Un cuento para reflexionar:
Una paloma blanca, simple y silvestre paseaba picoteando despreocupadamente por el prado, sin darse cuenta que de lejos unos ojos la observaban, era tímida, y sus congéneres siempre se burlaban de su aspecto tan simple, blanca, sin plumaje brillante ni colores iridiscentes que llamaran la atención,
Cuando se acercaba a las otras, en los parques, secretamente se reían de su simpleza, ellas eran grandes y orondas y caminaban con galanía y soltura, mientras que ella era delgada y no muy agraciada que digamos, si seguía así cuando llegara la época de celo, no tendría pareja, y tendría suerte si un aprendiz de mago la escogía para sus números, aunque le habían contado,que lo primero que hacían era cortarle las alas para que no pudiera escapar, y ella amaba sus alas, porque le permitían volar alto, a veces se excedía en el vuelo y tenía que hacer un alto en el camino, como hoy, lejos de la ciudad...
Desde lejos un Águila espléndida la veía, no tenía hambre así,que por eso la observaba, sin ir a por ella para cazarla, más bien le extrañaba su forma de moverse en ese medio que no era el suyo, se preguntaba si estaría perdida. Pero decidió seguirla más de cerca no fuera a ser que algún otra ave de rapiña la descubriera y terminara con esa pequeña paloma de aspecto tan triste.
Desplegó sus alas hermosas de gran envergadura y voló hacia un sitio más cercano, pero sin hacer ruido para no asustarla, si pudiera hablarle, le entendería?, se asustaría?, parecía que necesitaba ayuda, algo en su postura delataba una profunda tristeza, y este águila que había visto tanto durante su vida, no se había dando cuenta nunca de la tristeza y de la melancolía de otro ser vivo, quizás porque hasta ese momento sólo le habían interesado como presas para saciar su hambre, no su curiosidad.
Así que posado en un árbol grande y frondoso, donde casi estaba escondido se atrevió a hablarle.
- Hola pequeña, ¿ qué haces por estos parajes tan lejos de la ciudad?- dijo el águila
Y la paloma atemorizada miraba asustada para todos lados, sí esa voz tenía razón, se había expuesto mucho al volar tan lejos.
- Bueno es que estaba tan estaciada en mi vuelo, disfrutando de la brisa y del paisaje, que no me dí cuenta y llegué hasta aquí.- dijo la paloma- ¿ Es que acaso es un coto prohibido o algo así?
- No, sólo que es un terreno donde dominan las águilas y las aves de rapiña, y no es muy seguro para ti.- contestó el águila.
-¿ Entonces corro peligro?- contestó con miedo- ¿ Ya no podré escapar de aquí?
-No lo sé, depende- contestó el águila.
- ¿Depende? de ¿qué?.-dijo la paloma cada vez más asustada, mientras con pequeños pasos trataba de esconderse entre algunas flores, y pensaba...- por favor que no sea alérgica a estas flores tan bonitas, porque si estornudo, me verán más rápido. Sin saberlo se había entremezclado entre unas margaritas silvestres, y sólo los ojos sagacez del águila podían distinguirla.
- ¿ Qué te ocurre?- dijo el águila- no te pareces a las otras palomas de tu especie, tan seguras y orgullosas.
- Es que yo no soy una paloma atractiva, como las otras, mis plumas son solo blancas, sin brillo, y soy delgada- siempre que me acerco al parque terminan sacándome,porque chacharean mucho de mí, y eso me duele. Me han dicho que tendré suerte si un aprendiz de mago me captura para sus prácticas de magia, pero que lo primero que hará será cortar mis alas y me gusta tanto volar....- contestó cada vez más acongojada la paloma.
- Uhm- creo que lo dicen por envidia.- contestó el águila.¿ No sabes que las palomas blancas son el símbolo de la Paz?. ¿El símbolo para los cristianos de la llegada del Espíritu Santo?.
- ¿En serio?-yo pensaba que era muy poquita cosa- yo solo quería que fueran mis amigas, pero siempre me hacían huir del parque, un día incluso me empujaron a una charca para que mi plumaje se ensuciara y se manchara, lloré tanto!- y la imagen mental que se hizo el águila, lo compadeció más de esta pobre criatura.
- Y ahora que sabes, que las palomas blancas son hermosas y que simbolizan tantas cosas hermosas, ¿qué vas a hacer? - le preguntó el águila.
- Pues tendré que volar y buscar dónde hay otras palomas como yo- pero ahora recuerdo que estoy lejos, y tampoco sé donde encontrarlas.
- Bien, tendré que averiguarlo- dijo el águila- en este árbol que tienes cerca hay un hoyo en la base, que a veces usan algunos roedores, pero hoy no están por aquí, así que usalo como refugio, no salgas y espera hasta que regrese.
