A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

martes, 18 de marzo de 2014

Bendecir a alguien... esa costumbre tan venezolana.



Muchas personas que no están acostumbradas a esta frase tan nuestra, sobre todo en otras latitudes, quizás piensen que estamos un poco mal de la cabeza, que nos la damos de Santos o de curas, y no que es algo natural para nosotros, el desear el bien al otro, tanto, que nuestro mayor deseo es que Dios los Bendiga con todos los dones que pueda un ser humano desear.

El primer don que deseo para todos es la Salud, sin ella, no podemos siquiera soñar en algo mejor, porque la enfermedad, que en muchos casos viene de la mente o del alma, bloquea e impide que avancemos en nuestra evolución espiritual particular.  Porque si algo he aprendido a través de la vida, es que todos y cada uno de nosotros, evolucionamos a nuestro ritmo, único y simple, ni igual, ni diferente, solamente nuestro ritmo. Pero todos absolutamente todos, venimos a aprender algo y a enseñar algo, esa es nuestra meta más importante, lo malo es que no venimos con la ¨memoria¨de que esa es nuestra misión, y la vamos descubriendo a nuestro ritmo, a veces a muy temprana edad, otras veces, en el peor de los casos, aunque en forma relativa, en el ocaso de la vida. Debemos recordar siempre ¨Que el tiempo de Dios es perfecto...¨y sólo El sabe porqué, cómo y cuando.

Otro de los dones con los que pido a Dios que los Bendiga es con el Amor, pero en mayúsculas, no solo el amor a una pareja o persona en particular, que es muy lindo y natural, no al amor hacia todos nuestros seres queridos, a nuestros hermanos de sangre o no, Amor a todos los seres humanos, creo sin temor a equivocarme que si el hombre, el Homo sapiens sapiensis , especie a la cual pertenecemos todos, amara más a su prójimo y menos a su ego, tendríamos menos guerras, habría mejor distribución de la riqueza y muy posiblemente habríamos logrado que miles de millones de niños en el mundo comieran tres veces al día, como la cosa más natural del mundo, se que con eso le quitaría trabajo a las ONG, las cuales hacen un servicio humanitario increíble, pero estarán de acuerdo conmigo en que si nos amáramos unos a otros como a nosotros mismos, habría menos egoísmo, más igualdad y no habría calamidades como las que vemos en zonas que a veces están a la vuelta de la esquina, ni siquiera en otro continente.

Otra de las Bendiciones que deseo cuando Bendigo a alguien es que sean Felices, pero la felicidad en mayúsculas, que proviene de disfrutar de todas las pequeñas y grandes cosas de la vida: la sonrisa de un niño, la luz del amanecer, el caminar descalzo por el césped después de amanecer y sentir las gotas de rocío, caminar bajo la lluvia suave que apenas nos moja la cara, pero que nos hace sentir que estamos vivos, feliz al hacer feliz a otros con nuestra música, con nuestra entrega en cada pequeño detalle, como decir buenos días y sonreír, tantas y tantas cosas que no cuestan dinero, y que solo requieren un pequeño gesto de nuestra parte. Si además cuentas con cosas que te hacen feliz, pues bienaventurado seas, porque yo no envidio a nadie ni a nada.

Hay muchas otras cosas que deseo para los demás y también para mí y los míos y es que nunca nos falte la palabra de aliento en las horas bajas, que no nos falte la mano sincera que se extiende para darnos su apoyo incondicional, como nosotros a nuestra vez lo hacemos, que no falte el hombro donde apoyarnos en las horas de dolor, porque esos momentos también llegan, pero que si contamos con alguien que nos aprecia, con un amigo o amiga sinceros, siempre estarán a nuestro lado, como ven, las Bendiciones que pido a Dios para ustedes y para nosotros, son las cosas simples y hermosas de la vida, que no deberían faltarnos nunca y la promesa de que en la Oración, siempre encontraremos el apoyo incondicional de Aquel que está por encima de todos nosotros, en mi caso es Dios, pero si tienes otra fe, no importa el nombre que le des, El te dará el apoyo en esos momentos duros y difíciles.


Que Dios los Bendiga a todos y los colme de bendiciones, Amén.



Mireya Pérez




No hay comentarios:

Publicar un comentario