A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

jueves, 8 de enero de 2015

Lo difícil de ponernos en los zapatos románticos de otros....













Cuando era niña, y a medida que fuimos creciendo, el entorno que nos rodeaba era una enjambre de palabras, situaciones, novelas de radio, novelas de televisión, libros románticos escritos por autores del siglo XVIII y XIX, donde las protagonistas siempre eran damiselas en apuros, o donde en el mejor de los casos, si el amor era correspondido, la protagonista moría joven... Siempre quedó en mi mente María de Jorge Isaac, María de las Mercedes, esposa en la vida real del Rey Alfonso XII, Cumbres borrascosas..., La Dama de Las Camelias de A. Dumas, y pare de contar...

En todas, aunque nuestras heroínas llegaban a ser amadas, todas, por una razón u otra, perdían ese amor o se hacía imposible... Por eso ayer, inspirada en algunas de esas obras escribí Mírame a los ojos... y como dice el refrán: ¨cualquier similitud con hechos reales es mera coincidencia¨...

Si embargo, debo confesarles que cuando veo alguna película romántica donde el final no es el esperado, una parte de mi corazón, se entristece, porque como romántica al fin, quisiera que todas las personas, independientemente de su condición social, cultural, económica o religiosa, encontraran el amor de verdad, aquel que comparte con el otro o la otra lo bueno y lo malo, la salud y la enfermedad, y que sólo la muerte de uno de los cónyuges, logre separarlos.

No obstante, en la vida real, he conocido muchas personas que se amaron de forma profunda y verdadera, pero las circunstancias los separaron, y sobre esas personas he escrito en cuentos que he desarrollado a lo largo de estos escritos que hemos compartido. Algunos, después de muchos años de separación, y de haber tenido diferentes experiencias de vida, el azar o el destino, un buen día los puso frente a frente, y la chispa de ayer, renació, y puedo atestiguar que hoy son parejas muy felices.

Otros, su historia está en proceso..., posiblemente yo no llegue a conocer el nuevo curso de sus vidas, pero si les puedo decir, que como es gente que quiero entrañablemente, les deseo lo mejor del mundo.

Yo sigo creyendo en el Amor, y creo que cuando alguien tiene un destino en particular, el destino te alcanza así te vayas al otro lado del mundo o a otra galaxia... Por cierto, si quieren leer una historia de amor intergaláctica, les recomiendo YARGO de Jacqueline Susan..., la escribió ayá por los años 70, pero a mi me marcó, y deseé yo también a mis 17 años encontrar un amor como el que ella describe con tanta valentía.


Dios nos bendiga, sigamos creyendo en el Amor, creo firmemente que cuando dos personas se aman, no hay nada que los pueda separar, y ni siquiera una galaxia o años luz de distancia, pueden impedir que algún día se encuentren, o por lo menos mi alma romántica así lo espera y se los desea a todos.


Mireya Pérez.


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