Cuántas cosas evocamos al pensar en una palabra: Nostalgia... Siempre la asociamos a un hecho o series de hechos del ayer, así sea que el ayer hubiera ocurrido hace apenas dos días o mil años... jajajaj.
Muchos autores clásicos o modernos han hablado de ella en versos, en prosa e incluso en cientos de canciones, indiferentemente del idioma o estilo musical del que se trate, todos tienen ese no se qué, que nos lleva a recordar espacios, momentos, personas y hasta sonrisas y voces... Somos los únicos seres vivos de este planeta que pueden hacer eso, porque, aunque se ha demostrado que hasta las plantas tienen ¨memoria celular¨, los únicos que usamos esos recuerdos somos los humanos. Bien para sonreír por alguna cosa graciosa ocurrida, o para caer en la más profunda de las depresiones, destructoras de la razón o producto de la sin razón...
La nostalgia no es una enemiga a la cual haya que combatir, a menos que se apodere de la persona y sólo vea esa parte de su historia vital, y no el presente, que es en realidad, el regalo que la vida misma, nos entrega cada día, al despertar y ver esa maravillosa estrella que llamamos Sol, y que se cuela entre las cortinas de nuestra habitación, y cual campanera nos despierta animando cada rincón que ilumina con su locuaz alegría.
La nostalgia se hace presente cuando algún recuerdo, fotografía o artículo de periódicos o de las redes, tan actuales hoy en día, nos saca del presente y nos lleva al momento de la imagen que representa...
Se preguntarán ¿Qué hago si soy así?... Existen muchas respuestas a esa interrogante, pero yo les voy a dar algunas de las cosas que hago yo, una mujer que tiene muchos recuerdos, variopintos, dulces, asombrosos y hasta mágicos, pero también dolorosos, y que si hubiera podido evitarlos, los habría apartado de su vida, pero como sabemos, eso es imposible, a todos nos llega en un momento dado, sin querer...
Allí voy:
- Si pueden respirar, concéntrese unos minutos en sólo atender cómo respiran, el entrar y salir de ese aire que tanto necesitamos, y si pueden hacer este ejercicio, escuchando una música suave y relajante, mejor... Para los que saben mucho del tema, les dirán que ese es el primer paso para la Meditación, pero si la palabra les da un poco de miedo, ni la piensen, sólo respiren, relajen su cuerpo, sentadas en una posición cómoda y limítense a disfrutar de esos escasos minutos, cinco o diez, pero en un lugar tranquilo, donde nadie les perturbe, por esos escasos minutos.
- Les van a venir muchas ideas e incluso mucho ¨ruido mental¨, a mi me pasa mucho, porque mi mente siempre está activa, y sólo puedo relajarme cuando hago estas pequeñas inspiraciones y expiraciones, y me dejo llevar, animada por la música y vuelvo cada vez que me desconcentro, a respirar.
- Si les llegan pensamientos, mirenlos con los ojos de la mente y hagan como quien aparta una cortina en una habitación, así los dejan pasar sin preocuparse, o por lo menos, sin hacerles mucho caso. Lo importante es que ellos no los saquen de ese momento de Paz y Serenidad.
- Si han tomado la precauciçon de programar en su móvil el tiempo que van a dedicar a este ejercicio, podrán hacerlo con más naturalidad, pues el tiempo prefijado con anterioridad, les quitará la angustia de pasarse o de no hacer lo que se habían programado.
- Cuando suene la pequeña alarma de su móvil, abran poco a poco los ojos y sonrían, por unos minutos se han dejado llevar, acompasadas con su respiración y con su corazón... A medida que introduzcan este pequeño ejercicio en su día a día, verán con sorpresa, que empiezan a descubrir sonidos que antes ni siquiera escuchaban. porque su mente hacía mucho ruido constantemente, y no les dejaba disfrutar de los sonidos vitales que les rodea.
La nostalgia puede ser una buena compañera del camino, pero no debe ser la única, ni tampoco la más importante. Si aparece en un momento dado, denle las gracias, pero una vez que ya han recordado, sonrían y déjenla partir, sin aspavientos y sin dolor, ella representa una ¨experiencia de vida¨, les proporcionó herramientas que ahora forman parte de su equipaje, pero ya pasó, y podemos reconocer con sinceridad que gracias a ese episodio ustedes hoy son más fuertes.
Las experiencias nos enseñan lecciones que permiten seguir adelante, posiblemente si algunas situaciones de nuestro pasado no hubieran ocurrido, ustedes no estarían donde están parados hoy, y no habrían aprendido las cosas que ahora forman parte del ser, de la persona que son. Eso es lo realmente importante, lo demás sobra.
Digamos adiós a la nostalgia, y cuando aparezca, no le teman, es simplemente algo que ocurre de vez en cuando, viene y se va, pero no la dejen que se adueñe de su mente, no, pertenece a un tiempo, el pasado, y eso es algo que pasó, que no volverá, y si es muy pertinaz, pues hagan como quien cierra la puerta con llave, no les dejen entrar y tiren la llave... Sí, jajajaj, a veces hay que hacer eso, así tengan la tentación de abrir o mirar por la ventana, pero no, hagan ejercicio y sometan su mente a la fuerza de la voluntad, y aunque al principio cuesta, se va logrando poco a poco, hasta que sólo es uno de los tantos recuerdos que están en el arcón de los recuerdos, nada más...
Demos gracias a Dios por esta nueva oportunidad, por el camino recorrido y por el que se abre a nuestro paso. Gracias por estar en parte de mi camino.
Que Dios nos bendiga a todos y cada uno de nosotros.
Mireya Pérez
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