Hoy comienza el 2014, y como muchos han colgado en Facebook, es el inicio de un libro con 365 páginas en blanco, si pudiera escribir en él todos mis sueños, quizás encontrarían que no hay mucha diferencia entre mis sueños y el de algunos de ustedes.
¿Les extraña? Por qué? No se han dado cuenta que a medida que pasan los años, nuestras necesidades se hacen cada vez menos importantes, que las cosas que hasta hace un par de años nos parecían imprescindibles, hoy ni siquiera forman parte de nuestra memoria?.
¿Acaso no se han dado cuenta que la gente del pasado, que de nuevo se asoma a nuestra ventanilla particular de este tren de la vida, tiene recuerdos diferentes, del mismo hecho, de lo que ustedes tienen?
A mí me paso, con una compañera del colegio, yo la recordaba de hablar con ella, de compartir las clases, de jugar en el patio, de las canciones, de la capilla del colegio, de lo inteligente y buena estudiante que era, sin embargo, ella de mí se acordaba por algo, que yo había borrado de mi memoria, y cuando sorprendida se lo comente a mi hija, me dijo-mamá, pero es normal, yo misma te recuerdo así, y solo porque estudié en tu colegio, y las madres, me lo recordaban- Hacía muchos años, que no habría los álbum de mi niñez y de mi adolescencia, quizás, porque el día a día era tan exigente, que no cabía espacio para el recuerdo. Pero he llegado a la conclusión, que egoistamente me gustan más mis recuerdos, simplemente porque son míos, y nadie más que yo los conoce y los valora.
Quienes me conocen saben por mi amor a mi colegio, allí pasé 14 años como estudiante, 14 años dando clases y luego entre madre y ex alumna, sin darme cuenta les entregué 35 años de mi vida. Esas cuatro paredes, que se mantienen firmes y hermosas conocen de mis sueños, de mis ilusiones, del dolor inmenso al morir mi padre, del silencio sepulcral de mis compañeras el día que me hicieron asistir al examen de Puericultura, cuando mi padre estaba de cuerpo presente en la funeraria o tanatorio, del esfuerzo sobrehumano para no llorar, cuando tenía el alma desgarrada, nadie me miró, nadie me acompañó, solo mi amiga de toda la vida, quien gracias a su parecido conmigo, soportó los pésames que le daban los conocidos de mi padre, que no me conocían y yo le decía dejalos, no importa.
En la capilla de mi colegio encontré el consuelo al dolor y a la pena, a nuestra Madre de Consolación entregué mis dudas, mis sueños, mis ilusiones, mis decepciones, mis tristezas, en la oración encontré la fuerza para levantar la cabeza tantas veces, como me sentí caer entre la bruma, entre la gente, entre los que sin saber murmuraban, entre los que sin preguntar acusaban, entre los que se reían de mi inmadurez o de mi ignorancia, porque había vivido en una cúpula de cristal construida por mis padres, pero que se rompió en mil pedazos, el día que eché una pala de tierra sobre su tumba. Dejé de ser su niña, para ser un adulto de 15 años, que tendría que sustituir a su padre hasta en las juntas del colegio donde estudiaba mi hermano, porque mamá no tenía tiempo, debía trabajar dándole a la máquina de coser noche y día, para poder cumplir el sueño de darnos una educación a los dos, como era el sueño de ellos.
El día que me gradué de Bachiller mi hermano de 12 años, llevaba orgulloso el brazo de mi madre en el desfile que las madres habían preparado para las graduadas.
Después vendría la boda, los hijos, la vida, las responsabilidades, el dolor y la fortaleza, la madurez y la sensatez, ahora los nietos, y la alegría de vivir de nuevo por ellos, y para ellos, de contar muchas historias, fruto de los cientos de libros leídos, o de la vidas que durante más de 30 años de trabajo, te enseña, aunque no quieras. Cuántos rostros, cuántas vidas que han tocado o rozado mi vida en algún momento, cuántos pasajeros que se han montado en el tren de mi vida, y que se han bajado en la primera estación, o que han vuelto de repente a montarse, después de mucho tiempo, pero con la misma sonrisa, con el mismo amor, con la añoranza de la juventud, con la alegría de que gracias a Dios ya pasé de eso, y porque ahora, las expectativas son otras.
