A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

domingo, 20 de julio de 2014

En la próxima parada... por favor!.







Cuántas veces al montarnos en un Autobús, una Tranvía, una Gua-gua, un Metro bus, etc., no hemos pulsado el botón o dicho en alta voz, - En la próxima parada, por favor-

Pues en nuestro día a día, sucede igual, si conocemos a alguien nuevo, es un pasajero más en el tren de nuestras vidas, y si alguien, por H o por B, decide bajarse de tu tren, también es algo que sucede a menudo, aunque a veces nos duela. Para algunos es quizás como si alguien te hubiera dado una puñalada en la espalda, lo que llamamos ¨Una puñalada trapera, a traición¨... Pero no hay tal, nadie está pegado a nuestra costilla como si fuera un siamés, nadie, absolutamente nadie, ni el amor más grande del mundo, todos, aunque nos duela, en algún momento nos dirán hasta luego o adiós, quizás al pasar un tiempo, en algún recoveco del camino, el tren se pare y algunos pasajeros vuelvan a subir, y los recibiremos como si fuera ayer, y no hubiera pasado el tiempo..., y seremos felices porque de nuevo hemos visto ese rostro que queremos de nuevo a nuestro lado, con su distancia, con su autonomía, con sus virtudes y defectos, siendo él o ella misma.

Y los recibiremos con los brazos abiertos de para en par, y nos fundiremos en un abrazo de felicidad, pero nos reprimiremos un poco, para que no se de cuenta de cuánto los hemos extrañado, no por orgullo, sino para que no salgan corriendo, no quieres amarrarlos a tu espacio, solo quieres que se puedan ver de vez en cuando, hablar por teléfono, chatear, salir un día, si se puede, o sino, simplemente saber que está ahí en el mismo vagón, pero con su espacio vital activo y respetado, por ti, por uno, por todos, a veces quizás sin darnos cuenta, de tanto amor, podemos ahogar al otro, y nadie quiere sufrir por eso, y mucho menos causar eso en alguien a quien se quiere.

A veces, cuando veo en facebook algunos comentarios tomados de páginas con frases hechas, bien basadas en autores, actrices, actores, filósofos, escritores, poetas, etc., conocidos, pero con mensajes, a mi manera de ver, negativos, no los comparto, ni siquiera hago un comentario, porque creo, en lo más profundo de mi ser, que cuando ha ocurrido algo, que haga distanciar a dos o más personas, si sigues horadando en el mismo sitio, si sigues con frases tratando de hablar del ¨daño¨que te hicieron¨, lo que haces es darle más carga o energía a la situación, y no, no hay que hacerlo. Si pasó algo, bueno hay que aceptarlo, si es por culpa nuestra, y se puede remediar, se piden disculpas, y si no es posible, pues desde el corazón, le enviamos todo nuestro amor y los dejamos ir, así de sencillo, nadie tiene un contrato de vida con nadie, ni siquiera un esposo o esposa, cuando la convivencia no es posible, es preferible separarse y meditar, y si al final, se separan es mejor que sea de mutuo acuerdo, como adultos, sin insultar, sin dañar, porque de lo contrario, estaríamos haciendo algo en contra de nosotros mismos, porque esa persona en algún momento fue muy importante para nosotros, y ahora no la podemos denigrar, simplemente porque descubrió otro camino...

Dejar ir, es muy difícil, pero la vida, a lo largo de nuestra historia personal, nos ha enseñado, que nada es eterno, que todo es temporal, incluso los hijos, también se van y es ley de vida que asi lo hagan, y no por ello podemos disgustarnos, acaso no hicimos lo mismo sopotocientos años atrás, la vida es asi, y el tren sigue su camino, y hará nuevas paradas, y algunos pasajeros se bajarán y otros iniciarán su recorrido una parte del trayecto, si nos acompañan hasta el final de la estación, Gracias a Dios, si no, Gracias también, porque el tiempo que compartamos será vital para todos y cada uno de nosotros  y traerá aprendizajes y experiencias nuevas, que nos darán grandes alegrías, y quizás alguna lágrima, pero todo forma parte del aprendizaje para vivir.

Dios Bendiga a todos y cada uno y una de los pasajeros y pasajeras del tren de mi vida, si te bajas en la próxima estación, te desearé feliz viaje y si vuelves a a subir, te daré la bienvenida, como si nunca te hubieras marchado, porque los amo a todos y cada una/o de vosotros a su manera y a mi manera.

Con el amor desinteresado de mi corazón, Dios los Bendiga.

Mireya Pérez.



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