A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

martes, 1 de abril de 2014

Tres tres, Tres tres.....



Hoy vamos a hablar de cosas diferentes, porque no todo puede ser nostalgia, la vida también conlleva la alegría, la luz del Sol que todos los días alumbra nuestra ventana al amanecer, el sonido de la lluvia que golpea sin cesar en la ventana, el aullido del viento que sopla entre los árboles del parque , la sonrisa y las risas de los niños cuando salen al patio del colegio, el canto de una madre acunando al hijo amado, todo absolutamente todo en el cada día, es un canto hermoso de amor y esperanza.

Y como si del compás de alguna canción alegre se tratara, vamos a hablar de algo frívolo, sí como lo oyen, de frivolidades... pero a mi manera, claro está.

¿Se han fijado alguna vez en la forma de caminar de la gente que viene hacia nosotros en la calle, o la del que se aleja?. En una entrevista de la revista Hola, hecha a la señora Rocío Jurado (que en Paz descanse) hace como unos quince años atrás, hablaba del caminar de la mujer latinoamericana, que le llamaba la atención, porque caminaba moviendo las caderas al compás de una música silenciosa, acompañada de las caderas y que le parecía un movimiento con mucho salero, muy sensual..., yo a ese contoneo de mis congéneres les llamo el pasito Tres tres, Tres tres, y en realidad en algunas es muy bonito, porque van como si casi no pisaran y al tiempo llevando un compás imaginario.

En Venezuela, que ha ganado muchos concursos de belleza, como saben, las chicas jóvenes, y algunas no tanto, caminan con elegancia, hayan o no estudiado modelaje, las chicas caminan con soltura y desparpajo, sabiendo que van a atraer las miradas,o a veces, inconscientes de que su caminar llama la atención.

Hay personas que tienen una forma de caminar que anuncia sin querer su llegada antes de que se asomen por la puerta, pues su taconeo, la hace o lo hace tan particular, que un oído entrenado los podría distinguir sin verlos, así era un profesor que teníamos en la Universidad, tenía el oído más fino que he visto en mi vida, sabía antes que ninguno qué alumna o alumno se acercaba solo por el sonido de sus zapatos

Los pasos de las personas pueden ser fuertes, con energía, haciendo sonar los tacones o las suelas de los zapatos, generalmente desgastan antes el talón que el resto del zapato, y luego un podólogo diría, que reparten el peso del cuerpo en forma diferente de una persona a otra, y es cierto, pues hay personas, como las bailarinas de ballet que desde niñas se les enseña, a apoyar el peso hacia los lados del pie, de forma que sin deformarlo, su peso se equilibra a través de toda la zona lateral del pie, y suelen caminar : punta- talón-punta-talón, caminan como gacelas, ligeras, si has estudiado ballet, siempre aunque pasen los años, habrá una armonía al caminar y una forma de moverte que es particular de esta disciplina, aunque ya no peses 45 o 49 Kg., que es el peso promedio de una bailarina de ballet, en su etapa activa.

Otras personas, en cambio apoyan primero la punta del pie, y luego el resto del zapato, y con el tiempo, eso produce un desgaste en la suela particular de ese tipo de caminar. Y saben, desde hace algunos años ya los departamentos forenses del mundo estudian estas huellas particulares, casi como si fueran una huella dactilar, ni siquiera dos hermanos del mismo peso y estatura caminan igual, ni dejan igual tipo de desgaste en la suela de sus zapatos. Sobre todo en los zapatos deportivos, si observan algún episodio de Médicos Forenses, verán cómo a partir de una huella de pisada hallada  y podido aislar en el escenario de un crimen, han logrado después de estudiar el calzado de los diferentes sospechosos., llegar incluso a determinar la marca de calzado y tipo de fabricación. Ese mundo de la ciencia forense para mí es fascinante, me hubiera gustado estudiar ciencia forense, o quizás algún día lo haga, no lo sé, es algo que en mi mente de bióloga me hace sentir curiosidad e investigar.

