A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

martes, 2 de diciembre de 2014

Caminaré descalza por los caminos...




Una de las cosas que, aunque parezcan mentira, me gustan más que nada en la vida, es caminar descalza por la arena en una playa desierta, o por el césped recién cortado o bañado de rocío...Es una sensación de estar Viva indescriptible!!!!.

Una vez leí, que si caminas por una playa desierta, haciéndote consciente de cómo tus pies se hunden en la fina arena, y van dejando unas huellas, que luego las olas en su eterno vaivén, desdibujan, te cargas de energía... e igual ocurre cuando te sientas en un jardín, o un parque y sientes la energía de la Madre Tierra que fluye a través de tus poros. Es una sensación de paz, de tranquilidad, de armonía con el todo que nos rodea y con el mundo que palpita en la punta de nuestros dedos, a flor de piel. Y me siento viva de nuevo, con energías renovadas, para incorporarme y seguir de nuevo mi camino, sea como sea el mismo. 

Hace algún tiempo decidí aceptar lo que estaba destinado, y no luchar, solo vivir el día a día, como Dios me lo presentara. Pero dado mi carácter de mujer hiperkinética, no ha sido fácil. He sido casi un alma indómita, queriendo hacer las cosas a su manera, pero la vida me ha enseñado que cada momento tiene su tiempo, y cada recodo en el camino tiene una enseñanza para mi, y que debo aceptarla, tal como se presentan, porque es justo lo que necesito para seguir mi camino.

Ese continuo aprendizaje, al que somos sometidos todos y cada uno de los seres humanos que habitamos este planeta, tiene diferentes lecciones, así como existen diversas disciplinas del saber humano conocidas  como las lecciones que cada uno debe aprender. 

Se podría aplicar aquí la metáfora de un grupo de estudiantes que comienza el primer semestre de la carrera y ve que hay materias obligatorias y materias electivas: las obligatorias, son imprescindibles para lograr el objetivo de obtener el grado académico, pero las electivas, nos permiten acumular créditos, que son también un requisito para aprobar la carrera. Así que, cada joven, según sus gustos y preferencias, hará un paquete de materias para cursar ese primer semestre, y los sucesivos. 

Aunque todos tienen el mismo objetivo general, cada uno, según sus gustos, criterios o inclinaciones escogerán diferentes formas de hacer cada semestre, finalizando después de algún tiempo con el número de créditos exigidos por la facultad y la carrera, pero con una variedad de herramientas cognitivas particulares y diferenciadoras. Lo que los hará el día de mañana más o menos competitivos, dependiendo del área del saber en que más se destacan.

Yo escogí Biología, pero siempre me gustó leer y escribir, una de las materias lectivas que cursé en la facultad fue Dialéctica, y mi profesor, que era del área de Literatura me decía que nunca entendería que hacía una persona tan inclinada a las palabras, estudiando Biología, y yo le respondí, con mis 18 años muy ufanos:

- Fácil profesor, la Biología es la Ciencia que se alimenta de todas las otras!!!-
- Se necesita saber de Historia, de Geografía, de Física, Química, etc, pero también requiere que nos guste leer, analizar y describir lo que vemos, y eso me lo dan las palabras-

No creo haberlo convencido del todo, y creo que si le hubiera dicho que me cambiaba de carrera, hubiera sido muy feliz, pero yo no. jajajajaj.

A menudo, en el transcurrir de mi vida, he encontrado personas que me han acompañado, me han mostrado una parte del camino, o incluso me han dicho que ése era el único camino, reconozco ahora, que siendo como fui, más de una vez hice lo que se me decía, porque era tal el poder que tenían sobre mi, que no podía hacer otra cosa, pero también pienso que era necesario que aprendiera también sobre esa forma autoritaria de ser de algunas personas, para que yo los tomara como ejemplo de lo que no debemos hacer, y así yo no cometer ese mismo error. 

Sin embargo, también es cierto que en algunas oportunidades me faltó valor para luchar por las cosas que creía justas, aunque al final, en algunos casos pude hacerlo. En otros, lamentablemente, quedan en mi caja de zapatos, como obstáculos sin vencer o como tareas pendientes por resolver. 

Conociendo al que está allá arriba, se que no voy a partir de este mundo, sin haber completado la misión encomendada, aunque  a veces haya errado el camino.

Ahora, es el tiempo de preparar la ruta, de mirar los mapas, de estudiar las diferentes opciones que se pueden presentar y estudio, rezo, escribo, tomo notas, observo, miro, callo. En algún momento, me harán la señal de que debo reiniciar el camino, a lo mejor dando algunos pasos hacia atrás, o simplemente saltando algún charco que en un momento dado no crucé creyendo que era un caudaloso río, solo porque no me había acercado lo suficiente para explorarlo y analizarlo a fondo. 

Me preparo mentalmente para realizar el camino, a veces con un buen calzado y protegida, otras descalza, sin temor a hacerme daño, pues el limo del río de la vida, lamerá mis heridas y curará mis pies desnudos, y podré seguir el sendero que Dios me tiene trazado, y del cual no conozco nada. Pero lo haré con Fe, con Esperanza y con un profundo agradecimiento en el alma, por todos esos grandes y maravillosos seres humanos o no, que me pondrá en el sendero para acompañarme, enseñarme y guiarme.

Que Dios nos bendiga a todos, y sepamos ver las señales del camino que nos lleva a la felicidad.

Mireya Pérez.



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