A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

miércoles, 2 de abril de 2014

La Tolerancia... algo muy necesario en estos tiempos tan convulsos



Hoy quisiera hablar con ustedes de la Tolerancia, me parece un tema escabroso, porque hoy cuando en muchos países se encuentran personas de diferentes países, etnias, costumbres, idiomas y necesidades, pareciera que hablar de este tema no fuera necesario.

Vivimos en un mundo globalizado hasta tal punto, que la información generada hace unos instantes a miles de Kilómetros de distancias, nos llegan en cuestión de segundos, y gracias a los medios interactivos, podemos conectarnos y hablar, con otros, estudiar, hacer negocios, conocer gente y en algunos casos hasta volver a enamorarse. Hoy las telecomunicaciones nos acercan a miles de puntos de vista, y nos enriquece culturalmente, pero también tiene su filón negativo, porque a veces tanta información puede ser manipulada y hacer daño a los otros.

Yo me pregunto,¿cómo puedo conocer a alguien a miles de kilómetros de distancia, si mi vecino que está puerta por puerta no lo conozco, claro que tenemos horarios diferentes, y quizás sean personas que salen a trabajar o estudiar y no regresan hasta la noche, sin embargo, y esto es una anécdota que pasó a finales del año pasado, cuando al piso debajo del nuestro se mudaron una pareja joven con dos niños, y el señor se encontró con una amiga y le preguntó si por casualidad iba a mi casa, le pidió que por favor le dijera si el ruido de los niños nos molestaba, porque le habían comentado que su vecino de arriba estaba en silla de ruedas, cuando mi amiga llegó a casa, me asombré, y me dije ¿cómo pueden saber de nosotros?, si nosotros cuando salimos no vemos a nadie. Y de echo solo cierto sonido de vez en cuando me hizo pensar que había nuevos vecinos, claro está, nos llega a mi cuarto, pero es lógico en gente joven y enamorada,¿no creen?, a mi no se me ocurriría decirle que me entero cuando hay jaleo, porque me pondría roja de vergüenza, pero a los niños nos los escucho a menos que alguna mañana se le haya hecho tarde para el cole y salgan corriendo como alma que se la lleva el diablo, y ahí si noto que hay niños, pero cuando bajé al Estanco (especie de abastos), supe la razón, mis queridos tenderos son los amables interlocutores, ellos con mucha generosidad informan a los nuevos vecinos de los buenos que tienen alrededor y que ya tienen algún tiempo viviendo allí.

En verdad son un par de personajes muy particulares, pero sanos en el fondo, tienen la curiosidad de la gente del pueblo llano, y con preguntas sutiles y a veces no tan sutiles se enteran de la vida y milagros de la vecindad, el problema es que yo no pregunto por nadie, en verdad tengo poco tiempo para estar pendiente de la vida de otros, si me encuentro en el ascensor a alguien les doy los buenos días, y me despido con un hasta luego, pero no paso de ahí, siempre voy con el tiempo justo para hacer las diligencias que me he propuesto, y regresar a tiempo para almorzar a las tres o a las cuatro de la tarde. después hay que hacer muchas cosas en casa, estudiar, preparar el material para el instituto, buscar información en la web, escribir este blog, que lo tomo con mucha seriedad, pues es una forma de comunicación de mí hacia ustedes.

Y leyendo y viendo las cosas que pasan en esta nuestra patria de adopción, descubrí ayer un programa que se  están llevando en Andalucía para incluir y ayudar a los chicos que llegan en pateras a nuestras costas y que por ser menores no pueden ser deportados, y se ha creado una especie de grupo de apoyo para que estos chicos, al cumplir los 18 años, y salir de los albergues , sean apoyados por gente voluntaria que los oriente en la búsqueda de empleo, en aprender el idioma, en tratar de que poco a poco se adapten a esta nueva tierra, ya que por su condición no pueden ser devueltos a su lugar de origen, la mayoría de ellos han perdido a su familia en la misma travesía que los trajo a nuestras costas, y una de las trabajadoras sociales hablaba del problema de la inclusión, y de que a pesar de que los chicos quieren incorporarse lo más rápido que pueden al mercado laboral, se encuentran con el flagelo de nuestros tiempos, la intolerancia, el sectarismo o la apatía. No es fácil para alguien recorrer miles de Km hasta llegar a Marruecos, donde deben esperar meses hasta que pueden contactar con un patrón que los lleva hacinados, a veces van hasta 400 en una barca que no tiene capacidad para más de 20, y les cobran 3000 Euros por persona, y de repente faltando unos 500 metros de la costa, los abandonan a la deriva, sin agua, sin alimentos, expuestos a los elementos, su historia es terrible, vienen con el sueño de llegar a Europa, España es solo el primer puerto y a veces Lamperusa en Italia , pero todos tienen el mismo fin, los adultos que logran sobrevivir son inmediatamente deportados, y los menores de edad son acogidos en centros especiales, donde poco contacto con sus familias pueden tener, los más afortunados, los que tienen algún familiar que emigró y ya se ha establecido, lo busca, lo acoge y empieza su batalla de esperanza, los demás dependen de la extraordinaria labor de las distintas ONG que están trabajando día a día por darles sentido de identidad y de integrarlos.

En estos momentos en que la crisis ha afectado sobre todo a la gente de clase media y baja, que se encuentra con que todos los miembros de su familia están en el paro, y de que las ayuda se van agotando cada vez más, el ver que deben competir por un puesto de trabajo inferior a sus capacidades para poder llevar comida a su casa, hace que de la España abierta, cordial y sencilla, surja en algunos momentos, algún ciudadano que piensa que la culpa de todo lo que están viviendo lo tienen la gente que ha emigrado, que le están quitando la posibilidad de encontrar un empleo, el que hace tres años, no se habría ni siquiera apuntado a optar, pero que lo hacían los temporeros, en la época de la recogida de la fruta, los granjeros mandan al capitán de jornaleros a buscar mano de obra barata y les ofrecen 15 o 20 euros por todo el día hasta las ocho de la noche para ayudar a recoger la fruta, las hortalizas, en la vendimia, o en lo que haga falta.

Cuando han entrevistado a algunos Sub Saharianos se han encontrado con la sorpresa de que es un maestro de escuela, un abogado o un ingeniero, pero que la  situación en su país es tan precaria que es preferible luchar y arriesgarse a morir por tener derecho a un futuro. Esas son la historias que te hacen pensar que tu dolor no es nada, es apenas un grano de arena, comparado con el de otros.

Creo que sí se nos ha olvidado las bases de nuestro dogma de fe: Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo, si no fuera porque tengo límite de edad, me ofrecería de voluntaria, debería haber una ONG de abuelitas con un corazón grande para tener miles de nietos, pero es una Utopía, a lo mejor alguien necesita una Nanny para sus nietos, que les enseñe las cosas hermosas de la vida y el idioma universal del Amor de Dios.


Recemos mientras tanto, porque cada vez más aceptemos las diferencias, y entendamos que la gente no viene a quitarnos nada, al contrario vienen a sumar, qué sería de nosotros sin los Moros que habitaron estas tierras por 700 años, y por los Romanos que fueron grandes ingenieros de caminos, y nos enseñaron a construir obras como los acueductos, ahí esta el Acueducto de Segovia miles de años después y todavía funciona.Quizás debemos tener la inocencia del niño y la capacidad para aprender de todo aquel que tenga la buena voluntad de enseñarnos algo nuevo.


Feliz día y que  Dios los Bendiga.


Mireya Pérez




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