A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

viernes, 7 de noviembre de 2014

Ser agradecidos...









A menudo, a lo largo de nuestra vida, no nos damos cuenta de los parabienes que nos ha otorgado, por estar pendientes de lo que ¨aparentemente¨nos falta. Y digo esto, porque, nos empeñamos en ver la vida a través de un velo fino, cuando sólo con descorrer la cortina podemos ver mejor el paisaje que nos rodea.

Se por experiencia propia que no todo es felicidad, que a veces hay períodos aparentemente largos, en que las cosas no resultan como hubiéramos deseado, sin embargo, también he comprobado que esos mismos períodos se han convertido en tiempo de ¨aprendizaje¨espiritual, y que una vez superado ese bache, hemos resultado fortalecidos. Los mayores dicen que Dios nos manda las ¨pruebas¨según nuestra fuerza física, moral y espiritual, si no sería imposible resistir los diferentes avatares de la vida.

Cuando en un momento del día, se sientan acometidos por la necesidad urgente de quejarse por lo que les esté sucediendo en un momento dado, hagan un repaso mental de todo lo bueno que los rodea, desde la luz del sol que ilumina su habitación cada mañana, por la risa de los niños, por el agua que brota de los grifos de la casa, etc.

Siempre me maravillo del ingenio del hombre que inventó el water, lo damos por sentado, porque hoy no hay hogar en el mundo civilizado donde no haya uno de estos elementos tan importantes, pero cuando era niña recuerdo un viaje al interior del país, y al pararnos en una gasolinera a repostar, pedí ir a los aseos y me encontré con un retrete, era un agujero en el piso y  de la fosa séptica emanaba un hedor tan profundo que para mi imaginación infantil fue un golpe duro contra la realidad, me acuerdo de correr hasta mi padre para que me acompañara pues ese hueco me infundía un terror indescriptible. Al final no me atreví a usarlo, pero nunca me olvidé. Así que, desde el fondo de mi corazón agradezco a la mente pensante que creó ese artilugio tan importante en nuestras vidas cotidianas.

También debemos agradecer a Dios o a la Creación, por todas y cada una de las cosas sencillas y naturales que nos rodean, significan muchas horas de esfuerzo y de trabajo de personas anónimas que hacen cada día la mejor versión de sí mismos, y gracias a su labor de hormigas trabajadoras disponemos de un sinfín de beneficios, que siempre, incluyéndome, damos por sentado.

¿ Cuando fue la última vez que le diste las gracias al chico del tendero, estanco o supermercado por llenarte las bolsas de la compra?. ¿ Cuándo fue la última vez que le diste las gracias a la chica que te dio paso por la acera, y que incluso se bajo de la misma para que tu pudieras pasar?. ¿ Cuándo le diste las gracias a tu hija o hijo por haberte ayudado a recoger la ropa tendida en la azotea, o tendedero? Aunque sea una obligación impuesta como norma en la casa, debemos darle las gracias e incluso hacerle un cariño para demostrarle lo importante que es ese gesto para ti. 

Creo que damos por sentado tantas cosas, que nos olvidamos el valor intrínseco que tienen, simplemente sentimos que es natural e incluso obligado que sean de esa manera. 

Pasa mucho cuando tenemos muchos años en una relación de pareja, y nos olvidamos de hacerle sentir al otro u otra, lo enamorados que estamos, lo importante que son para nosotros, lo que nos llenan la vida con su presencia, con sus gestos, con su buen hacer, su compañía. Damos por sentado que como ya la relación está totalmente asentada y cimentada, siempre va a ser así, y el amor en pareja debe ser como el manantial que se nutre de las aguas profundas de las galerías  subterráneas, y que brota a la superficie llenando con su riqueza todo el espacio por donde discurre hasta transformarse en río, lago o mar. 

Debemos abrirnos a la vida y dar gracias por todo lo que nos rodea e incluso por lo que aún no nos ha llegado, dicen que ¨El tiempo de Dios es perfecto¨..., y creo sin lugar a dudas que es verdad. 

Digamos Gracias por todo lo que nos llega y por todo lo que ha de venir, aún las cosas no tan buenas tienen una razón de ser, y conllevan un aprendizaje, demos gracias por lo que nos van a aportar en nuestro crecimiento espiritual y moral y sobre todo porque estamos vivos y siempre hay un nuevo amanecer...

¿No les parece eso una gran bendición?

Que Dios los bendiga

Mireya Pérez



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