A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

sábado, 22 de marzo de 2014

Pon una Lupe o un Rafa en tu vida....




Hoy pensarán que se me volaron los tapones... pero no, este título viene a cuenta de unos personajes que he tenido la suerte de conocer en los últimos meses: Lupe es una madre de 78 años, como puede ser la de cualquiera de nosotros y Rafa un joven de 39 años que va a ser papá por primera vez, el punto de coincidencia es un curso que estamos haciendo un grupo de profesionales de diferentes disciplinas, experiencias y años, claro que la mayor de todos, soy yo, jajaja, pero es lo que hay.

Yo trato siempre de aprender, y con los años he descubierto que aprender es algo mágico, que el mundo se abre y te muestra maravillas insospechadas, y como ser finito, en lo efímero, también me hago consciente de que nunca aprenderé todo lo que me gustaría,  sin embargo, soy como una esponja de mar que absorbe todo lo que puede del medio en que se rodea, para después proyectarlo hacia el infinito.

En este aprendizaje han aparecido estos dos seres anónimos, pero maravillosos, y los traigo a colación, porque considero que lo más hermoso es aprender de todos y de todo, nunca lo que aprendas será en vano, y de las personas más insospechadas, puedes obtener sabiduría, y con ellos es así. Por ejemplo, Lupe que es una madre de las de antes, como mi madre, estudió hasta que los padres consideraron que tenía los suficientes conocimientos como para llevar una casa, ser madre de familia y atender su hogar, pero en su sencillez de mujer, tiene una mentalidad tan positiva, que ha hecho de su única hija, nuestra profesora, a la que no voy a identificar para salvaguardar su intimidad, un ser único y especial. 

Nuestra Teacher, siempre nos dice que Lupe ante cualquier adversidad siempre, pero siempre, le dice a su hija:

- ¡No te preocupes, eso está ocurriendo, porque viene algo bueno para ti!.- ¡No te preocupes que ya vas a ver que , seguro, pero seguro, que esto te va a traer algo muy bueno, aunque ahora no lo veas!..

Y a pesar de todo, el tiempo siempre le da la razón. Lo hermoso de todo es que producto de esa forma de ser tan positiva y generosa, todos en en el barrio donde ha vivido por más de cuarenta años, la quieren y buscan siempre su consejo, además de que es una gran anfitriona. Si vas a su casa de visita, siempre tendrá algo para ofrecerte, para merendar, para acompañar una taza de café o de té, y le da gusto sacar sus tesoros, esos mantelitos de lino bordados con primor y esmero, los apoya vasos,etc., todo lo mejor para agasajarte con la sencillez, la humildad y el amor de una persona generosa y sencilla.

Por el otro lado está Rafa, un chico que siempre tiene una risa que compartir, algo jocoso que decir, y que nunca está de mal humor, va a ser papá, quizás a estas horas ya haya nacido su bebé, pero no está nervioso, al contrario, se ha preparado concienzudamente para esta etapa en sus vidas, y todos sus compañeros, que hemos aprendido a quererlo, por lo bueno y sensato que es, estamos seguros de que será un padrazo.

La frase de este trozo de vida que comparto hoy con ustedes, no me pertenece, la ha creado una de mis compañeras, JP, que también es alguien especial, siempre risueña, aún en los momentos en que alguna preocupación vela sus ojos, cuando se refiere a nuestro compañero, dice con alegría:

- ¡Pon a un Rafa en tu vida...!-

Y yo les diría a todos, pongan en su vida, las hermosas cosas y las más fáciles de obtener, porque no cuestan dinero, solo cuestan un poco de amor, amor a lo que hacemos, amor a los que nos rodean, como seres humanos, dentro de nuestra humildad, amor a las cosas simples de la vida y sobre todo agradecimiento a los ángeles que Dios nos pone en el camino, en forma de compañeros de escuela, de trabajo, de Universidad, de la vida, en mi caso, estoy infinitamente agradecida a todos esos seres humanos, que sin saberlo, han hecho un antes y un después en mi vida.


Dios los Bendiga a todos.


Mireya Pérez




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