A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

domingo, 19 de abril de 2015

Si pudiera....










Muchas veces a lo largo de estos últimos 20 años de mi vida, me he planteado esta frase: ...Si pudiera... y detrás de esas dos sencillas palabras, se entretejían un sin número de cosas, situaciones, pensamientos e ideas que venían a mi mente como en un torbellino, y sin saberlo, desperdicié minutos e instantes mágicos que sucedían a mi alrededor y que en mi falta de madurez o de conciencia, no valoré en su justa medida.

Hoy con el arribo cada vez más cercano de mis primeros 60 años de existencia, veo con nostalgia el tiempo desperdiciado, pero sin embargo, también agradezco a Dios la oportunidad maravillosa de emprender el camino, de nuevo, tantas veces, como sea necesario, porque la vida nos pone a veces en la tesitura de tomar decisiones drásticas, fundamentales y vitales, mas sin embargo, en otras ocasiones, solo hay que decidir entre uno u otro camino. 

¿Qué estoy haciendo al respecto?. La respuesta es simple, dar un paso detrás de otro, no puedo hacer nada más, simplemente ESPERAR y CONFIAR en que nuestro Señor siempre tiene algo mejor para nosotros, aunque a veces en nuestra inmediatez no veamos la luz al final del camino, pero la hay, estoy segura, existen brotes de vida en cada recodo, lo que significa que cuando este tramo tan empinado y a veces tan duro termine, conducirá quizás a una zona plana, una meseta quizás, donde pueda descansar y respirar agradecida, donde quizás encuentre un manantial de agua fresca donde saciar mi sed, donde la luz del sol brillará tanto, que casi tendré que cerrar los ojos, para acostumbrarme a esta nueva etapa.

A pesar de todos los percances que han ocurrido, doy gracias a Dios por las cosas buenas que han sucedido, suceden y sucederán en mi vida, porque cada vez que he necesitado algo sustancialmente importante, han aparecido en mi vida: personas, situaciones o cosas que parecieran traídos al azar, pero que mi corazón cristiano sabe, que es el Señor el que me los ha puesto para ayudarme, son los ángeles del camino y los maestros de la vida, que han aparecido en el momento oportuno y justo, ni un minuto antes ni un minuto después. Y estoy enormemente agradecida por ello.

A pesar de todo, estoy viva, tengo una mente que piensa, a veces demasiado, lo se, pero está ahí, funciona, equilibra los sentimientos que en un momento dado podrían haberse desbocado y sin embargo, han tenido la templanza suficiente para acudir en ayuda del dolor ajeno o propio, sin destruir o menoscabar la Fe que mueve mi vida, y la que me gustaría inculcar en las personas que llegan a ella, o que se han marchado, porque ha llegado la hora de bajarse del tren existencial de Mireya, para subirse a otros trenes.

Trato en lo posible de quitar o alejar de mis pensamientos ese...Si pudiera... y sustituirlo por un: ..voy a hacer tal cosa y tal otra... Es decir, me invento mi ruta o camino, me pongo metas a corto, mediano y largo plazo, cosas que se que con un poco de esfuerzo de mi parte, podré realizarlas. No se trata de poserse metas inalcanzables, porque entonces vendría el desánimo y la congoja, no, se trata de establecer aquellas cosas que sabemos que podemos realizar.

Trato por ejemplo, de escribir todos los días en este blog, que sé que no trata de temas súper importantes, pero que sirve de diario de ruta y ejercicio mental y físico, para mi meta de escribir libros interesantes, de ayuda, de apoyo a otros, porque, como dice el refrán popular: ¨Mas sabe el viejo por viejo que por diablo¨... Y de algo deben servir las experiencias vividas, no porque sean un ejemplo, aunque quizás sí, en la medida de que no cometan los errores que cometí, y eso sería maravilloso, porque habré ayudado a alguien a no tropezarse en el camino, por no mirar con atención... 

Mi madre solía regañarme porque no miraba por donde caminaba, en mi casa, por ser mi madre modista, siempre había cerca de su área de trabajo, pedazos de telas, alfileres y hasta agujas y tijeras que se habían caído al piso, y que yo podía pisar y dañar o hacerme daño, y mi respuesta inconsciente era:

- Mami es que me quedan muy lejos....- porque siempre fui, en esa época, una ¨larguirucha y flaca¨criatura, con mi 1, 72 metros de altura.

A mi madre no le quedaba más remedio que sonreír, y con la mano empujarme para que saliera de la zona de desastre en que había convertido su mundo, unos instantes.

Sigo leyendo, no con la misma ansiedad de antes, porque para leer necesito ¨mi espacio¨interior especial, y a veces no lo tengo, pero no importa, lo verdaderamente importante es la labor que realizo, aunque no sea aparentemente productiva, que lo es, pero solo a nivel espiritual, Dios y yo lo sabemos.  

El día en que tuve la oportunidad de coger de nuevo mi Cruz, la agarré en forma consciente y he seguido y seguiré adelante, a veces, aparece un ¨Cicerón¨ que me ayuda un tramo del camino, otras lo recorro en solitario, sumergida en mis pensamientos, rezando, cavilando, haciendo cálculos mentales, construyendo mis sueños, recomponiendo mi postura ante cada una de las pruebas o piedras que encuentro, sonriendo siempre a los otros, tratando de infundirles mi paz y mi conciencia tranquila y serena, sirviendo quizás de ejemplo, a otros, sin saberlo ni proponérmelo.

He aceptado conscientemente todo lo que hay en mi vida, porque si me pongo a analizarla, tengo muchísimas cosas por las cuales estar agradecida a Dios y lo estoy: En primer lugar: estoy viva, respiro, pienso, siento, transmito a los demás, camino, etc.; en segundo lugar, soy una mujer sana de cuerpo y de mente, muy importante para mi, jajajaj.; tercero: hay gente a mi alrededor maravillosa, empezando por mi hija y mi yerno, mis nietos felices y sanos, mi familia, mis amigas y amigos, mis ex-alumnas que no me han olvidado a pesar de que ya son mujeres profesionales y madres de familia, las personas que he encontrado en mi camino, mis recuerdos tan importantes para mi crecimiento como ser humano, porque son la base de este ser  humano que soy. Todo esto, que a veces damos por sentado, es valioso para mi, como persona e individuo, y como ser espiritual que soy. Porque todos y cada uno de nosotros somos, además de carne y huesos, un ser espiritual con un alma.

Así que cuando a mi pensamiento se asoma este ...si pudiera..., enseguida lo enfrento a un Sí Puedo y arreando que se hace tarde!!!!!, jajajajaj.


Que Dios nos bendiga a todos y cada uno de nosotros, que nos ilumine en las horas bajas y que nos permita cada día, ver de nuevo el sol, porque siempre después de una tormenta, así sea existencial, siempre sale el sol, otra vez, y con él nuevas oportunidades y sueños por cumplir.

Mireya Pérez.


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