La vida suele ser tan corta, que la mayoría de las veces, se nos va sin darnos cuenta..
Hace algunos años, estaba yo en el Ginecólogo, haciéndome la revisión de rutina, y ese día el consultorio estaba lleno de señoras, cuando por fin después de esperar un par de horas, me atendieron, y fui a pagar, cuando iba a extender el cheque, pregunté qué día era?- a lo que me respondieron 20 de Junio señora...
Sin querer exclamé,- Dios mío cómo se van los días!! Ya estamos a mitad de año!!.- Y una señora que me había escuchado dijo:- Usted debe ser una persona muy ocupada, porque a mi se me van muy lentos...-
Le dije que sí, me despedí y salí a buscar mi coche, pero en el camino iba pensando en la frase de la señora, y ahora haciendo memoria, me doy cuenta de que efectivamente, a mi siempre se me han ido los días, meses y años con rapidez.
También es cierto, que siempre tengo algo que hacer, aunque ahora no esté trabajando, como antes. Sigo haciendo cosas:
- Organizo mi agenda por día, mes o semana, dependiendo de las diligencias y/o cosas que tenga que hacer, y la reviso con frecuencia.
- Si algo ha quedado pendiente y es importante, lo vuelvo a copiar en la agenda para el día siguiente, y muy posiblemente sea lo primero que haga al salir a hacer las diligencias.
- Organizo los documentos y papeles importantes por carpetas señalizadas, para que en caso de necesitarlos estén a mano y sean fáciles de encontrar, así no sea yo quien los busca.
- Los pagos de facturas están organizados, por tipo de pago (luz, teléfono, alquiler piso, etc.)
- Las órdenes para las medicinas o los chequeos médicos previstos, están debidamente señalados en la agenda.
- Cuando entrego alguna documentación y está pendiente de alguna respuesta, hago una anotación en la agenda, a fin de que pueda verificar, si pasan los días y no tengo respuesta adecuada.
Cuando hago la compra, siempre me organizo, de manera que las cosas a comprar sean exactamente las que hacen falta, aunque reconozco que a veces me salgo un poco, sobre todo porque somos unos golosos, y siempre hay algún dulce especial que se cuela en la compra como por arte de ¨magia¨, jajajaj.
Si he hecho la colada ( montado la lavadora) y he recogido la ropa del tendedero, en el mismo momento la organizo, doblo y coloco en su lugar. Porque si lo dejo para más tarde, cuando vuelva a pasar por el sitio donde lo haya puesto, seguramente me voy a enfadar conmigo misma. Reconozco que con los años, me he vuelto muy tikis mikis con el orden de los armarios, jajaj. Insoportable!!!!.
Cuando hago las tareas del hogar, siempre sigo un orden, aunque no me de cuenta, porque ya es sistemático en mi.
Soy el terror de las ¨cajitas¨; no puedo ver una caja de plástico o de cartón de cierto tamaño, cuando ya la estoy observando y pensando el uso que le puedo dar:
Por ejemplo: hay una marca de galleta o biscuits que viene en caja de cartón, bastante resistente, pues esas cajas, las agarro y las forro con los anuncios publicitarios de las grandes superficies, y me sirven para organizar, por ejemplo, los herrajes de los baños, o los destornilladores y martillo. Simplemente le pongo una etiqueta y lo guardo en un sitio especial, y ya se que cuando los necesite están en un sitio determinado.
La primera gaveta de mi peinadora es un mundo de cajitas de diferentes tamaños:
- las que son del tamaño standar de la comida para llevar de los restaurantes y que son de plástico, me sirven para colocar los hisopos, el algodón, o los estuches de los guantes de tinte, que me sirven para transportar, en caso de viaje, los zarcillos que vaya a ponerme, y que de otra manera se perderían.
- Otra cosa que me gusta mantener relativamente ordenado, es el concepto de trabillas y coletas para el cabello, todo está en una cajita, fácil de agarrar y abrir.
- Los palitos de madera y el algodón para arreglarme las uñas, también tiene su caja especial.
- Los colgantes o collares, están en una caja un poco más grande, pero también plástica, y se que si necesito de ellos, están ahí y no en otro sitio.
En el caso de las bufandas, como las tengo de todos los colores, formas, tejidos, etc., las he puesto por colores, en una gaveta, pero enrolladas sobre sí mismas, ocupan menos espacio y al abrir la gaveta es fácil escoger cuál necesito.
Pero mi gran manía, son las sábanas y las toallas, ese rubro tiene que estar ordenado... No soporto ver las sábanas sin doblar o disparejas, cada una va doblada de una manera especial, de manera que al sacar un paquete, tengas la esquinera, la sábana encimera y las fundas, todo en un mismo paquete...
En fin, que sin darme cuenta me he vuelto una señora organizada, y saben, me gusta, aunque a veces sea pesada conmigo misma, jajajaj.
Otra cosa que me da satisfacción, que no cuesta nada y es gratificante, es hacer las cosas que me gustan:
- Leer un buen libro
- escribir en mi blog
- hablar con alguna amiga o amigo
- chatear con alguien que hace tiempo no contacto
- estudiar
- actualizarme, porque el tiempo pasa y salen cosas nuevas.
- hablar con los nietos y con la gente que quiero
- salir con mi perrita a pasear
- ver un amanecer o un atardecer y
- maravillarme con los espacios fantásticos que tiene la naturaleza a nuestra disposición y que podemos disfrutar de ellos a nuestro antojo.
Con el tiempo he descubierto que las cosas que me hacen feliz, no son materiales, no tienen valor monetario per se, son solo cosas naturales, del día a día, pero que me llenan de alegría y de ganas de vivir.
A fin de cuentas, creo que eso es lo verdaderamente importante, lo demás va y viene como las olas del mar...
Que Dios los bendiga y haga de cada día una experiencia hermosa para vivir, disfrutar y compartir.
Mireya Pérez.
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