A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

miércoles, 22 de enero de 2014

Una cita a ciegas...




Cuando hablamos de una cita a ciegas, muchos  recordarán la película de Bruce Willis y Kim Bassenger, en realidad era muy divertida. pero yo no les voy a hablar sobre la relación de pareja, que aunque importante, es privada y le corresponde sólo a los involucrados.

Yo quiero hablarles de la cita a ciegas más importante de nuestras vidas, cuando junto a nuestra pareja o sin ella, recibimos la noticia de que vamos a ser madres. Es la noticia más esperada y la que más ilusiones y más miedos producen.

Miedos, porque la primera vez, es algo que nunca nos ha sucedido, de lo que hemos oído hablar, pero de lo que no tenemos idea, pensamos con razón, por demás, que nos va a cambiar la vida, y es cien por cien cierto, cuando llega el día, ya no volvemos a ser las mismas. Todo a nuestro alrededor cambia, y tiene nuevos significados...

Algo hermoso y maravilloso se está formando dentro de nosotras, va ir sufriendo diversas metamorfosis, propias de nuestra raza humana, desde el huevo o zigoto hasta el bebé que nos mostrarán o entregarán apenas demos a luz. pero es que adicional mente, nuestro cuerpo también cambia, al principio no se nota, pero nos dan vómitos náuseas y mareos, hasta casi el tercer mes, pero después todo, o casi todo, es como coser y cantar, o así me pareció a mi, porque estaba muy entretenida, estudiando en la Universidad el  4º año de la carrera y además iba a ser madre, y un día de enero faltando casi 4 días para dar a luz, estando en la clase con nuestro Profesor de Biología el Dr. Rafael Breddy, me miró y me preguntó para cuando  era el parto, y le dije que precisamente ese día entraba en cuentas, tosió y me dijo, - Hace más de 20 años que no atiendo un parto y Sra., déjeme decirle, que por favor se vaya a casa y cuando nazca el bebé regrese a clases-. Llamé a mi esposo para que me viniera a buscar y un 31 de Enero a 10 minutos para las 12 de la noche, dí a luz a mi tesoro, a la luz de mis ojos.

Como madre primerisa, lo primero que hice fue reír, luego llorar, era la época en que no dejaban que los esposos nos acompañaran en el parto, pero estuve todo el tiempo acompañada de la Sra. Josefina Carrero quien me preparó para el parto, y la que estuvo conmigo las 8 horas que tardé en traer a mi niña.

Por supuesto en cuanto me la mostraron, lo primero que hice fue contarle los dedos de las manos y de los pies, no se porqué, pero es que me parecía tan perfecta... esa personita tan especial era nuestra, y yo la había traído al mundo. No sabía a quien se parecía, solo que era preciosa o por lo menos a mi me lo parecía, luego se la llevaron para pesarla, y hacerle la primera revisión neo natal, pero ya ella estaba demostrando los pulmones con los que la Naturaleza le dotó, pues tiene una hermosa y melodiosa voz así como un oído musical, que ya quisiera yo para los días domingo.

Tenía apenas una pelusita que le cubría su cabeza y era rubia, de ojos grandes y boca roja, me recordó la canción Muñequita Linda de María Gribber y esa ha sido su canción de cuna de toda la vida, por excelencia, y ahora ella se la canta a su propia hija, mi nieta, pero adaptada por ellos, lo que me parece muy bien.

Los días siguieron, luego los meses y posteriormente los años, se me fueron en un abrir y cerrar de ojos, ahora ya es una mujer hecha y derecha, con su propia familia, pero para mí siempre será Mi Niña, porque desde el día en que la concebimos y hasta que nos toque partir, como a todos, ella es y será la Cita a Ciegas más hermosa e importante de nuestra vida.

Con amor.

Mami.



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