A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

lunes, 13 de julio de 2015

Pasos para acallar el ¨Diálogo interior¨...







Los seres humanos pasamos horas de vigilia pensando continuamente, sin parar, se dice que a nuestra mente acuden 64.000 pensamientos por día. Y eso señores es ¨mucho ruido¨en nuestras cabezas.

Si adicionalmente, han tratado de meditar, se habrán dado cuenta de lo difícil que les resulta, debido a la cantidad de pensamientos que acuden a su mente, como los grandes saboteadores, que tenemos en nuestro interior. Pero no crean que es imposible, al contrario, en palabras del Dr. Wayne Dyer, en su libro Tu Yo Sagrado, Editorial Grijalbo 1996, nos dice lo siguiente:

Imaginemos que estamos ante un estanque, y observamos la superficie del agua... A veces, cuando el viento no sopla, el agua se ve iridiscente, refleja los rayos del sol, como un espejo, y apenas hay movimientos en su superficie. Otras veces, en cambio, el viento sopla con violencia, produciendo cambios en la superficie y formando olas que pueden arrasar la costa. Así son nuestros pensamientos, capaces de trastocar la calma aparente de nuestra mente, o volverse una tormenta con los pensamientos atropellados, seguidos unos detrás de otros.

Recordarán por experiencia propia, que un día lleno de pensamientos, se parecen mucho a las tormentas en un estanque. Las tormentas de su vida se convierten en violencia en su mente. Los vientos de su existencia crean agitaciones. Todo ello adopta la forma de pensamientos. Por tanto, la mente queda invadida de pensamientos relativos a su vida externa, haciendo ruido.

Pero no se desanime, piense en el estanque, en toda la superficie que abarca y en la profundidad del mismo, y sepa que por muy tormentoso que esté en la superficie, ésta no afecta  las zonas profundas del estanque.

Debajo de la superficie, se encuentra el segundo plano del estanque, aquí usted puede considerar que su mente es como el estanque, y bajo la superficie, a pesar del ruido, puede llegar conscientemente a encontrar la calma necesaria. A pesar de la constante entrada y salida de los pensamientos, usted puede controlar el flujo de los mismos, a pesar de que aún no ha alcanzado el silencio que tanto anhela.

Aquí se encuentra el análisis. Se sorprenderá mas de una vez realizando el análisis de una situación, aunque trate de acallar el diálogo interior. 

El análisis es la actividad mental a la que estamos dedicados cuando nos hacemos silenciosos comentarios sobre todas las personas y cosas. Esos comentarios insisten en analizar su progreso o ausencia del mismo. No jusgue ni se sienta frustrado, si no logra acallar ese diálogo interior, si piensa en la mente como si fuera un estanque al que ha lanzado una piedra, verá que la piedra sigue bajando más allá de la superficie en dirección al fondo del estanque. Así sus pensamientos se irán haciendo cada vez más profundos, dejando atrás el análisis y pasando a una tercera zona del estanque.

En la tercera fase del estanque, muy por debajo de la superficie, nos encontramos con que la charla interna disminuye así como el análisis. Su mente comienza a ver cómo fluyen las cosas y situaciones, y cómo están conectadas entre si.

Se encuentra usted ahora más cerca de su naturalaleza espiritual. En esta tercera fase, comienza a llegar a la síntesis, a comprender que está conectado con la vida y se sirve de la mente para comprender su lugar en la misma.

En la cuarta fase del estanque, comienza a acallar el diálogo interno, deja de analizar y empieza a bloquear la entrada de nuevos pensamientos. Se da cuenta por primera vez de que es uno con Dios, y llega a estar jubiloso. El júbilo es una señal de la presencia de Dios. El júbilo es un reflejo de la búsqueda espiritual particularmente digno de mención, porque su presencia indica que ha encontrado su sendero.

La sustancia básica de la vida es el júbilo, que surge del movimiento espontáneo del momento presente. Con esta espontaneidad llega el verse libre del egocentrismo y del enjuiciamiento de uno mismo y de los otros. Esta mente en calma flota en el mar del júbilo. La mente está en Paz.

Cuando la piedra llega al fondo del estanque, llega al lugar definitivo de descanso. Es el lugar interior en el que la mente se vacía de todo pensamiento y le embarga la quietud. El Indio Americano conocido como Alce Negro, lo expresa de la siguiente forma:

...¨La primera paz, que es la más importante, es la que proviene del interior del alma de las personas cuando se dan cuenta de su relación, su identificación, con el universo y todas las fuerzas; y cuando se dan cuenta de que en el centro del universo mora el Gran Espíritu, y que este centro está realmente en todas partes, dentro de cada uno de nosotros.¨....

El Gran Espíritu, del que habla Alce Negro está en el interior de cada uno de nosotros. Es el espacio unificado. En el fondo del estanque, donde la piedrecilla ha alzcanzado la calma, nosotros nos encontramos con la quietud, se convierte en uno con la vida, en uno con Dios y con la energía de amor que se encuentra en el centro de todo. Ha de vivirlo, experimentarlo y conocerlo. No se encuentra en la lectura de un libro, hay que realizar ese viaje al interior, mediante la meditación, y poco a poco, gracias a la práctica logrará llegar a ese centro de unión con Dios y a observar el espacio entre los pensamientos, apartándose de un pensamiento concreto.

Al alcanzar el espacio unificado en su vida diaria, ésta se orientará según un propósito que ya no le será desconocido...

Este ejercicio de aquietarse y cual piedra en el estanque, lograr viajar hasta el fondo y hallar la paz interior, puede llamarlo como quiera: meditación, diálogo interior, plegaria interior; no importa, lo realmente importante es la frecuencia con la que lo realice, tomándose un tiempo cada día para hacerlo.

La práctica de la plegaria le pone en contacto con la verdad que hay dentro de usted. Ese centro más interior es el campo unificado, es allí donde la verdad mora en su plenitud, y es el ámbito donde se halla al rezar. 

La plegaria es un maravilloso método para acallar el diálogo interno, proporciona un espacio para aquietar la mente y ponerse en contacto con Dios. 

Hagamos por tanto uso de esta estrategia, para poder realizar cada día, esa búsqueda de nuestro interior, de la conexión con Dios, que está en cada uno de nosotros.

Que Dios nos bendiga cada día, y a los maestros que nos pone en el camino, para evolucionar, crecer y ser mejores seres humanos.


Mireya Pérez


No hay comentarios:

Publicar un comentario