Estamos tan acostumbrados a ver las cosas de una manera, que no nos paramos a verlas de forma diferente. Si hiciéramos como los artistas plásticos que observan la pieza sobre la que están trabajando, desde distintos puntos, distancias, luz, etc. Nos daríamos cuenta de que hay muchas facetas que se nos están escapando, sin querer, y que muy posiblemente, nos estamos perdiendo de la parte más hermosa, simplemente porque no nos hemos puesto a mirar desde otro punto de la habitación.
Por ejemplo, a mi me gusta hacer arreglos florales con flores exóticas y en distintas formas y arreglos. Cuando lo estoy haciendo, o casi ya lo tengo listo, rodeo el jarrón, o la base donde lo he realizado, camino a su alrededor, de forma que tenga una mejor visión del mismo, y sobre todo, del arreglo, con respecto al lugar que va a ocupar en mi sala. No es un arreglo para alguien en particular, es solo para mi hogar, pero me gusta que muestre la mejor versión de sí mismo, que las flores y el follaje que la acompañan se encuentren en armonía, o por lo menos en la armonía que yo he escogido para ellas. Y me encanta!!!
Igual sucede con nuestra vida, o con el tramo que estamos transitando de la misma, muchas veces solo vemos lo que nos falta, sin apreciar en todo lo que vale, lo mucho que tenemos.
Es el clásico ejemplo del vaso medio lleno o medio vacío. Aunque no lo crean, todos hemos visto, en más de una ocasión, el mismo vaso y lo hemos considerado medio vacío... Sin aprovechar lo que eso significa para nosotros, que no es otra cosa mas que una Oportunidad, sí como lo leen, una oportunidad, porque en las épocas de carestías, es cuando la gente acusa su imaginación y surgen ideas maravillosas, los mejores inventos se han realizado cuando ha habido una necesidad imperiosa de algo, bien sea material, mental o físico; si la humanidad durante toda su historia evolutiva no hubiera puesto su ingenio y su capacidad para observar, analizar y trazar una teoría o una propuesta y buscar así la solución a algo importante, no estaríamos donde estamos.
Un ejemplo sencillo, cuando el hombre estaba en las cavernas necesitaba calor para mantener su temperatura corporal, para poder sobrevivir a la humedad propia de las cuevas, enclavadas en lo más profundo de los montes, a donde buscó refugio de las fieras, porque si no, podrían morir.
Pero el frío también podía matarlos, y que sucedió? que alguien, no sabemos cómo, descubrió el fuego...
Yo suelo imaginarme una noche de tormentas eléctricas muy fuertes, donde algún rayo haya caído sobre la hojarasca y se prendiera el fuego, el hombre alarmado al principio huiría, pero luego esa curiosidad tan propia del primate, le haya vencido y se haya acercado hasta eso que brillaba con tanto fulgor, y si se acercó demasiado con intención de tocarlo, se habrá quemado, pero luego de observar con detenimiento, se habrá ido acercando poco a poco hasta descubrir que eso que brillaba también daba calor, y alguno más osado habrá tratado de cogerlo, y muy posiblemente después de algunas heridas leves, hayan logrado agarrar una rama encendida y llevarla hasta la cueva, y quizás, otros se hayan fijado en qué tipo de ¨cosas¨acompañaban a eso que daba calor, habrán hecho una batida en busca de lo que hoy conocemos como leña. Así creo que el hombre descubrió el fuego.
Y miren cuántos usos le damos, incluso hoy en día, creo que junto a la rueda y a la sal, son uno de los descubrimientos más asombrosos de la humanidad, después vendría todo lo demás. Pero estos tres descubrimientos han forjado lo que somos actualmente: calor, transporte y alimentación. Piensen que sin ellos, sencillamente no estaríamos aquí, habríamos desaparecido como especie en la Tierra. Sin embargo, a pesar de su simpleza, significaron un cambio profundo y trascendental en el devenir de la humanidad.
Así que ahora que sabemos que el vaso en realidad está medio lleno, vamos a hacer un ejercicio gráfico, y digo gráfico, porque les aconsejo que agarren un folio de papel, mejor si es un cuaderno, para que no lo pierdan (Yo suelo usar los cuadernos de atrás hacia adelante, cuando los he usado para alguna materia que he cursado y todavía quedan hojas útiles).Y vamos a hacer un ejercicio, que no he inventado yo, si leen al Dr. Wayne Dyer, a Og Mandino, Depra Chopra, por solo citar a unos pocos, les dirán que hay que hacer este ejercicio.
Pues bien, hagamos dos columnas (de ahí lo de Balance Contable), y pongamos en una columna el título de Mis ganancias: lo que tengo, no en dinero, sino en habilidades, en cosas que son básicas, como un techo donde vivir, la comida de cada día, la salud, la amistad, la preparación o los dones que Dios me ha dado y que he cultivado a lo largo de mi existencia, etc. Hagan la lista, no importa lo grande que sea, mejor si es así... En la otra columna, pongamos lo que Me gustaría tener: todo aquello que es factible, con esfuerzo, pero capaz de ser obtenido. Hago énfasis en lo de factible, porque no quiero que se tracen metas, tan inalcanzables que al final terminen desmotivados por no lograrlo.
Por ejemplo, si siempre les ha gustado el Yoga, pero nunca han podido hacerlo, pongan en su lista, buscar unas clases de Yoga, cerca de mi Urbanización, barriada o instituto. Aprender un idioma, o retomar uno que aprendieron en el colegio, y ponérselo como meta. Aprender a pintar, tomar un curso de Internet, aprender a usar las tecnologías, etc. Por experiencia propia les digo que si se ponen metas alcanzables, con un pequeño esfuerzo o con un esfuerzo mayor, lo van a lograr.
Ahora miren con determinación las dos listas, y si es posible, pónganlas en algún lugar visible, donde puedan usarlas como trampolín para conseguir sus sueños. Hay autores que incluso les hablan de construir su Mapa del Tesoro, donde poner los sueños o cosas que quieren hacer a corto, mediano y largo plazo. Si al final del año, no han cumplido con todos sus objetivos, no importa, verán que al analizar su lista, habrán logrado muchas de ellas, y muy posiblemente se hayan impuesto nuevas metas, que es en definitiva lo que para mi significa Vivir.
Todo al principio cuesta, y les soy sincera, a mi misma me costó mucho arrancar, estaba empeñada en ver el vaso en otro sentido, hasta que me cansé, y empecé a buscar las herramientas que he ido necesitando, y sigo buscándolas, todos los días. Cada mañana, después de organizar mi hogar, y hacer lo que está pendiente, me siento en el ordenador, reviso los correos, hago algunas lecturas que he ido encontrando, veo algún vídeo que suelo compartir en las redes, y luego de meditar unos minutos, me siento tranquila a escribir, en este blog, y en algo que estoy preparando para publicar, son parte de mis sueños por lograr, y viendo mi lista de principios de año, me veo con admiración a mi misma, pues he logrado muchas de las cosas que me había propuesto, y que las cosas y cursos que necesitaba se han ido presentando en el momento y sitio adecuado, incluso con el horario que mejor me convenía, todo en el Universo está confabulado para ayudarme, pero yo también pongo ese 101% de mi misma y caminó cada día un Kilómetro de más como dice el Dr. Wayne en su libro La Fuerza del Creer. El cual les recomiendo.
Así, que amigos y amigas, hagamos ese balance personal, estoy muy segura de que el balance va a ser positivo, y de que son más las cosas o herramientas con las cuales cuentan, que aquellas que les faltan para lograr el éxito.
Que Dios los bendiga.
Mireya Pérez.
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