cada DVD que conseguía para hacer ¨mi colección¨, la que guardaba con cariño y agradecimiento, pues a estas películas estaban asociadas diferentes épocas de mi vida, incluso los sueños de un mañana prometedor, jajajaj.
Mis hijos vieron estas películas muchas veces, y cada uno de ellos tenía su favorita, hoy recuerdo a Peter Pan, por mi hija y La Espada en la Piedra, por mi hijo...
Pero el tiempo pasó, crecieron, y hoy que soy abuela, un buen día, en uno de esos viajes de mis nietos a casa, busqué mi pequeña colección y se las regalé, había que pasar el testigo, jajajaj... Mi hija sabía lo que significaba esa colección, y aunque mi yerno no atinara a pensar que a un adulto de mi edad le gustaran estas películas, pues se las llevaron, jajaja. Hoy si mis nietos ven alguna, se mofa, pero con respeto de esta abuelita que disfruta como una niña de estas películas.
Pero lo que nunca imaginé fue que un día mi nieta mayor, seis años, me dijera:
_ Ya no me gustan esas películas Tati _ sorprendida pregunté:
_ ¿Por qué mi cielo?_
_ Tati, es que todas terminan encerradas por una bruja mala, una madrastra o un ser maligno...._ y continuó _ Y al final las rescata un príncipe _
_ ¡ Qué bobadas!_ en el mundo no hay tantos príncipes!_ Yo no quiero que nadie me rescate...
Me quedé perpleja, pero tuve que aceptar que ella tenía razón.
Sin querer, muchas de las niñas de mi generación, crecieron sin saberlo, con el ideal del ¨hombre maravilloso¨que sería su ideal... Algunas jamás encontraron al hombre perfecto, otras no supieron reconocer ese amor que se acercó a su puerta, y las que tuvimos pareja y familia, quizás en más de una ocasión, sin que lo aceptemos a viva voz, hubiéramos querido que se convirtiera en Sir Ivanhoe y nos rescatara de los pequeños grandes problemas de la vida... Pero eran y son seres humanos, como tales, con defectos y virtudes, y por supuesto nosotras no somos ninguna princesa, ni somos tan delicadas e indefensas... jajajaj.
Por eso, de un tiempo a esta parte, he visto que las películas de Disney han cambiado, ya hay heroínas que están solas, que se realizan, cada una en su entorno, sin necesitar del apalancamiento de una pareja, sea cual sea...
Mérida de Brave o Valiente...
Elsa de Frozen y
Moana de la película con el mismo nombre...
Son ejemplos modernos de estos tiempos, y tienen razón los niños de hoy, con sus razonamientos, en palabras sencillas, pero claras, producto de estos tiempos fantásticos en los que se están desarrollando.
No quiere decir que estas nuevas generaciones no se vayan a enamorar algún día, pero creo que lo harán sin idealizar al otro y aceptando sus diferencias y muy posiblemente, amarlos por esas diferencias.
Por ahora, vivo con ilusión cada una de las etapas que están viviendo, atesorando recuerdos, para el momento en que crezcan y si estoy viva, poder comparar mentalmente al nieto adulto, con el niño que conocí. Dios quiera que pueda vivir esa etapa... En estos tiempos disfruto cada experiencia como maravillosa y fantástica. Lo demás está en manos del Creador, ya habrá tiempo para todo.
Dios bendiga a nuestros nietos, a sus padres, y también a nosotros, para que podamos disfrutar de cada aprendizaje y descubrimiento de esta nueva generación, diferente, única y amada.
Mireya Pérez
https://www.youtube.com/watch?v=AtEasxc0v64&t=203s
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