A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

martes, 18 de agosto de 2015

Debemos combatir a nuestro saboteador interno...



Qué difícil resulta, a veces, comenzar un proyecto, un viaje, una idea... No porque a nuestro alrededor tengamos personas que nos lo impidan, que a veces pasa, sino que seamos nosotros mismos, los que a través de pensamientos negativos saboteemos nuestros proyectos o sueños más profundos...

Todos, en mayor o menor grado, tenemos a un saboteador dentro de nuestra psique... Sí, aunque no lo crean, existe, y a veces está muy desarrollado, si no, piensen o recuerden las veces que han tratado de llevar a cabo un proyecto y al final por H o Z razones, no lo han llevado a cabo y ¿quién es el culpable?... Nosotros mismos, porque tuvimos miedo, porque dudamos de nuestras propias fuerzas e incluso porque nos negamos a salir de nuestra zona de confort. Palabra que está muy de moda hoy en día.

Dentro de cada uno de nosotros, en nuestra mente, no sólo existe espacio para la alegría, para el entusiasmo, para la tristeza, para la rabia, etc., también existe el miedo, y es este el más peligroso de todos, porque nos paraliza y nos bloquea de tal manera que llegamos a sentirnos atados de pies y de manos, e incluso nos dan ataques o enfermedades físicas, que son producto de esta situación...

Por ejemplo: Si te gusta el Jazz y has soñado con ir a ver a uno de tus ídolos en su lugar de actuación, posiblemente hayas conversado con algunos amigos y amigas para acudir, incluso has reservado mesa en el restaurante  al que van a asistir después de la gala. Pero de repente, algunos de tus amigos empiezan a notificarte, que se les ha presentado un problema, y que no van a poder acompañarte y te entra el pánico...Y ahora ¿Qué hago?...El miedo empieza a menguar tus ganas, y finalmente no acudes a ver a tu músico, porque no quieres asistir solo. ¿Cuál hubiera sido el problema de ir solos?... Ninguno, pero tomas como una ¨señal¨el que nadie te acompaña, y dejas de hacer algo que realmente querías, por miedo, simplemente miedo...

Esto nos ha pasado a más de uno en diferentes ocasiones y por diferentes motivos. A mí me pasó con un curso, que había visto que se iba a realizar en un Seminario católico, este seminario estaba ubicado cerca de casa. Me inscribí, invité a varios amigos, se lo comenté a mi esposo, y cuando llegó el día, por un comentario de mi esposo, casi no voy... Fui y ¿saben una cosa?...Creo que hubo un sabotaje en masa, pues de las veinte personas inscritas sólo fuimos cuatro, y hasta el mismo orador del curso, se dejó dominar de éste aparente rechazo, a tal punto, que a duras penas pudimos quedarnos hasta el final del día tres personas... La charla que parecía que iba a ser fantástica, resultó un fiasco, simplemente porque el mismo orador se sugestionó ante la falta de audiencia, se bloqueó y al final, los que nos quedamos, lo hicimos más por él que por nosotros...Es muy triste, cuando, después de hacer un esfuerzo de cualquier tipo, te dejas influenciar por el entorno y sucumbes... Eso le pasó a nuestro orador...Su saboteador interno le dijo: - ¿ Ves?..., te lo dije, ¡no iba a venir nadie!!- ¡No sirves para esto!!! y lo peor es que se lo creyó...!!!!

Cuando nuestro saboteador actúa, a veces no es fácil detectarlo, porque se vale de elementos externos a nosotros: 

  • La situación geográfica: - ¡ Es muy lejos, vamos a tardar un montón en llegar!!!
  • Un familiar que está enfermo, tiene quien lo cuide...¡pero nunca como usted!!!.
  • ¿ Qué voy a hacer con los chicos?. El padre cuando lo dejo a cargo, deja que hagan lo que quieran...!!!
  • Me pueden necesitar en casa, y no van a saber qué hacer si no estoy !!!
  • ¿Cómo puedo irme de fiesta, a la boda de mi amiga, si fulanito está indispuesto?...sería una ingrata al dejarlo solo!!!.
Estos y muchísimos ejemplos más, son dignos de  mencionar  al hablar de los sabotajes, auto inflingidos, que nos  hacemos  a  nosotros  mismos, yo lo  he sufrido en más de una ocasión, y me he sentido culpable por tener que mentir a una amiga, para que no piense que pasa algo malo, sólo  que no me atrevía a dejar a mi esposo en casa, y yo de fiesta...¿Y qué sucedió?...que dejaron de invitarme!!!!.

El saboteador interno puede afectarnos de tal manera que el día más importante, nos ponemos enfermos, aparece una gastritis, unos cólicos, nos mareamos, hasta las cosas se dañan... Pareciera que el universo entero estuviera contra ustedes, y es que las cosas o acontecimientos se atraen unos a otros. Si no, miren al amigo o a la amiga, a la que todo le sale bien...¿ es que acaso tiene más suerte que ustedes?...No...Pero su actitud sí es diferente, es positiva...a todo le busca una vuelta y no se amilana, al contrario, lo toma como una señal y además siente que eso, aparentemente negativo sucedió, porque no era el momento de emprender tal o cual cosa, o simplemente porque no le convenía...Así de simple.

No soy psicóloga, pero sí pienso y he aprendido, que, en la medida en que le quitemos importancia a las cosas que no la tienen, cuanto más nos enfoquemos en lo que queremos lograr, y actuemos en consecuencia, mejor serán los resultados. 

La oración es un buen remedio para esto, porque al pedirle a Dios que tome el mando de la situación, y al entregar en sus manos la solución de las cosas que no pudimos arreglar a nuestra manera, la Fe hace sus milagros, y las cosas se superan, los problemas se solucionan o encontramos la solución, y cesa la angustia. A mí me sucede, y no soy alguien especial, soy un ser humano como ustedes con defectos y virtudes...Soy una mujer normal.

Los que no creen en Dios, hacen algo parecido, sólo que dejan tiempo al tiempo...y el tiempo es un viejo sabio, que al final pone las cosas en su lugar.

Lo más importante de actuar frente a nuestro saboteador interno, frente al miedo, es precisamente identificarlo, ver qué nos quiere decir, analizar las posibles situaciones, y no dejarse llevar por él. Al contrario, pensar en positivo, sin dramatizar y si las cosas no suceden como esperaban, no importa, volvemos a empezar!!!.

El ser humano es capaz de muchas cosas y siempre hay nuevas oportunidades, aprendizajes y la mejor de todas es que, tenemos cada día la oportunidad de empezar, eso es realmente maravilloso, un día nuevo y un nuevo comienzo.

Dios nos bendiga a todos y a todas, le damos gracias por las experiencias, por el aprendizaje; aunque a veces sea doloroso, pero también nos da inmensas alegrías y sobre todo nos da la oportunidad de disfrutar cada día de un nuevo amanecer y eso es un milagro en sí mismo.

Mireya Pérez



No hay comentarios:

Publicar un comentario