A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Respetando mi espacio...tu espacio...










Hoy quiero compartir algo que siempre ha ocupado mucha energía de mi parte, y ha sido el derecho a tener mi propio espacio vital, mental, espiritual...Ese sitio donde soy yo misma, donde acudo cada día a renovar mis energías, mis ilusiones, mis esperanzas. También acudo a él para sanar mis heridas, para recuperarme mentalmente de algo que en algún momento causó zozobra a mi alma, o que simplemente me inquieta, bien porque en mi alma siempre está ¨la madre¨ presente, que trata de estar en todos y en cada uno de los sitios donde están sus polluelos, bien sean mis propios hijos, mis hijas putativas, mis amigos y amigas, o la gente que significa algo para mí. No lo puedo evitar, asi soy yo...

Ese momento a solas con mis pensamientos, que a veces me es reclamado, como si por el simple derecho de ser humano o esposa o compañera, no tuviera razón de ser. Y me revelé y me he revelado muchas veces, porque nunca entenderé a las personas que no respetan la individualidad de cada quien, a los que no toleran que seamos diferentes, o que simplemente quieren que cambiemos completamente nuestra forma de ser o de pensar. Acaso no intuyen que los cambios vienen cuando la persona o el alma está lista, que por más que queramos no podemos hacerlo hasta que nuestro sentido común nos señala que ha llegado el momento, antes es imposible, aunque queramos, todo, absolutamente todo, llega cuando debe llegar, ni un momento antes, ni un momento después.

Una de las cosas que más me ha irritado siempre, y con el tiempo he tenido que aceptar a regañadientes, pero sin que por ello signifique que estoy de acuerdo en ello, es el derecho a tener mis propios gustos en cuanto a lo que leo, escribo o llega a mis manos. Más de una vez sorprendí a alguien agarrando una de mis cosas, para revisarlas, leerlas y hacer algún gesto de desaprobación... Y yo me preguntaba ¿ Por qué deben aprobar mi derecho a ser yo?. Acaso no he aceptado a la gente tal cual es y las amo por ser ellas o ellos mismos. Entonces ¿por qué yo no puedo reclamar el mismo derecho?.¿Acaso  soy un ciudadano de segunda o de tercera categoría?. 

Pues no, un buen día me armé de paciencia infinita, como la de Job, mi modelo, y hablé con la persona sobre mis derechos como mujer, amiga, esposa, madre, compañera, etc., reconociendo a la vez mis deberes, a los cuales nunca he faltado, pues los tengo muy asumidos, a veces más de los que me correspondían, pero asumidos y aceptados como parte del ¨paquete todo incluido de la Vida¨.

Todavía, habiendo pasado ya muchos años, desde mi ¨locura de independencia ideológica¨ a veces sorprendo a la persona leyendo alguna carta, o algún libro, solo que ya no me molesta, a veces sonrío para mis adentros y pienso que es una lástima que no estemos en el mismo nivel de evolución espiritual, sería tan feliz!!, pero nunca logré que se interesara por las mismas cosas que yo, a duras penas ha aceptado que no puedo ser una cera moldeable a su antojo, porque soy yo misma, con mis defectos y mis virtudes, y creo que así me deben aceptar, como yo acepto y amo a la gente tal cual es. No quiero que cambien, sólo que sean ellos mismos.

Me preocupa hoy en día sobre manera, la actitud de la gente ante las nuevas tecnologías, porque las parejas tienden a tratar de conocer hasta los más ínfimos detalles del otro, incluso llegan al colmo de saberse las contraseñas del correo electrónico, del facebook, revisan el chat, leen todo lo que les llega al otro u otra, celándolos hasta del pensamiento. Y yo que he sufrido por ello, me conduelo, de ambos... El que cela sufre muchísimo, ve monstruos donde no los hay, pierde energía vital en los mil si hubiera, donde no hay ni siquiera un tal vez, pero en su ofuscación, presta atención y lee entre líneas lo que no hay, hace del objeto de su amor una persona desgraciada, ahogada, inestable, que camina por un campo minado de huevos con miedo a pisar uno y que le marquen la ropa o el alma...

¡Cuanta energía desperdiciada!!!!!. A mi me celaban hasta de mis hijos... Mi madre me celaba de las mamás de mis amigas, y tuve la suerte de conocer madres de amigas maravillosas que fueron grandes consejeras: La Sra. María, La Sra. Posada, la Sra. Beatriz, la Sra. Pierina, la Sra. Angeles, mi suegra Nieves...Dios me las bendiga a todas, y mi madre las celaba, nunca lo entendí, yo le he dado las gracias a las madres de las amigas de mi hija, cuando han amado y aceptado a mi hija en sus hogares y corazones, y no he sentido para nada que me hayan quitado ni siquiera un cachito de su amor.

En cuanto a mi pareja, jamás le he revisado los bolsillos, la billetera y mucho menos el móvil, el facebook o los correo electrónicos, tampoco leo los chat que tiene con amigas y amigos. Tengo una anécdota de cuando estaba recién casada y llevaba sus trajes a la tintorería Momento, en Chacaito, que al ir a buscarlos, la dueña entre sonriendo y extrañada me daba siempre una bolsita con las cosas que habían encontrado en los bolsillos y un día me preguntó -¿por qué no revisa los bolsillos?- Y no supe qué responder, y llegaba a casa y le decía a mi marido: _ Cielo, antes de que yo lleve la ropa a la tintorería, por favor saca las cosas de los bolsillos... Me negué siempre a revisarlos, eso hubiera sido como si quisiera controlar todas y cada una de las etapas de su vida, y para mi era absurdo.

Por eso, hoy que este medio me permite compartir con ustedes, vivencias e inquietudes, quisiera como madre, esposa, amiga y abuela, darles unos simples consejos, ya saben que el refrán dice: - ¨Más sabe el diablo por viejo que por diablo¨...

  • Respeten el espacio interior de su pareja, de sus hijos, de las personas que aman.
  • Déjenlos crecer  a su lado, observándolos para ayudarlos, guiarlos o apoyarlos, pero sin limitar su derecho al libre albedrío.
  • Respeten su intimidad, el hecho de que haya otras personas, amigos, intereses diferentes, no significa que nos amen menos, sólo que todos y cada uno de nosotros somos una unidad indivisible y única, y al fin y al cabo, los amamos por ser eso mismo.
  • Apoyen y cuiden al que aman, sean los hijos, los padres, los amigos o la pareja. Pero cuidar no es ahogar, porque también se puede llegar a sofocar al ser amado. Dice un dicho popular: - Cuando se ama se deja en libertad al ser amado, si regresa es porque se siente en su hogar. Las aves siempre regresan a su nido...
  • Amen a raudales, sean como el manantial de donde brota la Vida, siempre constante, siempre alegre, siempre en armonía con la vida, con la existencia, den gracias a Dios por todas las cosas hermosas que los rodean, por la gente que llegó un buen día a sus vidas, por los que se marcharon, por los que han de venir. Todo absolutamente todo, llega a nuestras vidas en el momento oportuno y maravilloso que Dios tiene planeado para nosotros.

Que Dios nos bendiga a todos.

Mireya Pérez.









No hay comentarios:

Publicar un comentario