- Bien, gracias, me esconderé y le esperaré- dijo agradecida y más contenta la paloma.
El águila alzó el vuelo y se dirigió a la ciudad,voló un rato y encontró una gran plaza, dominada por una estructura enorme, y muchas estatuas, y a los pies de las mismas,muchas palomas como su amiguita y pensó feliz, que había encontrado el lugar ideal para ella.
Regresó un poco más tarde y llamó a la paloma, que al oír su voz, salió al principio temerosa y luego aliviada, de escuchar una voz amiga. Pero se paró en seco al ver al enorme águila que la observaba, casi se desmaya, ahora este animal me va a comer- temblaba asustada.
El águila al verla comprendió su torpeza y le habló lo más natural posible,-no temas paloma, soy tu amigo, soy la misma voz que te ha estado hablando desde el árbol, no tienes por qué tenerme miedo, no te voy a hacer daño, y además tengo noticias muy buenas para ti.- dijo el águila.
-He encontrado una gran plaza en una ciudad que está a unos cuantos kilómetros de aquí, es enorme, pero hay muchas palomas blancas como tú, y estoy seguro que cuando llegues te acogeran como una más en el grupo y nunca te volverás a sentir sola¿Quieres venir a verla?
- Sí, claro, pero¿ podré llegar yo sola?.
- Si confías en mí yo te puedo llevar en mis garras, porque la distancia es algo larga para tí, prometo no hacerte daño.-dijo el águila- que internamente rezaba para que esta hermosa paloma no le temiera y se atreviera a hacer el vuelo de esa manera.
La paloma estudió al águila, que aunque imponente por su gran tamaño y envergadura, se notaba en su mirada que no era voraz, al contrario tenía un dejo de melancolía en su mirada, o quizás había sido un espejismo de su imaginación.
- He decidido confiar en ti- volaré contigo un rato, así como dices, pero ¿después me soltarás para que yo llegue a mis congéneres sola?- dijo la paloma- no es que no confíe en ti- dijo- pero creo que se vería muy extraño que me llevaras hasta ellas dentro de tus garras, pensarían que me habías cazado y las asustarías.
- Bien pensado amiguita- dijo el águila- vamos pues, confía en mí que no te haré daño.
Y el águila agarró con suavidad entre sus garras a la paloma, que al principio temblaba asustada, pero a medida que el águila cruzaba los valles y las montañas, se dio cuenta y dio gracias al cielo, por haber encontrado un amigo que la ayudara, había volado sin darse cuenta y se había extraviado, pero este águila la había salvado.
Cuando ya se divisaba la imponente estructura con su inmensa plaza, el águila le dijo que le dejaría volar desde un punto cercano, para que ella llegara tranquila, y así lo hizo, de repente abrió sus garras y la paloma empezó a volar, dio una pequeña vuelta para darle las gracias a su amigo, y luego feliz se dirigió a esa plaza que estaba llena de gente, que cantaban y reían, y entre ellos había un hombre vestido todo de blanco, con una especie hábito blanco, que en ese momento alzaba la mano y ella se posó en su dedo, fue algo instintivo, el hombre rió y la gente en la plaza aplaudía y lloraba, oía decir¡ milagro,milagro!, pero ella no entendía, solo que sus hermanas las palomas blancas, revoloteaban dándole la bienvenida a esa su nueva casa, ya nunca más se sentiría sola, gracias a esa hermosa águila tan especial, había sido como un ángel salvador para ella, en un momento tan difícil.
Ojalá lo volviera a ver de nuevo, para ella sería siempre un recuerdo muy especial. ¿Alguna vez alguien pensaría que podría haber amistad entre un águila y una paloma?. ella sí lo sabía, pero sería su secreto.
El águila observó la escena desde su puesto en una colina cercana, y un brillo como una lágrima se asomó a sus ojos- y pensó- me estoy volviendo viejo,¿no Señor?- y escuchó una voz que le dijo-no amigo mío, haz cumplido tu última misión,alza el vuelo amigo que te estamos esperando.
Nadie se dio cuenta cuando una hermosa águila espléndida y valiente alzó el vuelo más allá de la nubes, desapareciendo para siempre,como si las nubes lo hubieran acogido.
Al lugar donde llegó,todo era alegría,los valles y montañas brillaban de esplendor y un graznido conocido le dio la bienvenida, su pareja, que hacía tantos años no estaba con él,ahora le daba la bienvenida dando vueltas a su alrededor y graznando de alegría. ¡También hay un Cielo para las criaturas del Señor.!
Autor: Mireya Pérez R., en Honor a Nuestro Papa Francisco. 26/11/2013.
un lindo cuento...!!! sigue adelante....!
ResponderEliminarQuerida amiga, gracias por tus palabras, me alegro de que te haya gustado mi cuento sobre la paloma y el águila. Que Dios te Bendiga!
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