A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

martes, 29 de septiembre de 2015

Un alto en el camino...



Para los que han ido de peregrinación a algún sitio sagrado o de meta personal, no les es extraño la figura del caminante que se sienta en algún lugar fresco, se saca los zapatos y si hay un riachuelo cercano, procura meter sus cansados pies en la frescura de sus aguas, para aquietar el dolor punzante que los agobia, por los día de camino largo y enriquecedor, pero extenuante, sobre todo, para aquel que no se ha preparado física y emocionalmente para hacerlo.

Dicen incluso, los más experimentados, que para las ampollas que suelen salir por el roce y el calzado, lo mejor es hacer una especie de masaje con el limo o fango del río, que es el mejor bálsamo que existe y los pies lo agradecen mucho.

Entre mis sueños por lograr están, el realizar la peregrinación a Santiago de Compostela, en un principio pensé que lo haría en el 2010, pero la vida y sus circunstancias cambiaron mis planes, y ahora está pospuesto hasta que se presente el momento perfecto y maravilloso. 

Del camino he leído varios libros, el primero, una mono grafía que un buen amigo me prestó, allá por los años 80, y que sembró en mí, la acuciosa necesidad de hacerlo  acompañada de un cuaderno, para llevar un diario del viaje y de las experiencias que viviré. Posteriormente, y de manera simultánea, en los años 95 y 96 llegaron hasta mí: El diario de un Mago, de Paolo Coehlo y El Sendero del Mago de Depra Chopra. Dos visiones diferentes de una experiencia inigualable, que me llenaron de inquietud por realizar este viaje a manera de introspección, como un viaje al encuentro de mi alma. Pero para ello tengo que cumplir con otras etapas de mi camino, que aún se están desarrollando, a las cuales no puedo ni olvidar, ni dejar para más tarde.

Otra fuente de inspiración para hacer esta peregrinación fue un encuentro con una persona que lo había hecho en dos etapas, de sus anécdotas y vivencias, las cuales me dejaron fascinada, también me quedó esa necesidad de cumplir, no sé por qué este camino. Por último, una película de Martenn Sheen, que se llama El Camino, dirigido por su hijo Emilio Estevez, terminó por configurar la imagen y el por qué debo hacerlo.

La vida nos va presentando poco a poco el trazo de algo que no sabemos, pero que nos va llevando en su transitar por etapas distintas, edificantes, alegres, tristes, de aprendizaje completo para nuestra alma. Los entendidos dicen, que antes de nacer, escogemos el camino y la familia en el seno de la cual vamos a nacer, crecer y evolucionar, y aunque medio en broma medio en serio, suelo decir que se me pasó la mano, también es cierto que, gracias a lo intrincado y a veces espinoso del camino de vida que he llevado hasta hoy, soy el ser humano que está en este aquí y en este ahora. Bueno,malo, regular, no lo sé, pero simplemente yo,  con mis luces y mis sombras, mis alegrías y mis penas, con mi equipaje lleno de experiencias y conocimientos, que aunque no sepa muy bien para qué me han de servir, los atesoro y comparto, con aquellos a los que intuyo que les puede servir de algo. Otras veces, en cambio, hago mutis por el foro, desaparezco de la escena, pues no soy yo el protagonista o la protagonista del momento, o mi papel es apenas un fondo en el telón de las vidas a quienes yo he tocado por unos instantes.

Hace muchos años atrás leí un libro de Torcuato Luca de Tena, que se llama La Noria, se basa en que, en la medida en que vamos encontrando a personas en la calle, nos cruzamos las mirada, o decimos un simple: disculpe! comenzaba o continuaba con la vida de las otras personas, eslabón por eslabón, como los componentes de una noria, donde cada habitáculo lleva un número de personas, que se van subiendo o bajando de la rueda, en la medida en que llegan a la parada de la misma. Quizás esa sea la mejor analogía con la vida, estamos en una rueda sin parar y se van montando o bajando, según les llega su hora o el camino los ha llevado hasta ahí, y deben de cambiar de vehículo o de atracción, para continuar su aprendizaje.

Hasta ahora, recordando a los cientos de personas con los cuales he tenido contacto en la vida, me quedo atónita!!!, pero se que todavía hay un mundo por descubrir, gente a la que llegar y tareas por realizar. El camino no ha sido malo, a veces ha tenido sus notas ¨especiales¨, que me han dejado grandes aprendizajes de vida, sobre todo a ser humilde y agradecida, otros todavía, no se muy bien para qué los voy a utilizar, ni cuando me llamarán para hacerlo, pero ahí están...

Por lo pronto mi alma agradecida les da las gracias a todos los que poco a poco me van encontrando, en estos mundos del ciber espacio, infinito, con rostros e imágenes que soy incapaz de descubrir, pero que quizás contengan un granito de algo que yo llamo amor y que comparto con todos los seres que habitamos este planeta azul, maravilloso que llamamos Tierra. 

Que Dios los bendiga

Mireya Pérez

http://gloria.tv/?media=559345 este es el enlace para la película completa en español, y abajo una presentación en la Universidad de George Town


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