Cuando ponen una publicidad sobre los últimos modelos de zapatos o el último alarido de la moda, me sonrío para adentro, porque no me los pondría ni muerta, cómo caminar con 15 cm de tacón, si con mi 1,72 cm de altura descalza ya me veo bastante alta, sobre todo en misa, cuando en la liturgia al levantarme, veo delante de mi muchas cabezas de personas que son más bajas que yo, claro que algunas de mis compañeras y yo éramos la excepción a la regla en nuestra época, porque éramos las 5 chicas más altas del salón y por supuesto siempre nos sentábamos de últimas en clase para no tapar.
Con el tiempo he aprendido que menos es más, que no hace falta maquillarte tanto, solo un poco de labial y algo de delineador en los ojos, y ya está.
Que no hace falta tener un armario lleno de ropa, sino con tener un fondo de armario y piezas intercambiables entre ellas, para verte siempre bien, clásica, pero con elegante sencillez, por supuesto no deben faltar un vestido negro, una falda negra y un pantalón negro. En lo particular, creo que tengo 6 pantalones, suéter de cuello alto que me encantan de todos los colores de mis pantalones y luego accesorios que puedo cambiar a gusto para hacer de poco algo que pareciera inmenso.
Si las posibilidades económicas lo permiten, cuando llegan las rebajas, busco algo que complete el básico armario, y feliz como la perdiz, por otros tantos años, porque tengo ropa de hace 15 años y todavía está nueva, no soy pichirre, pero ¿como voy a votar una chaqueta que no pasa de moda y que está perfecta?.
Le doy gracias a Dios, que no soy esclava de la moda, ni del qué dirán, pues cuando más los necesité no estaban....
Así que amigos, este año 2014 trae inmensos retos para cada uno de nosotros, espero poder contarles historias hermosas y cosas de la vida en forma natural, que Dios nos colme de sabiduría y templanza para aceptar lo que no podemos cambiar, que nos llene de amor para poder dar a manos llenas, de miles de sonrisas para brindarles a los demás, que seamos capaces de consolar al que necesita un poco de apoyo, de conocimientos para dar un consejo si nos lo piden a tiempo, o de alegría para sacarle importancia a las cosas que después de un tiempo nos demuestran que no eran tan graves como pensábamos.
Que Dios nos Bendiga a todos y bienvenido 2014.
Mireya Pérez 1/01/2014
Con el tiempo he aprendido que menos es más, que no hace falta maquillarte tanto, solo un poco de labial y algo de delineador en los ojos, y ya está.
Que no hace falta tener un armario lleno de ropa, sino con tener un fondo de armario y piezas intercambiables entre ellas, para verte siempre bien, clásica, pero con elegante sencillez, por supuesto no deben faltar un vestido negro, una falda negra y un pantalón negro. En lo particular, creo que tengo 6 pantalones, suéter de cuello alto que me encantan de todos los colores de mis pantalones y luego accesorios que puedo cambiar a gusto para hacer de poco algo que pareciera inmenso.
Si las posibilidades económicas lo permiten, cuando llegan las rebajas, busco algo que complete el básico armario, y feliz como la perdiz, por otros tantos años, porque tengo ropa de hace 15 años y todavía está nueva, no soy pichirre, pero ¿como voy a votar una chaqueta que no pasa de moda y que está perfecta?.
Le doy gracias a Dios, que no soy esclava de la moda, ni del qué dirán, pues cuando más los necesité no estaban....
Así que amigos, este año 2014 trae inmensos retos para cada uno de nosotros, espero poder contarles historias hermosas y cosas de la vida en forma natural, que Dios nos colme de sabiduría y templanza para aceptar lo que no podemos cambiar, que nos llene de amor para poder dar a manos llenas, de miles de sonrisas para brindarles a los demás, que seamos capaces de consolar al que necesita un poco de apoyo, de conocimientos para dar un consejo si nos lo piden a tiempo, o de alegría para sacarle importancia a las cosas que después de un tiempo nos demuestran que no eran tan graves como pensábamos.
Que Dios nos Bendiga a todos y bienvenido 2014.
Mireya Pérez 1/01/2014
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