A los compañeros del tren especial que es nuestra vida

viernes, 21 de noviembre de 2014

Las cosas más difíciles de hacer y aceptar...Pruebas de la vida quizás...



Todos los seres humanos compartimos dos momentos idénticos, aunque no lo creamos así: el primero es nuestro nacimiento, que por el momento, se realiza después de un período de gestación, que culmina con el nacimiento a través de una mujer, que es nuestra madre. Hasta aquí, todos somos iguales, después según la clase socio económica o cultural, tendremos o no una educación, unos cuidados, una atención especial. De ahí en adelante, seremos diferentes en todos los aspectos, hasta el último minuto de nuestra existencia, en la que de nuevo todos, somos iguales, pues todos inexorablemente nos vamos, unos antes otros después, pero nadie, absolutamente nadie, se queda en este planeta Tierra más tiempo del que está señalado. En este último capítulo, volvemos a ser todos iguales, pues no importa si tenemos dinero o no, todos abandonamos este cuerpo físico y volvemos a la Nada, de donde salimos o si somos creyentes, volvemos al seno del Padre.

Sin embargo, durante nuestra existencia deberemos aprender grandes lecciones de vida, las que nos servirán de herramientas para nuestro crecimiento personal, e incluso se transformará en nuestra ¨etiqueta¨o tarjeta de presentación.

Una de esas ¨etiquetas¨ o lecciones a aprender es ser Humildes, es sumamente difícil, tanto así, que siempre se asoció la humildad con la pobreza, pero hoy en día, y después de las grandes lecciones dadas por San Francisco de Asís, entendemos que es una virtud, y que cuanto más alto es el nivel al que se pertenece, más humildad debe tener. Porque como dice la Biblia: ¨...antes entrará un camello por el ojo de una aguja, que un rico en el Reino de los Cielos...¨ Aduciendo así a la Humildad. 

La persona debe ser amable, gentil, comedida, sutil, cercana, afable, generosa con su tiempo y con sus bienes, de gran entereza y noble de espíritu. Tarea difícil en estos tiempos, pero no imposible, pues la persona que es consciente de que nada posee, y de que nada se ha de llevar, llega a entender que los bienes materiales que Dios le ha brindado, deben estar al servicio del prójimo y al servicio del necesitado. Es una gran responsabilidad, y lograr el equilibrio entre lo que se siente y lo que se es, resulta muy importante.

Otra ¨etiqueta¨ es Perdonar, algo difícil para muchos, sobre todo, si debemos comenzar por perdonarnos a nosotros mismos, pues el orgullo a veces juega malas pasadas, y no deja ver la viga que tenemos en nuestros ojos, cuando sin embargo estamos pendiente de la brizna de paja que está en el ojo del otro. Recordaba esta mañana un dicho que siempre me ha chocado: ¨ Dime con quién andas y te diré quién eres¨... Por favor!!! Hasta cuándo, acaso no podemos ser amigos del buen señor y del mendigo!!!. Qué me puede influir darle la mano a una persona de una o de otra condición. No es una enfermedad que se pegue ni que se transmita, y mucho menos nos vamos a contagiar. O quizás sí, porque nos pueden hacer ver las cosas más claramente, pues nadie tiene el dominio del 100% de la verdad. Y la verdad que hoy es aparentemente cierta, mañana puede cambiar...

Otra ¨etiqueta¨ es la de Reconocer nuestros errores. Qué difícil es aceptar, para algunos, que nos hemos equivocado. Todos los días cometemos errores, y gracias a ellos, tomamos decisiones, y mejoramos como seres humanos y como sociedad. 

Se nos olvida que formamos parte de un ecosistema social, donde todos y cada uno de nosotros jugamos un papel importante, nuestras acciones o inacciones, forman parte de un tejido o tupido entramaje, cuyo resultado final son las directrices o direcciones que toma nuestro entorno. Por ejemplo: Reciclar, hoy en día todos debemos estar concienciados en la importancia de reciclar y evitar así el deterioro del medio ambiente, porque el uso de elementos como los plásticos y su casi imposible degradación ambiental, los ha convertido en un problema. Cuántos animales no mueren asfixiados por falta de oxígeno al tragarse una tapa de alguna botella, algún elemento plástico que flotaba en el agua de nuestros ríos, lagos o mares?  Miles!!!. Y saben que algunos polímeros plásticos tienen una vida de 4 Millones de años!!!!.

La peor de todas las ¨etiquetas¨ es quizás el Olvido, porque a veces pareciera que tenemos amnesia total, estamos tan envueltos en nuestro día a día, que decidimos¨olvidar¨a propósito y excluir a todo aquello que nos puede ofender o que nos puede hacer recordar que somos falibles o infalibles. La gente que viene de abajo, no siempre gracias a Dios, cuando llegan a un nivel de aceptación social y de reconocimiento, deja de lado a las personas, sitios o lugares que fueron su entorno original, y si pudieran los borrarían del mapa. Cuántas veces, aunque nos duela, hemos sido víctimas de esa indiferencia, del que ya no nos quiere en su entorno, porque no tenemos el suficiente lustro, cuna, o por no ser una socia-lité o por carecer de brillo social o apellido ilustre... Esas personas devoran nuestro tiempo y nuestras energías, les apoyamos, les damos nuestra mano, nuestro tiempo de calidad y de repente un buen día, nos dan con la puerta en las narices o nos mandan a paseo, o quizás de la forma más cruel, simplemente nos borran de su memoria. Como si nunca hubiéramos existido...

Por todas estas cosas, y otras que hoy no voy a abordar, pienso que a veces la Vida nos pone en la tesitura de aceptar las cosas, de revelarnos o de cambiarlas. En lo personal he decidido aceptar las que considero que son parte del aprendizaje de mi vida. Mejorar aquellas que dependen de mi voluntad y dejar en manos de Dios, lo que humanamente no puedo cambiar.

No es fácil, me ha llevado muchas horas de sufrimiento inútil, de angustia y de lágrimas, pero al final he aprendido que la Vida tiene un designio para mí, que debo trabajar en aquello que realmente es importante, que debo confiar en el Tiempo de Dios que es Perfecto y que debo Amar y Perdonar. Empezando por amarme y perdonarme, en primer lugar, y luego a los demás. Lo siguiente no es importante, Dios en su infinita misericordia, pone cada cosa en su sitio. Yo sólo debo Confiar y tener Fe. 

El Señor es mi Pastor y nada me falta...

Que Dios los bendiga.


Mireya Pérez



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