En la vida de cada ser humano, en su historia particular, ocurren situaciones y circunstancias que lo motivan, lo mueven, lo aleccionan y lo hacen evolucionar. Pero a veces, durante ese crecimiento también se sufre, por diferentes motivos, y a veces el dolor es tan profundo y está tan arraigado en el alma, que la persona no ve lo hermoso del paisaje, porque lo está mirando a través del cristal empañado de sus lágrimas...
Hoy quiero compartir con ustedes, una humilde enseñanza que estoy aplicando cada día a mi vida, y no, no me he hecho millonaria, ni he encontrado el secreto de la eterna juventud, ni he sido escogida para ser modelo de algo, jajajaj. No, simplemente, desde que descubrí estas palabras, mi vida ha cambiado al positivo, aunque a veces tenga momentos de bajón, que los tengo, pero en líneas generales, me ha ayudado a seguir adelante, a pesar de todo y por encima de mis limitaciones mentales y físicas.
Son cuatro palabras que usamos a diario sin darnos cuenta, pero que no le damos el sentido que deberían. Estas palabras son:
PERDÓN
LO SIENTO
TE AMO
GRACIAS
Y no son cuatro palabras cualesquiera, no, si las decimos todos los días y en ese orden, iremos sanando nuestra alma poco a poco.
PERDÓN:
Qué difícil es para nuestro Ego pedir perdón, reconocer que nos hemos equivocado o que cometemos errores, es muy difícil, y significa una prueba de Humildad inmensa. Pero lo que no sabemos es que, primero debemos empezar por pedonarnos a nosotros mismos...
Se que más de uno habrá respingado
-¿Perdonarme a mí mismo?- Si no he hecho nada malo-
Pues sí, amigos y amigas, aunque no lo crean nuestra psique nos bombardea continuamente con el sentimiento de culpa, por este o cual motivo. No importa qué haya pasado, nos sentimos culpables. Y hasta que no lo reconocemos y nos damos el permiso de perdonarnos a nosotros mismos, no estamos en paz con nuestra conciencia. Aunque esa acción no constituya un pecado grave, ni siquiera una ofensa... pero a nuestro yo, si le incomoda. Y por ello, debemos aplicar ese Perdonarnos a Nosotros mismos. Y luego a los demás.
Perdonando al otro, aunque no se lo digamos de frente, pero si desde nuestro corazón. Empezamos a sanar nuestra heridas emocionales. Pues al fin y al cabo, es a nuestra alma, a nuestro Ser, al que le beneficia el Perdón.
LO SIENTO:
Otra palabra de Humildad, que debemos aplicar primero a nosotros mismos, y después a los demás. A veces cargamos con culpas, que no son nuestras, decisiones que tomaron otros, pero que nos afectaron, y no nos lo hemos perdonado, o no se lo hemos perdonado. Decir lo siento, es el primer paso para reconocer que no somos perfectos, pero que estamos en la vía o el camino para superarnos.
Cuando decimos esta palabra, con convicción y con sentimiento, se nota, la gente lo acepta, y surge una sonrisa inmediata, dándonos a entender que todo se ha subsanado y perdonado. Es el sentir del verdadero ser arrepentido.
Y les digo que a la larga, a través de la practica, nos da mucha paz mental y espiritual.
TE AMO:
Me dirán..
_ Pero si yo se lo digo todos los días a mi pareja, a mis hijos, a mis padres, a mis hermanos, a mi perro o mi gato!!!.-
Si, tal vez es cierto pero... Te has asomado al espejo esta mañana y le has dicho a ese ser humano que se ve en el espejo: - Que lo quieres- ¿Verdad que no?.- Que hasta el solo pensarlo te parece absurdo?...
Pues bien, déjenme decirles que nosotros también necesitamos querernos a nosotros mismos, aunque nunca nadie nos haya dicho que debíamos hacerlo (a mi me enseñaron a querer primero al prójimo, antes que a mi misma) y es una tarea ardua recordar que si yo no me quiero y me estimo en lo que valgo, como ser humano y pensante, los otros tampoco van a valorar a ese ser humano que ven, porque simplemente no les voy a dejar hacerlo, yo misma me he saboteado millones de veces. Y tengo que resetearme, como si fuera un ordenador...
