A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

viernes, 29 de agosto de 2014

Dejar fluir nuestros pensamientos como el agua fluye por el arrollo










Lo más dúctil de todas las cosas
domina a las más duras de ellas
Lo que no tiene sustancia penetra donde no hay espacio.
Por eso conozco el valor de la inacción.

Enseñar sin palabras
y actuar sin acciones
poco en el mundo pueden entenderlos
Así se comporta el maestro
Son escasas las personas
que obtienen la abundancia de este mundo.

Verso XLIII
De Lao Tse

Del libro de Dr. Wayne Dyer. NUEVOS PENSAMIENTOS PARA UNA VIDA MEJOR, de editorial Random House Mondadori, Barcelona, 2009.

Comentaremos este artículo que trata sobre el aprender a fluir,como el agua en un arroyo, suavemente, sin esfuerzo...

El Tao Te Ching estable muchas comparaciones basadas en la naturaleza y, de hecho, la esencia de sus enseñanzas está en ayudarnos a llegar a ser sabios taoistas mediante la unidad con el medio ambiente. El principio del verso XLIII me recuerda la manera en que se comporta el agua, su ligereza y su capacidad de penetrar por cualquier sitio, incluso cuando aparentemente no hay espacio para hacerlo. El agua se usa simbólicamente en muchas referencias al taoismo. Vivir la ductilidad es vivir el camino que sigue el curso del agua.

En este verso, Lao Tse nos invita a cambiar nuestra manera de ver la dureza. Para ti,el concepto equivale probablemente al de la fuerza. te entrenas porque cuanto más desarrollas tu musculatura, más fuerte crees que eres. ¿ Consideras que los diamante son más valiosos que un mineral blando, como la ceniza volcánica, que puedes desmenuzarla con las manos?. Quizás estés de acuerdo con la idea de que realizar una tarea difícil te hace mejor persona. imagínate que actúas como el agua, ese elemento básico que es pura expresión de la naturaleza (de hecho el agua ocupa el 75% de la superficie de la tierra y casi en una misma proporción forma parte de nuestro cuerpo). Piensa en el curso del agua, que fluye hacia los lugares más bajos, y no podemos cogerla con las manos sino que tenemos que relajarnos metiendo suavemente los dedos en ella.


Reflexiona sobre lo distinta que es el agua con respecto a la piedra y el mármol, a los que sin embargo, es capaz de erosionar.El agua con toda su ligereza , domina la dureza. Los grandes valles rodeados de montañas de granito han sido ¨esculpidos¨pacientemente a lo largo de los siglos, por ese paciente líquido en movimiento. Imagínate que puedes penetrar en donde no parece haber ningún espacio disponible y moverte lentamente, sin hablar, permitiéndote estar armoniosamente intacto mientras buscar un lugar más bajo, más discreto y silencioso...un lugar al que todos desearían estar contigo. Este es el camino del curso del agua.


Hay un valor en la inacción que implica ser capaz de fluir como el agua, naturalmente y sin esfuerzo. Cuando me meto en el mar para nadar por una hora, no puedo evitar pensar en esto. Me gusta ir a favor de la corriente en vez de nadar contra ella, así que lo primero que hago es mirar cuál es el curso del agua. Mientras me muevo por el mar, emulando su naturalidad, confío en mi instinto y nado sin interferir, esto es, moviendo mis brazos y mis piernas sin intentar golpear el agua, solo fluyendo con ella. Pienso en términos de hacer sin interferir; esto es, permito que mi cuerpo se impulse a sí mismo a través del agua sin indicarle cómo debe de moverse.Como he cambiado el concepto de lo ¨duro¨y lo¨blando¨, no tengo que hacer otra cosa que estar en el agua. He optado por convertir mi nado en el agua en una experiencia grácil y silenciosa que apenas requiere acción. Y así, ha cambiado lo que siento al nadar, pasando a ser algo fácil, alegre, y casi desprovisto de esfuerzo. He aprendido ¨el valor de la inacción¨, como expresa Lao Tse en este verso. ¡Actuar sin acción!.


Este principio de aprecia con claridad observando a los grandes deportistas cuando practican su especialidad. Los mejores golfistas tienen un swing que aplican con poco esfuerzo. Los mejores jugadores de beisbol corren, saltan, lanza la bola, la recogen y batean con una suavidad que deja estupefactos a la mayoría de los espectadores . No utilizan la fuerza ni pueden explicar con palabras cómo lo hacen. Los artistas con más gracilidad y talento, bailan sin esfuerzo, pintan tranquilamente, sin usar la fuerza, y escriben con facilidad, sin empeño, dejando que las palabras fluyan a él. Como Lao Tse nos recuerda, se trata de seres poco comunes que viven a la manera de un maestro. Estos ¨sabios¨obtienen la abundancia de este mundo, que también está a tu disposición.