Recordando personajes con caminares particulares,me he acordado de un profesor de matemáticas que tuvimos en 2º año de bachillerato, le llamábamos Pomponio, porque se parecía al personaje de historietas del Diario El Nacional, de aquella época, hace 45 años atrás, y era un movimiento como de bamboleo, ¿han visto un tio vivo?, una especie de muñeco, que tiene la parte de abajo cóncava, y que se bambolea de un lado para otro, se le solía regalar a los bebes para que jugaran, eran en color rojo brillante y solían tener cascabeles dentro que hacía sonar al juguete al son de su movimiento; pues nuestro profe era así, un gordito genial, buenazo y simpático, que nos daba clases generalmente de 12 a 1 y media, cuando más hambre teníamos y el muy socarrón nos decía que venía del cafetín del colegio de comerse ocho arepas con carne mechada, y nosotras con el concierto de tripas y la saliva activándose a millón por hora, de repente si te distraías en clase, agarraba un pedazo de tiza y de la lanzaba como pitcher de béisbol y pegaba justo en tu cabeza, claro que el pedazo era pequeño, pero te hacía poner atención, y siempre nos hacía reír con sus ocurrencias, no nos podemos quejar, tuvimos muy buenos profesores ¿ verdad chicas?.

Hay otro tipo de caminar que resulta de las personas que tienen el pie plano, o con escaso arco plantar, ese caminar es como más pesado, la persona camina como planchando el piso o aplastándolo con el peso de todo el pie, a esas personas, con los años, si sufren de sobrepeso, se les hace muy difícil el caminar y deben usar zapatos especiales, no necesariamente ortopédicos, pero sí con plantillas o almohadillas que les permita un caminar más adecuado. nadie sabe lo valioso que son los pies, hasta que te pasa la cosa más insignificante, como puede ser que tengas una uña enterrada, o como en mi caso que me he hecho dos esguinces en el mismo pie, y los adoquines de algunas calles,o las calles empedradas se convierten en mi peor enemigo, pues mi tobillo no tiene la misma fuerza que antes y si no me fijo y camino de prisa puedo correr el riesgo de torcerme de nuevo el pie, y eso de llevar un yeso o escayola para mí que soy hiper kinética es un martirio chino, generalmente no aguantaba más de quince días en casa y me integraba al trabajo con todo y mi escayola, y hasta llegaba al colmo de comprarme un calzado que se ajustara a la altura del cabestrillo, y llegaba a caminar de tal manera, que a menos que miraras al piso no te dabas cuenta de que llevaba una escayola, reconozco que a los 30 años era muy coqueta, y en esa época de mi vida el eslogan: ¨Antes muerta que sencilla¨, me hubiera definido bastante bien, cosas de la juventud, jajaja.

Por supuesto que no les voy a hablar de las afecciones que aparecen cuando por culpa de un calzado de mala calidad, o por factores genéticos, las personas llegan a sufrir de enfermedades o afecciones que necesitan ser superadas con operaciones,como en el caso de los llamados espolones, o los juanetes. Los pies son una parte del cuerpo muy importante, y la mayoría de las veces no les damos los mimos y cuidados que merecen, no importa si eres hombre o mujer, los pies necesitan estar siempre bien aireados, limpios, con las uñas cortadas y limadas para que no produzcan roces con los calcetines, los zapatos o las sandalias, y una buena crema hidratante o los talcos, que tanto se usan en América, siempre los mantienen frescos y evitan la aparición de hongos o infecciones.

Bueno yo creo que por hoy está bueno de hablar de nuestros amados y nunca bien ponderados pies, que nos trasladan a todas partes, sin quejarse, así que a cuidarlos, que nos tienen que acompañar toda la vida.

Que Dios los Bendiga.


Mireya Pérez.




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