Ayer apenas comenzó un nuevo año, este 2015, que todos esperamos sea muy especial...
Me imagino este año, como un Diario con 365 páginas en blanco, sin mácula, para que podamos escribir en él no sólo nuestras citas importantes y las tareas por hacer, sino también los sueños, lo que nos motiva y nos alienta, lo que queremos realizar, los sitios que queremos visitar, planear una escapada con los amigos o amigas, ir a ese sitio que no hemos visto más que en postales, regresar al terruño, abrazar a los seres queridos, escribir un libro, idear o copiar una receta especial y hacerla para agasajar a la familia... Los cumpleaños de los amigos y de los hijos, de los nietos, de la pareja, de los seres que amamos y que nos aman...
Este año va a ser el mejor de todos los años, por la sencilla razón de darnos la oportunidad de crear cada día lo que queremos hacer. Será el mejor de los años, porque ahora somos conscientes de las oportunidades que no aprovechamos y ahora sí estamos listos y despiertos, aunque yo pienso que cuando algo que anhelamos no se da, es porque no nos correspondía, o porque eso no era lo mejor para nosotros.
Sólo Dios sabe qué es lo mejor para cada uno, aún el dolor, porque del dolor se aprende, se enseña, nos convertimos en el espejo para otros, aunque a nosotros nos haya costado lágrimas de sangre... Pero todo en la vida tiene un por qué, aunque nuestra mente finita y humana no lo entienda.
Yo me he propuesto no luchar más contra el tiempo, aceptar lo que Dios tenga destinado para mí, y brindar cada día la mejor versión de mi misma.
Que el tiempo que comparta con la gente que quiero sea de Calidad, que mis acciones salgan del centro de mi corazón, que mis oraciones sean siempre para dar Gracias a Dios, porque aún en el dolor no me ha dejado sola, he descubierto que cerca o lejos hay gente maravillosa que me apoya y me alienta, que están dispuestos y dispuestas para brindarme su palabra de aliento y un hombro donde apoyarme, y si hace falta en algún momento, servirme de lazarillo, hasta que me recomponga, porque nada dura para siempre, ni siquiera el dolor...
Con el tiempo..., después de una tormenta, aparece nuevamente el sol, y todo adquiere colores maravillosos y hasta el cielo nos regala cientos de Arco Iris para deleitar nuestra mirada y darle gracias al Cielo por la llaga y también por la medicina.
He aprendido que nada es para siempre, que todo es dinámico, que la vida nos da muchas oportunidades, y gente maravillosa a las que yo llamo ángeles que Dios nos pone en nuestro camino para ayudarnos y seguir adelante.
Gracias a todos por estar ahí, Dios los bendiga siempre, que este año que comienza sea pleno en Alegría, Paz, Armonía y mucho Amor, a raudales, si es posible y que la salud esté siempre en nuestra casa y en la de todos.
Un millón de gracias por leer mis escritos, por sus comentarios y por hacerse seguidores de mi blog, Dios los bendiga.
Mireya Pérez.
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