Mientras pienso en los consejos de Lao Tse, veo que me está inspirando a animarte a aplicar el espíritu del camino que sigue el curso del agua:
 Introduce en tu vida el estilo dúctil del agua
Practica el camino de la inacción, de actuar sin esfuerzo. Si abandonas tu impulso interior de esforzarte verás que, paradójicamente, haces mejor las cosas que cuando te empleabas a fondo. En tu trabajo, hazte más tolerante a la hora de obtener logros, comportándote con actitud de ductilidad. Comprobarás que afluyen a tí nuevos clientes y mejores oportunidades. ¿ Por qué sucede esto? Porque estás permitiendo el flujo perfecto del Tao, como la gran garza gris deja que la marea se retire dejando al descubierto el alimento que necesita. Date cuenta de cómo cambia tu vida al cambiar tu manera de ver las cosas.
Actúas sin esfuerzo también en otros aspectos de la vida. Por ejemplo, algunos corredores de maratón cuentan que han aprendido a relajarse, dejando hacer a sus piernas, brazos y torsos, cuando sus cuerpos empiezan a llegar al límite del agotamiento, cerca ya del final de la carrera. Dicen que, cuando dejan de interferir, dando instrucciones a su mente, cruzan la meta como por arte de magia. La ductilidad siempre tiene su lugar, porque es el camino del curso del agua...el camino del Tao.

Permite que tus deseos fluyan libremente en tu imaginación

Examina lo que has querido tener en tu vida como si estuviera detrás de una puerta cerrada con candado. Piensa en lo que has estado diciéndote a ti mismo sobre la prosperidad, una salud de hierro, la buena surte, el éxito profesional, o una relaciones maravillosas, y en que por mucho que te hayas empeñado en conseguir todas estas cosas todo ha quedado en nada. Luego, imagínate deslizándote como el agua a través de esa puerta cerrada. Hazlo suavemente, con delicadeza y silenciosamente dentro de tu mente. En otras palabras, dedica algo de tiempo a acostumbrarte a practicar el Tao que sigue el curso del agua.
Cuando permitas que la suavidad forme parte de tu vida, el camino difícil se allanará. Empieza a ¨ejercitar la falta de esfuerzo¨en todo los aspectos. Según Ralph Waldo Emerson, ¨así actúa la inspiración, cásate con la naturaleza, no la uses por mero placer¨. te animo a que tengas en cuenta este matrimonio.

Practica el Tao ahora

Mantente en silencio un día, no hables con nadie, en vez de eso, limítate a observar y ve si puedes situarte en un estado de sosiego, sin decirte qué tienes que hacer, ni decírselo a nadie. Piensa con cariño en las palabras de Hermann Melville, que en una ocasión dijo que la única voz de Dios es el silencio.

Mira las cosas de esta manera en todos los sentidos: las tareas resultarán más sencillas, mejorarás tu rendimiento y dejarás de estar influido a ser mejor que los demás a base hacer mayor esfuerzo que ellos. Incorporarás de forma natural la sabiduría de la pacífica armonía de las artes marciales, dejando que los esfuerzos de los demás sean la fuente de tu poder. Tu suavidad dominará a la dureza de otros.

Como vemos, si observamos el discurrir del agua de una fuente pequeña, o de un riachuelo, veremos que lo hace constantemente, en forma silenciosa, e  incluso cuando el curso se amplia y da lugar a una especie de poza, aunque no lo veamos, el agua sigue fluyendo hacia abajo constantemente. En lo personal, he hecho el ejercicio de dejarme llevar por el movimiento del agua, sin esfuerzo, nadando sin casi mover mis brazos y piernas, y la experiencia es maravillosa, además de que sientes los rayos de sol sobre tu rostro y la brisa suave que viene del mar y que me acaricia... 

Como si los mundos se unieran, en paz, en armonía, sin apuros, sólo el mar, la brisa, y Dios a quien le doy gracias infinitas por permitirme disfrutar de esa fuente inagotable de energía, que es la luz solar, el mar, el aire y la tierra.

Gracias Dios mío por tantas bendiciones.


Que Dios nos bendiga a todos y que tengan un día maravilloso.


Mireya Pérez.




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