Soy Biólogo de profesión, amante de la naturaleza, y hoy quiero rendir homenaje a las flores silvestres, simples y hermosas, que vemos surgir entre piedras, entre rocas, en los sitios más inesperados, y a las que casi ni notamos cuando paseamos distraidamente por el bosque, el camino, el páramo, o una playa cualquiera.
En Canarias, donde vivo, está ocurriendo un hecho curioso, se están muriendo las colmenas de abejas, y ¿saben una cosa?. Si las abejas desaparecen de la faz de la tierra...La vida como la conocemos se extinguirá en unos cuatro años. Ellas, humildes, laboriosas y trabajadoras, no sólo nos dan la miel, la cera, el panal y otros derivados.
Tienen una importancia mayor, son las encargadas de realizar la polinización indirecta o cruzada, trasladando entre los pelos de su cuerpo, el polen hasta el pistilo de la flor a la que vayan a libar su dulce néctar. A ellas les debemos el frágil equilibrio de nuestro ecosistema.
La Flor y yo...
Caminando por el campo encontré una flor
y de manera inconsciente
la arranqué de un tirón
al mirarla entre mis manos,
la flor me habló...
¿por que me cortas de mi tallo
si sabes que al hacerlo moriré...?
Y mirando lo que había hecho
me sentí pequeña y mezquina
no la iba a usar para adornar la casa
ni la iba a usar para un altar
sólo iba a jugar a quitar uno a uno sus pétalos
simplemente para contar cuántos tenía
uno, dos, tres, cuatro,cinco...
solo tenía curiosidad nada más...
Y al mirarla ya marchita
laxa entre mis manos
me di cuenta del grave error que hacía
pues esa flor
no me pertenecía,
pertenecía al camino
y embellecía con sus colores
todo a su alrededor...
Ahora, en cambio,
parecía que al arrancarla
el paisaje hubiera perdido su brillo
y que todo él se hubiera sumido en tristeza...
y la flor que no había cumplido su misión
yacía sin vida y mustia entre mis dedos...
¡ Caminante! , si me ves en una orilla
admira mis colores,
absorbe mi fragancia,
pero déjame en mi lugar
Yo tengo una tarea que cumplir
atraer a las abejas para que liben mi néctar
y transporten mi polen a otras flores
y así continuar con el ciclo de la vida.
Si me cortas,
cambia todo el proyecto del Creador
y a ti no te hago falta
fue solo un acto reflejo
pero con él rompiste el frágil equilibrio
de nuestras vidas...
Y cuando crecí, más nunca arranqué una flor
sólo cortaba las que estaban ya mustias
para ayudar a las plantas...
de ahí en adelante,
empecé a disfrutar más
a admirar a la sabia Naturaleza
que en total armonía
mantenía el equilibrio sutil de la vida
De nuestras vidas....
Mireya Pérez.
Nota: aunque este poema no tenga ningún valor como tal, si encierra un mensaje importante. Disculpen a la poeta, que hoy estaba adormilada, pero el mensaje no...
Que Dios nos bendiga.
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