A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

viernes, 25 de septiembre de 2015

Tan sólo cuatro palabras...pero encierran la base de nuestro ser...












El idioma Español es uno de los más ricos que existen, pues tiene sin número de palabras que, escritas de forma diferente, tienen el mismo significado, otras suenan igual, pero significan otras cosas, y están aquellas que son lo opuesto de lo que dice la otra, y pare de contar...

Pero para mí, en lo personal, estas cuatro palabras tienen un mundo de significados, emocional y espiritualmente:

PERDÓN: Es una palabra que aveces decimos sin pensar, cuando tropezamos con alguien en la calle, que vimos cuando cruzamos o cuando nos atravesamos en su camino, a veces cuando me hago consciente de que la voy a decir, la cambio por un ¨disculpe o lo siento¨, y doy a entender lo mismo, pero no significa igual pedir perdón por algo que hemos hecho sin querer, a cuando lo pedimos porque nuestro accionar ha hecho daño a otros, aún cuando no haya habido intención de hacerlo. 

Pero ¿qué hacemos cuando al que hemos dañado, ha sido precisamente a uno mismo?. Pues es muy simple: Hay que hacer un acto de constricción mental, evaluar las situaciones en las que hemos sido muy duros con nosotros mismos, y evaluar lo que ese accionar nuestro, hizo en nosotros mismos. Es que, sin darnos cuenta, somos los primeros en culparnos por todo. No nos perdonamos lo más mínimo y a veces, incluso, nos exigimos más de la cuenta Sobre todo las personas que son muy rígidas, perfeccionistas y controladoras. Ese control o auto control, puede destruir a la persona, a tal punto, que lo puede llevar a hacerse daño a sí mismo, pues ante los errores, no encuentran salida, y en algunos casos han tomado medidas extremadamente trágicas.

Para nosotros, como seres humanos que somos, sólo  nos hacía falta evaluar los errores y perdonarnos a nosotros mismos de corazón y darnos la oportunidad de equivocarnos. Los científicos, cuando están realizando alguna investigación, se equivocan un sin número de veces, y sin embargo, a veces, gracias a un error involuntario, han descubierto algo mucho mejor, y es maravilloso!!.

Así que esta noche, antes de dormir, conversa con Dios, pide perdón por las ofensas o por lo errores que hayas cometido, envíale mentalmente tu perdón a aquellos que te han ofendido o juzgado sin conocerte o sin saber todo los hechos, y perdónate a ti mismo, con todo el amor que puedas sentir por ese ser humano valioso que eres.

Si te propones y lo haces todos los días, llegará un momento que tendrás tanta paz espiritual, que la gente notará ese ¨no se qué¨que te acompaña día a día, que te hace irradiar energía positiva y te hace una persona interesante para conocer y llamar amiga o amigo.

LO SIENTO: Estas dos palabras también encierran muchos significados, habrá personas que las englobarán como parte del perdón, pero yo las clasifico como la antesala del perdón, pues cuando nos damos cuenta de que hemos errado o que hemos hecho algo que pudo perjudicar a alguien, sentimos en nuestro interior, esa desazón que solo llega a consolarse cuando descubre la razón, y dice estas dos palabras, Lo siento, desde el corazón, y si se lo expresamos a quien corresponde, este pedir disculpas, nos llena de paz, aunque quizás la persona se mantenga en sus trece y prefiera mantenerse enojado, pero nosotros no, ya cumplimos, pedimos disculpas e incluso el que nos perdonaran o no, nuestra conciencia está tranquila. Esa es la finalidad de estas palabras, lograr nuestra paz mental, y que nuestra conciencia esté tranquila.

TE AMO: Dos palabras que quizás hayamos dicho muchas veces, pero ¿se han puesto a pensar las veces que las han dicho de ¨corazón¨con el ¨alma en la mano¨?, creo que las películas y las telenovelas nos han hecho decirlas muchas más veces de las que debiéramos haberlo hecho, pues la mayoría no habrían nacido de una fuerza interior que nos compele a expresarlo en voz alta y con toda la alegría y la emoción que encierran estas dos palabras. 

Ellas son toda una declaración de intenciones, porque cuando decimos que amamos a alguien o algo, estamos abriendo por entero nuestro corazón y lo exponemos abiertamente. La tragedia es que a veces, ese te amo, llega tarde, o no es la persona adecuada, o quizás incluso a quien deberíamos habérselo dicho, nunca se lo dijimos.

