A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

miércoles, 4 de marzo de 2015

Nuestra fuerza interior....








A lo largo de nuestra vida suelen ocurrir muchas cosas, grandes y pequeñas, que sin nosotros darnos cuenta, nos van moldeando como una cera, para hacer de nosotros lo que somos en el día de hoy.

He escuchado de personas conocidas que su vida ha sido casi plana, sin grandes altibajos, como si hubieran estado protegidos contra viento y mareas; otros en cambio, han sufrido grandes acontecimientos que más de una vez, les han hecho pensar  que quizás  estuvieran siendo castigados, sin razón aparente, por la vida. Y quizás resuenen en sus oídos, una frase de La Biblia, donde como una lápida aparece en letras grabadas a sangre y fuego: ¨La culpa de los padres, la heredarán sus hijos¨...

Creo que no es ni una ni otra cosa, simplemente los hechos ocurren, y cuando las personas se adaptan a la nueva situación y las enfrentan con valentía, al final de todo ese proceso, salen fortalecidas. Como los soldados que son sometidos a duras horas de entrenamiento, que culminan no solo en la graduación del mismo, sino en el resultado esperado, un soldado preparado para el combate o para las acciones que puedan tener que enfrentar en un futuro, a veces lejano y otras inmediato.

Dios no es un ¨castigador¨, si nuestros padres en la Tierra, suelen ser personas que nos aman, nos protegen y nos cuidan. También nuestro Padre Celestial hace lo propio, aunque no escuchemos su voz, ni sintamos una caricia. Pero con cada hálito de vida que tenemos, nos damos cuenta que siempre hay una respuesta a cada situación, y si algo no sucede como esperamos, no es porque nos estén castigando, no, es solo que eso que anhelamos quizás no nos convenga, o no estemos preparados aún para recibirlo.

A lo largo de esa existencia, a veces larga, otras corta, vamos adquiriendo destrezas y conocimientos, que aunque no le veamos el sentido práctico en el momento, forma parte de nuestro equipaje de sobre vivencia, muy posiblemente el día de mañana, sin saber ni cómo ni por qué, aparecerá la oportunidad de utilizar ese conocimiento y les vendrá a la memoria alguna frase como: ¨ El Saber no ocupa lugar¨... Y entenderán por qué fue necesario conocer o aprender e incluso vivir determinada experiencia, aunque la misma nos haya producido en algún momento so sobra, incertidumbre e incluso dolor físico o moral.

Y cuando hayan pasado los años y se enfrenten al cambio de estación biológica, entenderán que todas esas situaciones hermosas, desastrosas, edificantes y a veces hasta quizás humillantes, los habrán llevado a este nuevo amanecer, al comienzo de una nueva etapa en la vida, diferente, esperanzadora y muchas cosas más. Pero sobre todo entenderán por qué la vida los sometió a pruebas tan difíciles, o a situaciones tan extremas, y comprenderán que todo tuvo un sentido: El fortalecimiento de nuestra alma, el crecimiento interior, la recopilación exhaustiva de herramientas físicas y espirituales para emprender el nuevo y hermoso camino que tenemos por delante.

Ahí reside nuestra fuerza interior, toda la fuerza espiritual que necesitamos reside en nuestro interior, y el apoyo que siempre nos va a dar la Fe, el conocimiento de que Dios siempre está a nuestro lado, brindándonos apoyo, aunque a veces nos falten las fuerzas y creamos que ya no podemos más. Después de rezar o de elevar una plegaria al Señor, descubrirán con asombro que respirar ya no es tan difícil y que pueden renovar el andar y seguir hacia el infinito y más allá. 

Solo hay que tener Fe y confiar, nunca nos va a faltar el apoyo y encontrarán en el camino una serie de personas o ángeles del camino que les prestarán ayuda, auxilio o apoyo, nunca falla. 

Dios siempre está ahí, aunque no lo veamos, aunque no sintamos su presencia, pero esta ahí. Solo hace falta tener Fe.

Que Dios nos bendiga a todos. Feliz día


Mireya Pérez.




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