A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Un breve recorrido a este Año que se va










Este Año 2014, ha sido particularmente singular, en todos los sentidos.

Comenzó como todos los años, con un gran número de acertijos, de incertidumbres, por el devenir de los días y los meses que se presentaban como un libro en blanco, donde a día a día, se irían escribiendo, ellos mismos, sus propias vivencias y singularidades.

En lo particular, tenía por delante un año incierto, con una ¨ceguera parcial¨, provocada por una catarata muy avanzada en mi ojo izquierdo, que ameritaba operación, pero estaba en lista de espera, y yo siempre confío en que las cosas se dan, cuando el Cielo y los Ángeles nos permiten que así sea, de otra manera, si me apuro, las cosas no salen  todo lo bien que deberían ser. Y así fue, en febrero, me operaron, y fue maravilloso, el doctor que me operó, lo hizo con tanta sabiduría y tanta experiencia, que a pesar de que utilizo gafas para leer, para mi eso no ha sido un impedimento para hacer las cosas que amo en realidad, y siempre estaré eternamente agradecida a las personas que me apoyaron y ayudaron en esos día, en especial a mi amiga de toda la vida, que como siempre estuvo ahí para apoyarme y cuidarme, nunca le agradeceré lo  suficiente su amor y dedicación.

También fue un Año de preparación académica, he pasado casi todo el Año en cursos de formación muy interesantes, e importantes para mi evolución como ser humano que soy. Gracias a estos cursos, he hecho nuevos amigos y amigas, he conocido a gente maravillosa que me han abierto las puertas a sus corazones, y estoy infinitamente agradecida a la vida por esto.

He dicho adiós a gente increíble, tan especiales algunos, que Dios los ha mandado a llamar muy jóvenes, pero creo que en el Cielo hacen falta ángeles con esas características que los hacían únicos, siempre los recordaré, además de estar infinitamente agradecida por haberlos encontrado en mi camino, en alguna etapa de este tren de mi vida. Dios los tenga en su Gloria.

En este año, he editado por fin , mi libro Mi Hijo Pródigo. Y trabajo cada día en buscar la forma de hacerlo llegar a todas y cada una de las personas que puedan hacer posible su mayor distribución, pues estoy convencida que su divulgación permitirá que el mensaje llegue a más y más familias que como nosotros, en su día, necesitábamos toda la ayuda que podíamos recibir.

Ha sido también un año de re encuentros, gracias a la redes sociales, personas que no veía desde hace muchos años, hemos podido retomar nuestra amistad, como si hubiéramos dejado de vernos ayer, y estoy totalmente agradecida a Dios y a esta forma tan dinámica de hacer las cosas, por esta posibilidad, es maravilloso compartir con ellos y ellas sus pequeños grandes logros, sus alegrías y alguna que otra pena, que la vida también es eso, compartir lo bueno y lo menos bueno. Dios me los bendiga a todos.

Ha sido un Año para disfrutar de los pequeños grandes pasos de mis nietos, la luz de mi vida, esos enanos tan especiales para mi corazón, que cuando me dicen Tati, o abuela, el corazón se me hincha de emoción, y todos los achaques se me quitan y vuelvo a a tener quince años, a recordar juegos que incluso no le enseñé a su madre, pero que con esa ¨vitamina¨especial, me han recordado, y he sido feliz enseñándoles a jugar esos pequeños juegos del patio de mi colegio.

Es y ha sido un Año de pequeñas grandes pruebas emocionales, algunas superadas, otras en proceso, porque hay etapas en la vida para las cuales no nos preparamos nunca, y todavía no estoy preparada. Sin embargo, trato de quitarle importancia y levanto la frente y enfoco la mirada hacia el futuro por venir, por ahora me centro en el próximo año, cuando llegaré a mi edad de Diamantes, jajaja. esos 60 años... No me intimidan, van a ser los mejores años de mi vida, porque he dejado atrás muchas cosas que eran para mi un lastre, un yunque amarrado a mi cuello. 

No todo  va a ser color de rosas, pero voy a dejar lo mejor de mí en cada día. Voy a tratar de extender mi mano para ayudar, y para aceptar la ayuda, voy a escuchar y a guardar silencio, aunque reconozco que es casi imposible en mí, pero es una de las tareas por aprender este próximo año, hacer silencios, meditar cada día, leer todo lo que pueda, aprender todo lo que pueda, transmitir todo lo que pueda, compartir todo lo que pueda. 

Que no queden talentos sin usar, ni talentos sin explorar, quiero vivir a plenitud, lo que Dios me tenga destinado, no quiero quedarme con nada por compartir, quiero transmitirle a los demás la importancia de las pequeñas cosas de la vida, caminar descalza, sentir la brisa en el rostro, jugar y cantar con los nietos, abrazar y amapuchar a la hija, amar y ser amada o querida. Escribir y publicar mis libros, y que estos lleguen a muchos lectores, en diferentes partes del planeta, quiero dar charlas de motivación, de apoyo, de superación. Si yo lo logré, otros pueden lograrlo.

Dentro de unos días, redactaré una nueva carta a los Reyes Magos, veremos qué dicta mi intelecto en ese día. 

Por ahora, con todo mi amor, que Dios los bendiga.

Mireya Pérez.



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