A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

domingo, 19 de julio de 2015

El Ego...ese enemigo que nos impide ver más allá del Yo.






A pesar de que con los años vamos aprendiendo cosas nuevas, desechando otras y sorprendiéndonos a cada instante, me dejan sin palabras las personas que creen, aún en nuestros días donde estamos totalmente globalizados, que la vida gira a su alrededor y que ellos son el centro del universo.

Todo esto es debido al Ego, que es un enemigo implacable y que impide ver más allá de la punta de la nariz de su propietario...Triste, pero cierto.

Buscando información en los autores que conozco, busqué este libro:
Tu Yo Sagrado, del Dr. Wayne Dyer, Editorial Grijalbo, 1996.

En este libro encontré lo que voy a compartir con ustedes, y espero que nos sirva para crecer como individuos, y ser menos conscientes del Yo, como de lo que nos rodea, y de lo cual formamos parte indispensable.

...Las personas que viven dominadas por el Ego, viven inmersas en una serie de prejuicios, que empiezan por el enjuiciamiento relativo a su ser con respecto a los otros, creyéndose mejor por comparación a otro u otros. El ego hace que se ratifique su diferenciación de los demás, y le encanta mantenerle en dicho estado. Lo que evita que se sienta conectado con el universo.

Cuando uno logra conectar con su  Yo Superior, se da cuenta, en parte, de que se tiene la misma divina esencia que nos conecta a todos con la fuente del espíritu. Su yo interior confirma que usted no es en nada mejor que otra persona y que no necesita ni juzgar ni compararse con otros.

Cuando uno tiene conciencia de esto, no puede ver a los demás en términos de lo que poseen o de lo que parecen, ni siquiera de la forma en la que se conducen. 

Se relaciona con las otras personas en razón de que todos somos Hijos de Dios, y de la divinidad que nos conecta y fluye a través de ellas, que constituye una manifestación de la energía que da soporte al mundo físico.

En la senda de la búsqueda de la espiritualidad, uno experimenta le energía que fluye a través de si y de los demás.

Las personas que están inmersas en lo que dicta su Ego, juzgarán a los demás según ese rasero, pero eso no indica que usted deba hacerlo. Estas personas, lamentablemente aprenderán de sus propios comportamientos, más tarde o más temprano, el error que cometen. Pero para hallar la respuesta usted necesita consultar a su espíritu. Esta es la manera de dominar su Ego y conocer la paz que proviene de la negativa de juzgar a otros. No quiere decir que debamos aceptar o aprobar la mala conducta de otros, no, lo que usted necesita es hablar con su Yo Superior, y negarse a juzgar o creerse mejor como resultado de sus comparaciones.

Otra de las cosas que podemos observar es que las personas tienden a estar más preocupados por su apariencia que por su propósito. Dedicando grandes cantidades de dinero a su apariencia física, vestuario, cosméticos, joyas, zapatos...

Persiguen notas superiores a sus compañeros, son sumamente competitivos, buscan el obtener recompensas y símbolos externos de éxito en lugar de la alegría por participar, aprender o superarse a si mismos.

Generalmente hacen evaluaciones sobre los demás en forma hiriente y descortés, utilizando sus acciones como punto de comparación con los demás.

Suelen estar preocupados del dinero, como un factor de evaluación del otro. Sus posesiones, con respecto a los del otro...¨¿Cuanto tienes?....tanto vales....!!!!

Creer que una persona es sólo un cuerpo, una apariencia exterior... Olvidando que en realidad somos un alma con una apariencia exterior y que la misma sufre transformaciones con el transcurso de los años y de las experiencias de vida.

Dedicarse a criticar la apariencia del otro, si tiene o no los ojos de tal o cual color, si es gordo o flaco, si es alto o bajo, si es elegante o no...Todo lo cual le impide descubrir el maravilloso ser humano que existe debajo de esa falsa apariencia exterior.

Pero no se angustien, todo esto tiene solución...

Comencemos por dedicar unos minutos al día a quedarnos quietos, en silencio, pensando solo en nuestra respiración, tratando de aquietar el bullicio de pensamientos que fluyen en nuestra cabeza. Comience a liberarse del apego a las cosas externas, imagínese que tiene delante de sí una gran hoguera y comience a lanzar en ella todo lo que le molesta: joyas, ropa, automóviles, incluso su título académico... No es que se vaya a desprender de ellos, sólo que no se va a dejar influenciar por ello, no son el reflejo de lo que usted es en realidad, son solo falsas apariencias. Estar apegado a las apariencias externas nos limita y nos mantiene alejados de nuestro Yo Superior.