Me cuesta mucho, pero lo intento, y estoy aprendiendo a amarme tal como soy, y tratando de descubrir la mujer que mis amigas quieren y conocen a veces mejor que yo. He sido muy dura y crítica conmigo misma, la humildad ha sido demasiado esgrimida por mí hasta el punto de no reconocer los rasgos positivos que tengo. No soy perfecta, pero soy alguien digna de ser amada, querida, respetada y admirada, a un nivel X, no tengo por qué referirme a eso, pero yo he sido mi peor crítico, y me he hecho daño moral, sin saberlo. Pero como gracias a Dios tengo tiempo para solucionar las cosas y para aprender a valorarme, pues lo estoy haciendo.
Eso no significa que crea que soy mejor que otras personas, no, para nada, solo que yo, como ser humano, tengo cosas hermosas que compartir, enseñar y también tengo virtudes que hacen que a la gente le sea grato hablar conmigo, estar a mi lado, o compartir momentos o espacios de vida.
Si no nos amamos a nosotros mismos, tampoco podemos amar a otros, o si lo hacemos, no es con tanta entrega como debería ser-
Nunca es tarde para empezar, y la vida siempre nos da oportunidades, sólo hay que aprovecharlas y sonreír, porque la vida es bella y vale la pena vivirla.
GRACIAS:
Ser un alma agradecida, por todos y cada uno de los parabienes que Dios nos ha dado, es maravilloso. Pero si además agradecemos a nosotros mismos y a los demás por ser parte de nuestras vidas, por habernos acompañado una parte del camino. Por ser el maestro o maestra que necesitábamos en un momento dado de nuestra vida, trae mucha energía positiva y sobre todo Paz.
Y aunque nos parezca mentira, la vida nos irá poniendo en el camino aquellas cosas que nos van a ser de utilidad para seguir creciendo y evolucionando.
Una anécdota:
Cuando salgo con mi coche para hacer alguna diligencia, como en la ciudad en que vivo no hay suficientes aparcamientos o parques de estacionamiento. El conseguir un puesto donde aparcar, se convierte en toda una odisea. Pues yo, desde el mismo momento en que me monto en mi coche y salimos de casa, voy pidiéndole a Dios o a los angelitos del camino que me consigan un puesto perfecto y maravilloso para mi coche, que no sea un lugar prohibido, y que sea de fácil acceso. Y aunque ustedes no lo crean, cuando llego a la zona donde debo buscar un puesto para aparcar, de repente, ahí está el puesto perfecto y maravilloso que pedí... Y enseguida empiezo a dar Gracias a Dios por hacer realidad ese hecho tan sencillo.
La verdad es que no pido grandes cosas, sólo hay una que la sabemos la almohada, mi Señor y yo, y se lo pido todos los días. Como sé que es algo más complicado, tengo Fe en que en el momento en que esté lista para enfrentar esa Verdad, las cosas se darán de manera perfecta y armoniosa.
Pero mientras tanto, rezo y le doy gracias a Dios, por el milagro maravilloso de amanecer cada día y ver que todavía está aquí alguien que me necesita, y al cual he destinado cada minuto de mi vida. Y tengo Fe. Mucha Fe en que las cosas se irán arreglando e irán apareciendo los ángeles o personas que necesito para seguir la senda o el camino que me ha sido encomendado.
Si han tenido que pasar por una separación, una ruptura o un adiós definitivo, en su interior, enviénles con mucha Fe, estas cuatro palabras:
Perdóname,si te hice daño o te hice sufrir o no cumplí con todo lo que esperabas.
Lo siento, de todo corazón, si por ausencia, defecto o efecto, te hice daño. Nunca fue la intensión.
Te amo, siempre serás alguien importante en mi vida, y le doy gracias a Dios por haberte conocido, has sido un gran maestro o maestra para mí.
Gracias, por todo lo que me permitiste compartir, por estar ahí siempre, cuando te necesitaba, como espero yo haber estado también para ti...
Que Dios nos bendiga a todos, y ojalá puedan empezar a aplicar estas cuatro palabras en su vida. No se van a sentir mal, estoy segura de ello..
Mireya Pérez.
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