¿Saben que a la primera persona a quien deben decirle que la aman es a ustedes mismos?... A que no se les había ocurrido que tenemos que amarnos y agradecer a Dios, por ser las personas que somos, con nuestros defectos y nuestras virtudes, con nuestras sombras y nuestras luces... Pues le confieso que a mi nadie me lo enseñó y me costó mucho asimilarlo, pues creía que lo primero eran los demás, y aunque tarde, aprendí que a quien debo amar es mí misma, agradecerle por ser este vehículo en donde mi alma habita, y que me permite empatizar con la gente, amarlas y aceptarlas cual son, y estar en paz. 

Se lo debo en grado sumo a los libros que fueron apareciendo en mi vida a partir de los 25 o 30 años, y pude ir cambiando el chip de mi mente, y amar a la mujer que se asoma a mi espejo todas las mañanas, aceptarla con sus defectos y virtudes y reconocer en ella, todas las cosas buenas que tiene para compartir, que es digna de ser amada, apreciada y valorada, sobre todo que tiene mucho para dar a los demás, y que es un alma generosa y humilde.

En el momento que empecé a amarme, pude expresar mejor mi amor a los demás, pues no se puede dar lo que no se tiene, si tienes amor, puedes darlo, y hacérselo llegar y sentir a los demás. De corazón a corazón, como los abrazos.

GRACIAS:  ¡Qué maravilloso es ser agradecidos!!!, con la vida, con la gente, con Dios, con sus ángeles, con aquellos que nos rodean, con los hijos, los amigos, la pareja, la familia, con todos, hasta con nuestros animales de compañía y plantas que nos rodean. Cada amanecer, yo bendigo el día que Dios me ha dado para compartir, para aprender, para sonreír, incluso cuando el día trae algún contratiempo, le doy gracias porque tengo una mente que piensa, razona y evalúa, y puede construir dentro del caos, y a la vez agradecer la enseñanza que ese aparente momento no tan bueno, presenta en mi vida.

Los que me conocen, saben que he pasado por momentos muy difíciles, y todavía hoy, hay cosas que resolver, momentos que enfrentar y alegrías que generar y compartir. No es fácil el camino, pero las fuerzas para continuar y el empuje que le pongo a la vida, tiene que ser el aliciente para poder acompañar, ayudar y propulsar a aquel que ahora me necesita más que nunca, pues yo también lo necesito, forma parte importantísima de mi historia vital, y me necesita con todo mi valor y mi entrega, mi gratitud y mi amor incondicional.

Mi alma se alimenta de la fuente inagotable del amor de Dios, ese que no nos falta nunca a nadie, se que está a mi lado, e incluso a través de este medio, hay personas que me acompañan, que rezan por mi y me dan valor para continuar.

Yo estoy total y profundamente agradecida por todas esas bellas personas, que desde lejos piensan en mi y me mandan sus buenos sentimientos, Dios los bendiga a todos. A mi familia, a mis amigas de toda la vida, a las que he ido cosechando a lo largo de mi vida, a las que recién me conocen, a todos en general, porque son seres maravillosos y grandes compañeros de viaje, de este viaje de mi vida, con todas y cada una de las estaciones en que nos hemos parado para tomar un café, bailar un fandango, llorar y reír a carcajada limpia, hasta las lágrimas, y por soñar a mi lado y junto a mi, tantos y tantos sueños, algunos ya hechos realidad, otros fraguándose en mi mente, esta mente ávida de aprender y compartir..

Millones de gracias a todos, sobre todo a mi Señor, que me ha cargado más de una vez, y que ha dejado sólo un par de huellas en la arena, cuando mi alma ya no tenía fuerzas y necesitaba encogerse y arroparse en su regazo, hasta que me recuperaba y volvía a sonreír. Gracias mi Dios, a tus ángeles, a la Virgencita que nunca me abandona, a mis hijos amados, a mis nietos, a mi yerno, ese hijo que me dado los niños más lindos del mundo mundial, mis nietos... Gracias desde el fondo de mi corazón.

Un corazón fuerte y amoroso, con la gente y con todos los que me rodean, porque a pesar de todo, soy una persona bendecida, con bienes que no tienen que ver con este mundo material que nos rodea, sino con el mundo espiritual, que me habita y me llena. Gracias.


Que Dios nos bendiga a todos y cada uno de nosotros y que me de fuerzas para seguir este trecho del camino que se presenta.

Mireya Pérez.



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