Quite las etiquetas que le ha pegado a su vida. Intente describirse sin ninguna etiqueta, describa en un papel quién es sin utilizar adjetivos que describan su apariencia exterior.

Al principio resulta difícil, pero poco a poco con el tiempo logrará descubrir ese ser especial que es usted, y que estaba escondido debajo de tantas falsas pantallas que le impedían ver la realidad.

Busque en los otros la esencia divina de la cual estamos todos formados, no son solo personas, ni animales ni cosas. Todas y cada una de las cosas que nos rodean, incluso los seres humanos son el reflejo del amor incondicional del Creador y de la habilidad y maravillosa perfección de la naturaleza, que los hace únicos e irrepetibles. Y los amamos por eso. Dejaremos poco a poco de enjuiciar y por sumatoria amaremos más y seremos realmente felices.

Defienda al ausente, no permita que en su presencia alguien juzgue o no al que no se puede defender, y si no quiere entrar en polémicas, simplemente cambie de conversación, con el tiempo los demás dejarán de hacerlo y habrá hecho algo positivo.

Así como los músculos de nuestro cuerpo se desarrollan con el ejercicio, de esa misma manera debemos ejercitar nuestra mente y nuestro espíritu, para lograr tener una mayor conexión con nuestro Yo Superior, y esto se logra mediante ejercicios como el Yoga, la oración e incluso y más efectivamente con la meditación, basta con 5 o 10 minutos al día para conectar con nuestro Yo Superior, y con el tiempo se irá haciendo mucho más fuerte espiritualmente que nunca.

Practique la compasión y el amor. Desde el envío de pensamientos de amor y compasión, hasta el tender la mano y ayudar al necesitado, así sea un necesitado emocional, al que a lo mejor solo le hace falta alguien que le escuche, sin criticarlo ni juzgarlo. No quiere decir que deba aportar dinero, si así lo quiere hacer, bien, si no, también, es sólo cuando dedicamos parte de nuestro tiempo físico y emocional en ayudar al otro, cuando en realidad estamos ayudando de una forma efectiva, pues estamos aportando lo mejor que tenemos, nosotros mismos y nuestro tiempo. Y eso señores, hace la gran diferencia...

Cultive su vocación. No solo su profesión, a la cual ha dedicado años de especialización y superación. No, si se analiza profundamente, seguramente hay algo que siempre le habría gustado hacer y no lo ha hecho por falta de tiempo, o incluso por el miedo al qué dirán. Pues ahora es tiempo de poner en marcha esos sueños callados: escribir, pintar, hacer jardinería, viajar, aprender un idioma, dedicar tiempo a hacer voluntariado...Use su talento para cumplir sus sueños y para ayudar a los otros. Su vida profesional dará un cambio inmenso, y se sentirá mucho mejor consigo mismo y con los demás.

Dar sin recibir...A veces no nos damos cuenta, pero hay personas que sólo reciben y nunca dan nada...absolutamente nada... al contrario, se quejan totalmente. Cambie el chip al positivo y empiece a regalar, por el simple hecho de hacerlo, por la alegría que conlleva el hacer algo y compartirlo. Invite a los amigos y haga usted la cena. Lleve un postre que haya hecho a casa de sus amigos, la próxima vez que vaya a sus casas. Compre una flor y regálese la a la señora que trabaja en  al portería del colegio de sus hijos, o a la señora que limpia las oficinas... Sorprenda y sorpréndase regalando algo de su tiempo... Descubrirá que es una sensación maravillosa!!!!.

Reduzca la importancia de las notas escolares de sus hijos o las suyas propias, lo realmente importante no es el Summa Cum Lauden, sino el aprender. Los niños deben aprender que su valor como seres humanos no radican en que sean alumnos de matrícula de honor, como sí el que sean gente que aprende y se supera a si mismos, eso es lo realmente importante.

Practique la generosidad. Dar en servicio de los demás, sin esperar nada a cambio, solo por el simple hecho de hacerlo desde el corazón.

Mantenga siempre la atención en las cosas realmente importantes de la vida, en los seres humanos, en la naturaleza, en el sentirse parte de un todo que lo conecta con los demás y con el universo. Al prestarle atención a lo que le rodea y a apreciarlo con reverencia y gratitud, usted irá superando la necesidad del ego de acumular y consumir, vivirá a través de su Yo Espiritual y disfrutará cada vez más de las cosas simples y hermosas de la vida, reparando incluso en los hermosos Arco Iris que la naturaleza le regala de vez en cuando, hermosos y maravillosos!!!!.

De esta manera alejará de su vida a ese temible enemigo que lo limita y le impide disfrutar sanamente de lo hermoso que es Vivir!!!!.


Que Dios nos bendiga a todos.

Mireya Pérez


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