A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

martes, 4 de marzo de 2014

La amistad... un bien muy preciado.












Sobre la amistad se han escrito muchas cosas, se han escrito canciones y hasta algún pintor ha hecho más de un cuadro y hoy yo quiero hacer un alto en mi camino para darle las gracias a esos seres especiales que llenan mi vida de luz, calor y amor.

Cuando miro atrás en el tiempo, veo a la primera amiga que hice de verdad a los nueve años, eramos inseparables y como dice alguien de su familia, yo siempre iba detrás de ella, al no tener hermanas, ella era la hermana que no tenía y la cuidaba hasta de ella misma, aunque ella contaba con una familia numerosa, unida y muy afectuosa, tanto, que yo llegué a creer que era parte de ellos y puedo decir que a pesar de que ha pasado mucho tiempo, todavía los recuerdo y me recuerdan con cariño. Ellos saben quienes son, y desde este rincón de Armonías les mando todo mi afecto a todos y cada uno  porque cada uno tiene un rincón especial en mi corazón.

La segunda amiga de corazón, tiene nombre de ángeles, y es como si fuéramos hermanas, me ha acompañado desde los 11 años hasta aquí, y estoy segura que me acompañará hasta el final del camino, estamos tan unidas y es tan especial nuestra amistad, que la gente al vernos piensa que somos hermanas, y creo que observándonos con detenimiento, hemos ido adquiriendo esos caracteres secundarios como la sonrisa, la forma de gesticular o la forma en que movemos la cabeza al escuchar algo con atención, ella ha estado en los momentos amargos y en los momentos felices, y somos la una para la otra, inseparables, incluso cuando el destino nos ha puesto en lugares distantes del mapa, nuestra comunicación nunca se rompió, cartas, llamadas, vídeos, etc., y los encuentros eran muy especiales, sacábamos tiempo de donde fuera para estar juntas y apoyarnos. Lo más rico, las pijamadas con una copa de vino y hablar y hablar hasta rendirnos.

Otras de mis grandes amigas, son mis dos comadres, cada una especial por si mismas, una más jovial que la otra, pero siempre ahí para lo que hiciera falta, las amo, las extraño, el corazón es tan  grande que cabe mucha gente en él. Han sido compañeras de Universidad, de la vida, de mil y una travesuras, de mil y una epopeyas personales, y siempre ahí dispuestas como los boy scout , a ellas les doy las gracias, no solo por ser madrinas, sino por ser amigas, en toda la extensión de la palabra.

Además tengo a mi amiga de la parte adulta, es una amiga muy, pero muy especial, con ella tengo esa comunión espiritual, que nos hace saber cuando una piensa en la otra, y nuestra ¨bruja interior¨nos hace llamar por teléfono y la otra dice, estaba pensando en ti, le encanta este blog, le gusta lo que escribo, y sabe que lo hago con el corazón abierto, como mi vida, que siempre ha sido un libro abierto, y ella ha llenado y llena muchas páginas de él. 

Se preguntarán si no hay hombres amigos, les diré que tengo muy pocos, pero es que mi mundo siempre estuvo rodeado de mujeres, y aunque me cueste confesarlo, siempre aunque los quiero un montón, me cuido mucho de manifestarlo, pues la mayoría tiene o ha tenido pareja, y aunque yo no me considero un peligro para nadie, siento que a veces me miran con recelo, y por ello, cuando en broma me dicen algo, que saben que me va a sonrojar, yo siempre les salgo con algún vaso de agua fría, literalmente, porque no quiero que mi amistad sea motivo de discordia, los quiero, los respeto y por sobre todas las cosas quiero que sean felices, y cuando me cuentan o comentan algún hecho de sus vidas,me siento un poquito parte de ese momento y me llena de felicidad, su felicidad, así como me entristecen sus penas, creo que al fin y al cabo eso es ser amigo, y yo no tengo género ni sexo en la amistad, solo soy un ser humano, amigo de otro ser humano.

Otro renglón importante en mi vida, son mis ex alumnas, aunque para ellas yo siempre seré en sus recuerdos, su profe de Biología o de Química, para mi siempre serán mis niñas, aún cuando ya todas son unas profesionales de éxito, madres, esposas, compañeras y amigas de sus amigos, y me encanta tener contacto con ellas, aunque sea a través de las redes, que dicho sea de paso, son un avance importantísimo para la humanidad.

Ah, me olvidada un renglón importante de mi vida, mis compis, mis compañeras del colegio y las de la Universidad, ese tiempo compartido entre todas, ha sido y es maravilloso, han pasado muchos años, y sin embargo, todas guardamos hermosos recuerdos de esos años vividos, las travesuras del colegio, las complicidades de la Universidad, esos ratos de irnos al Cubanito a comprar los perros calientes para la cena después de clases, o el día en que sobre el capó de mi coche iba una ranita blanca, que la pobre saltaba del capó al para choques, durante todo el trayecto desde la Universidad hasta la casa, y los que me veían haciendo gestos en el coche, me miraban, hasta que seguían lo que yo señalaba y se reían al ver a la pobre rana pasando apuros y yo preocupada porque no fuera a saltar y ser atropellada por un coche, esa noche nos reímos mucho todos los que compartimos la autopista a las 10 y media de la noche. Recuerdos y más recuerdos, por eso la frase ...¨Recordar es Vivir¨...

Gracias a todos/as por estar ahí, los quiero y las quiero, no digo nombres, nunca lo hago, para preservar el anonimato de ustedes, para cada una/o, saben que es sobre ellas/os que hablo. Dios los/as Bendiga a todos/as  y cada uno/a , son especiales y los/as amo de corazón.


Mireya Pérez




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